Fenomenología de las posturas en el
Vinyasa Yoga: un estudio sobre su
práctica en México
Phenomenology of postures in
Vinyasa Yoga: a study on its
practice in Mexico
VANESSA ITZIGUERI LARIOS ROBLES
Colegio de México-CONACYT
Ciudad de México, México
vanessa.itzigueri@gmail.com
Resumen: Este artículo tiene como nalidad explicar la recepción, el
desarrollo y la práctica en México del estilo de yoga postural llamado
Vinyasa Yoga; así como las características particulares que lo distinguen
de otros estilos de yoga. La Fenomenología del cuerpo tiende un
puente para pensar la práctica contemporánea de yoga y ofrece una
reinterpretación de las posturas (āsana). A través de entrevistas a guras
clave en la instauración del Vinyasa en México, la investigación aborda el
papel fundamental de los bailarines de danza moderna y contemporánea
para que este estilo de yoga proliferara en nuestro país.
Palabras clave: Vinyasa Yoga, Danza, Fenomenología, Posturas, Yoga en
México.
Abstract: The purpose of this article is to explain the reception,
development, and practice in Mexico of the postural yoga style called
Vinyasa Yoga; as well as the characteristics that distinguish it from other
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styles of yoga. The Phenomenology of the body builds a bridge to think
about the contemporary practice of yoga and oers a reinterpretation of
postures (āsana). Through interviews with key gures in the establishment
of Vinyasa in Mexico, the research addresses the fundamental role of
modern and contemporary dancers for this style of yoga to proliferate in
our country.
Keywords: Vinyasa yoga, Modern and Contemporary Dance,
Phenomenology, Postures, Yoga in Mexico.
Citar como: Itzigueri Larios Robles, V. (2022). Fenomenología de las
posturas en el Vinyasa Yoga: un estudio sobre su práctica en México.
Revista Internacional de Estudios Asiáticos, 1(2), 37-74. DOI
10.15517/riea.v1i2.49740
Fecha de recepción: 27-02-2022 | Fecha de aceptación: 01-05-2022
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Introducción: Yoga y Cuerpo. Un breve recorrido
por la historia del Yoga Postural Moderno
Yoga y Cuerpo son términos que no siempre estuvieron tan imbricados
como ahora, desde que el llamado Yoga Postural Moderno se expandió a
un ritmo impresionante alrededor del mundo, lo que dio origen, desde
hace unos 50 años, el estilo de yoga mayormente conocido y practicado.
Elizabeth De Michelis, una de las primeras estudiosas del Yoga Moder-
no, explica que, para entender este fenómeno, primero debía abordar el
yoga que le era más familiar, es decir, el yoga que se practicaba en el Reino
Unido desde mediados del siglo XX hasta ahora: el “Yoga Postural Mo-
derno (o MPY [por sus siglas en inglés], es decir, aquellos estilos de prácti-
ca de yoga que ponen mucho énfasis en los āsanas o posturas de yoga; en
otras palabras, el tipo de yoga más “físico” o gimnástico)”.
1
Respecto de otros estilos en la vasta historia del Yoga, es cierto que el
practicado a partir del siglo XX es más “físico” que mental, devocional
o espiritual; sin embargo, una denición del yoga contemporáneo equi-
parable a la gimnasia o a la calistenia únicamente no corresponde con la
experiencia de quienes lo practicamos. Esto se debe a que la ejecución de
las posturas no es concebida como un “ejercicio físico”, sino que hay toda
una construcción en torno al cuerpo, sobre la energía, el bienestar, la ética,
el modo de vivir, etcétera; todo ello circunscrito al sentido que se tiene del
cuerpo en el āsana. En otras palabras, el Vinyasa Yoga no encaja del todo
en la descripción de una práctica cuya nalidad sea solamente ejercitar el
cuerpo a través de las posturas.
La idea de que el yoga en el mundo moderno y globalizado sea sinóni-
mo de hacer posturas, como lo expresa Mark Singleton en su texto Yoga
Body. The Origins of Modern Posture Practice
2
, publicado originalmente
en 2010, es precisa; sin embargo, en los últimos veinte años, aproximada-
1 Elizabeth De Michelis. A History of Modern Yoga. Patañjali and Western Esote-
ricism (Londres, Continuum, 2004): 4.
