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Enfoques analíticos en torno al comercio sexual de las mujeres...

Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 163: 131-148 / 2019 (I). (ISSN: 0482-5276)

En el artículo “Bajo los ojos de occidente.

Academia Feminista y discurso colonial ”, pu- blicado por Chandra Mohanty en el año 2008, se puntualiza la necesidad de abordar dos pro- yectos simultáneamente en relación a los “fe- minismos del tercer mundo ”; por un lado, la crítica interna de los feminismos hegemónicos de Occidente y por el otro, la formulación de in- tereses y estrategias anclados en la especificidad cultural e histórica. La autora focaliza su inte- rés en el modo de producción de la “mujer del tercer mundo como sujeto monolítico.

Frente a la perspectiva de lo que se ha referido como “feminismo radical en el plano global, se encuentra en los últimos años una serie de abordajes situados y generalmente, etnográficos, que conciben el ejercicio de la prostitución como producto de una decisión que conlleva diferentes grados de relativa auto- nomía, considerando a las mujeres que optan por su ejercicio como “trabajadoras sexuales y abriendo por esta vía una demanda por el reco- nocimiento y protección de sus derechos (Phe- terson, 2000; Juliano, 2005; Kempadoo, 2007; Varela, 2012; Lamas, 2016).

En el artículo What ’s wrong with Prosti- tution? What ’s right with Sex Work? Comparing Markets in Female Sexual Labor ”, publicado por Elizabeth Bernstein en 1999, se interpela desde el sugestivo título, el trabajo de Carole Pa- teman What ’s wrong with prostitution? , para formular otra pregunta que se asienta en una perspectiva comparativa de los mercados sexua- les femeninos: si hay algo de malo con la prosti- tución en los términos en que es analizado por Pateman, ¿qué es lo que está bien con el “traba- jo sexual ”? Para ello sugiere un desplazamiento respecto de cualquier debate que parta de una esencialización de la prostitución, proponiendo a partir de su trabajo de campo:

...suspender la creencia en cualquier significado esencial de la prostitución así como considerar la viabilidad de dis- tintas posiciones feministas en el marco de una variedad de mercados de trabajo sexual femenino, actuales e hipotéticos (1999, p.94) .

7 Traducción propia.

En ese mismo sentido, la antropóloga

Laura Agustín (2005) sugiere que existen cier- tas formas “clásicas de abordar la prostitución que no sirven para describir la realidad de la industria del sexo en sus propios términos, de modo contextualizado. Por eso, en su inves- tigación, expone que no va a preguntarse por sus causas estructurales, por qué existe o por su definición y condiciones de posibilidad de “elegir o no, sino más bien propone una de- construcción del concepto “prostitución ”, argu- mentando que:

el uso de categorías como prosti- tución, turismo sexual y “tráfico ”, por parte de representantes de gobiernos, proyectos sociales y académicos, borra la diversidad entre las situaciones e impul- sos de la gente que viaja, participa en redes que facilitan los viajes y vive del comercio sexual (2005, p.107).

Esta diversidad quedaría obturada si los análisis sobre el mercado del sexo parten del presupuesto de que este configura necesaria- mente una forma de violencia hacia las muje- res; volviendo irrisoria, en definitiva, cualquier perspectiva de análisis que no asuma este prin- cipio. La dimensión conceptual es central en las producciones que abordan el mercado del sexo, en tanto dan cuenta no solo de modalidades enunciativas, sino de la posición de la persona investigadora y sus implicaciones epistémicas.

En ese sentido, el intercambio de bie- nes y dinero por servicios sexuales no remite unívocamente a un intercambio comercial, carente de ambigüedades, sino más bien a una construcción discursiva que es disputada y está en movimiento, mutando a través del tiempo y el espacio (Cabezas citado en Kempa- doo, 2009, p. 4).

En el año 1990, Gail Pheterson llamó la atención sobre esta cuestión en una publicación en The Journal of Sex Reaserch , intitulada The Category ‘Prostitute in Scientific Inquiry , afir- mando que la categoría de “prostituta estaba basada más en representaciones simbólicas y legales que en un conjunto de características de una población determinada, siendo la de- construcción de esta categoría necesaria para