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Desigualdad y pobreza extrema en mujeres indígenas Mayas en Quintana Roo, México
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 163: 45-68 / 2019 (I). (ISSN: 0482-5276)
6 millones de familias y fue replicado en varios países de la región.
Este tipo de estímulos, según diversas opiniones (Esquivel, 2015), no resuelven el pro- blema de la pobreza, incluso, resultan perjudi- ciales porque la carga fiscal hacia las personas pobres se ha incrementado; por el contrario, para instancias como el Banco Interamerica- no de Desarrollo ( Bid , 2017) e incluso, el BM (2009), los programas de transferencias resul- tan la esperanza más confiable para reducir la brecha de pobreza. Después del prospera , ha habido otros programas como el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades (2000- 2012), el cual conservó las directrices centrales del progresa . El motivo de los cambios estaba influenciado por el interés de ampliar la co- bertura de la política social, al implementar transferencias monetarias a las familias en condición de pobreza.
Siguiendo la misma lógica de las admi- nistraciones anteriores, para el año 2012, con el regreso del pri al gobierno federal, se vuelven a ajustar las políticas sociales en materia de lucha contra la pobreza. Se modifica sustan- cialmente el programa Oportunidades para dar paso al programa prospera . A principios de 2014, se daba a conocer oficialmente, por el presidente Enrique Peña Nieto, que prospera sería el nuevo programa dedicado a luchar con- tra la pobreza, en el cual se invirtieron, según datos oficiales, 73 000 millones de pesos (Sán- chez y Martínez, 2016).
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ( cepal , 2013) analizó específicamente el efecto de los pro- gramas de transferencias condicionadas para mujeres en México y otros países de Latino- américa y señaló en un informe que, si bien, estas han constituido un hito innovador en las políticas públicas para abordar de manera directa la pobreza y pobreza extrema, estas medidas tienen varias aristas tanto positivas como negativas en lo referente a sus efectos sobre la equidad de género. Además, se evi- dencia que las mujeres no son las beneficia- rias reales sino operativas de los programas de transferencias en sus diferentes versiones y etapas (los beneficiarios finales serían sus
hijos e hijas). Por este motivo, puede afirmarse que con estas estrategias de los programas se refuerzan los roles de género para cumplir con las condiciones de la transferencia monetaria (mujer cuidadora que vela por la asistencia de hijos a la escuela y a los programas de salud), la imposición de cargas adicionales para las mujeres (gestión de certificados, asistencia a charlas, etc.), la no contribución a su inserción en el mercado laboral, etc.
Según Rodríguez (2011) y cepal (2013), los programas de transferencias condicionadas ( prospera , Oportunidades, progresa , para el caso de México) perpetúan una organización del cuidado de las familias y, por ende, de la sociedad basada en el trabajo no remunerado de las mujeres, que es una de las tantas causas de la desigualdad económica de género, según el tercer informe del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe ( oig ) Los bonos en la mira: aporte y carga para las mujeres ( cepal , 2012). Este informe señala que estos programas se orientan a las mujeres (que ocupan la posición de “enlace ” entre el progra- ma y los beneficiarios) ya que en países donde operan, como México, conceden ingresos mo- netarios para salud y educación de los infantes a través de la contraprestación de asistencia por parte de las madres de familia.
México, como país miembro de la Orga- nización de las Naciones Unidas ( onu ), se com- prometió en el año 2000 a cumplir los Objetivos del Milenio, entre los que destaca el número “1.A. Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas con ingresos inferiores a 1 dólar por día ” ( onu , 2000). Esta medida de 1 dólar norteamericano por día surgió en 1991, “con el fin de ecualizar el poder adquisitivo de los ingresos, la moneda local se expresa en
3 Según la propia cepal (2013, p.7): “Este infor- me del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe ( oig ) se centra la mira- da en el análisis de los indicadores de autonomía física, económica y en la toma de decisiones, cuyo telón de fondo es la agenda regional generada por los consensos ratificados en la xi Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, concordantes con la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) ”.