2 Mark Singleton, El Cuerpo del Yoga. Los orígenes de la práctica postural moderna
(Barcelona, Kairós, 2018).
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mente, se observa que los practicantes de algún estilo de yoga contempo-
ráneo conciben la práctica postural como algo más que hacer calistenia o
poner al cuerpo en alguna posición contorsionista. La actividad va más
allá de la postura misma, es decir, postura y āsana no son términos del
todo equivalentes en una acepción más amplia: el āsana puede ser conside-
rado como una postura corporal en sentido fenomenológico si se le presta
la atención correcta, como se explicará más adelante.
Ante el creciente número de nuevos practicantes de yoga por día a nivel
mundial y el trabajo corporal (a niveles profundos) por parte de docentes,
comienza a desdibujarse esa idea del yoga como acrobacia y a desarrollarse
una nueva concepción más próxima a una manera de habitar el mundo
a través del movimiento del cuerpo. El papel de las posturas deja de ser
meramente instrumental para alcanzar metas “más elevadas”, y se asume
entonces el poder del conocimiento reexivo del propio cuerpo.En este
estudio se verá que no es precisamente lo mismo una práctica postural
donde se “usa” el cuerpo para llevar a cabo una postura o un ejercicio de
respiración que una práctica postural enfocada en la vivencia del cuerpo
en la postura o en movimiento, porque este último sentido apunta al au-
toconocimiento.
La forma de concebir el cuerpo ha variado signicativamente en la
constitución de los diferentes yogas. Si pensamos, por ejemplo, en el yoga
de Patañjali
3
en si es notable el énfasis en el control mental y no se le da
mayor importancia a los āsanas, más que la del asiento cómodo y esta-
ble”
4
que promueva estados meditativos. Esto signica que el cuerpo ha
de controlarse cómodamente (aunque también se practicaran duros as-
cetismos) para que su naturaleza no interera en los procesos mentales
hacia Samadhi (el último de las ocho ramas del yoga, la meta de la práctica
yóguica; se traduce como “estado contemplativo”, “absorción”, “éxtasis”).
3 Patañjali fue un maestro, yogui y lósofo indio, autor del Yogasūtra, compuesto
entre los siglos II y V d.C. y es considerado el primer tratado sistemático sobre
Yoga.
4 Patañjali, Yogasūtra. Los aforismos del Yoga (Barcelona, Kairós. 2016), Aforismo
2.46.
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El papel del cuerpo en el yoga fue cambiando a través de los siglos. Se
puede decir que es hasta el apogeo del tantrismo y del hathayoga (entre
los siglos X y XVIII, aproximadamente), que se le da un lugar preponde-
rante al cuerpo, mas no a las posturas como tal, que quedaban “subordi-
nadas a otras prácticas como la respiración (prānāyāma), la puricación
(kri), la concentración (dhāranā) y el trabajo de sonido (nāda)”.
5
Con
el tiempo, señala Singleton en este mismo texto, los āsanas fueron ad-
quiriendo un sentido más cientíco y comenzaron a legitimarse ante los
ojos del mundo occidental gracias a los esfuerzos de T. Krishnamacharya
(1888-1989). Erudito, yogui y médico ayurveda, de familia de brahmanes
vishnuíta, que en 1933 fue contratado por el Maharaja de Mysore bajo el
encargo de recuperar el hathayoga e innovar la cultura física en la región.
Krishnamacharya propició una mezcla cultural entre el hathayoga medie-
val y algunas otras técnicas yóguicas, más algunas técnicas corporales occi-
dentales como la gimnasia y la danza. Elaboró, entonces, el sistema de serie
de posturas dinámicas en una secuencia repetitiva que, posteriormente,
tomaría el nombre de Vinyasa Yoga. Fue maestro de las guras más repre-
sentativas del Yoga Postural Moderno como Pattabhi Jois, B.K.S Iyengar,
Indra Devi, Desikachar, entre otros.
El Yoga tiene una historia compleja. Difícilmente es posible trazar su re-
corrido sin notar que no tiene una única dirección ni un solo signicado;
tampoco tiene un desarrollo lineal, es decir, de un momento al otro, de
una escuela a otra no existe, necesariamente, una continuidad. Por lo con-
trario, como dicen Adrián Muñoz y Gabriel Martino en su texto Historia
Mínima del Yoga
6
, es un río de muchos cauces, un entramado tejido con
muchos colores. Es más acertado hablar de “muchos yogas” que de uno
solo, porque ello demuestra la movilidad y exibilidad propias del yoga
como un fenómeno vivo que está en constante cambio según la época, la
geografía, la cultura, la política, las formas de comprender el mundo, de
relacionarse con lo divino, etcétera. Resulta, por lo tanto, inútil tratar de
delimitar el yoga a una sola denición.
5 Singleton. El cuerpo del Yoga, 37.
6 Adrián Muñoz y Gabriel Martino, Historia Mínima del Yoga (Ciudad
de México, El Colegio de México,2019).
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Es muy común escuchar, repetidamente, en el ambiente yóguico ac-
tual, la frase: “yoga es unión”, pero ¿unión de qué con qué? Algunos
responden: “del cuerpo, la mente y el espíritu”; otros dicen “del Ser Ab-
soluto con el ser individual”. Y aunque, por supuesto, tal aproximación
es correcta desde su raíz etimológica, es equívoca desde una perspectiva
histórica porque esta denición reduce el yoga a un único sentido, como
si fuera estático y como si tuviera un único n metafísico, y esto no es así.
El yoga que practicamos actualmente en México ¿busca esta unión?,
¿tiene un n metafísico de salvación? En el desarrollo de este estudio se
verá que, según la experiencia que relatan los yoguis contemporáneos, la
práctica de yoga tiene muchos otros sentidos y una nalidad más bien
práctica, vivencial, mundana: una especie de herramienta que ayuda a en-
frentar las vicisitudes de la vida cotidiana, un “estar bien” con el entorno y
con uno mismo; pero, además, perdura con fuerza la noción de que a este
yoga lo sustenta la losofía de Patañjali. El Yogasūtra, pero, en especial, la
sección de los ocho aṅgas es muy conocida por los practicantes contem-
poráneos y suelen enunciarla incluso de memoria como parte esencial de
su práctica. Hay una especie de necesidad por sustentar losócamente
la práctica postural, con el n de que ésta no se vea reducida a la pura
forma, y resaltar que el yoga que se realiza hoy en día tiene una conexión
con la tradición yóguica antigua. Pero esto no logra denir la totalidad del
yoga contemporáneo en México, ni pretende hacerlo; enmarco este estu-
dio bajo la premisa de que el yoga postural tiene múltiples sentidos. En
esta investigación enunciaré solamente algunas formas de comprenderlo
desde la experiencia de practicar Vinyasa Yoga.
Yoga Postural Moderno
El Yoga Postural tiene como antecesor el Yoga Moderno que comenzó
a desarrollarse rápidamente tanto en Occidente como en India a nales
del siglo XIX. Esto fue el resultado de un cruce cultural entre la India
tradicional y la modernidad de Occidente y comenzó con dos eventos im-
portantes, de acuerdo con De Michelis: 1) la fundación de la sociedad
Teosóca en 1875, cuya sede se mudó a India poco después; y 2) la par-
ticipación de Swami Vivekananda en el Parlamento Mundial de las Reli-
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giones en Chicago en 1893, que también se trasladó a los EE.UU algunos
años después para difundir sus enseñanzas.
7

En un texto posterior, De Michelis explica que la expresión Yoga Mo-
derno se utiliza como un término técnico para referirse a ciertos tipos de
yoga que evolucionaron principalmente a través de la interacción de in-
dividuos occidentales interesados en las religiones de India y un número
de indios más o menos occidentalizados durante los últimos 150 años.
Puede, por lo tanto, denirse como el injerto de una rama occidental en
el árbol del yoga de la India. La mayor parte del yoga que se practica y
se enseña actualmente en Occidente, así como algo del yoga indio con-
temporáneo, cabe dentro de esta categoría.
8
Por su parte, Mark Singleton
preere llamarle “yoga anglófono transnacional”, por tratarse de sistemas
de yoga con muchas variantes, pero atravesados por el idioma inglés y ca-
racterizados por cruzar fronteras culturales y nacionales.
9
En los albores de este fenómeno, los āsana no fueron vistos con buenos
ojos porque eran relacionados con los mendicantes de la casta baja y con
prácticas ascéticas corporalmente extremas; y porque Vivekananda había
dejado muy claro el rechazo a la totalidad de las prácticas físicas del hatha-
yoga en su conocido Raja Yoga de 1896: “No tenemos nada que ver con
eso aquí, porque sus prácticas son muy difíciles, y no se pueden aprender
en un día, y después de todo, no conducen a un gran crecimiento espiri-
tual”
10
. De acuerdo con Singleton,
cuando Vivekananda hizo su síntesis del yoga en los años 1890, la práctica
de posturas se asociaba sobre todo con el yogin, término que designaba a los
7 Elizabeth De Michelis. “Some Comments on the Contemporary Practice of
Yoga in the UK, with Particular Reference to British Hatha Yoga Schools”, (Jour-
nal of Contemporary Religion. Vol.10, num. 3, 1995): 243.
8 De Michelis. A History of Modern Yoga, 2.
9 Mark Singleton. “Transnational Exchange and the Genesis of Modern Postural
Yoga”, en Yoga Traveling, Transcultural Research. Heidelberg Studies on Asia and
Europe in a Global Context, ed. por B. Hauser, (Switzerland, Springer Internatio-
nal Publishing, 2013): 38.
10 Singleton. “Transnational Exchange”, 40.
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haṭha yogins del linaje Nāth, pero que se empleaba en sentido más genérico
para referirse a ascetas, magos y artistas callejeros. Por confundírsele a menu-
do con el “faquir” musulmán, el yogui acabó simbolizando todo aquello que
consideraban abominable ciertas ramas de la religión hinduista. Las contor-
siones del haṭha yoga se asociaban con el atraso y la superstición, y muchos
consideraban que, por tanto, no tenía cabida en la empresa yóguica cientíca
y moderna.
11
De modo que, el Yoga que dio a conocer Vivekananda al mundo oc-
cidental fue un sistema losóco y mental cuya máxima autoridad sería
el Yogasūtra de Patañjali, mas no como una práctica de posturas. Suele
sorprender mucho a los practicantes contemporáneos que el yoga, tal y
como lo realizan, no proviene de un linaje directo de hace miles de años.
Por eso, es paradójico que a este Yoga Moderno de corte intelectual y con
un evidente rechazo a las prácticas físicas le siguieran formas de yoga cor-
poreizadas, principalmente.
¿Cómo fue entonces que el āsana tomó un lugar primordial cuando
era tan desdeñado? ¿Cómo se pudo dar pie al nacimiento de un estilo de
yoga que recorriera el mundo a un ritmo tan acelerado; y cómo se volvió el
más popular de todos? Evidentemente, no se trata de una continuidad, a
saber, del Raja Yoga de Vivekananda a la exaltación de un sistema de yoga
postural creado por T. Krishnamacharya; más bien fueron sistemas diver-
gentes que convivieron en el tiempo (a principios del siglo XX), a pesar
de concebir de manera tan distinta la práctica yóguica. Ambos caminos
salieron de India hacia el mundo, pero tenían estructuras y metodologías
diferentes; los une, sin embargo, un postulado de autoridad: la losofía de
Patañjali, autoridad que representa el fundamento de todo estilo de Yoga
Moderno y que persiste hoy en día en el imaginario de los practicantes
alrededor del mundo y, por supuesto, en México.
El minucioso estudio ya citado de Singleton sobre el yoga postural ex-
plica que, hacia nales del siglo XIX y principios del XX, se percibía en
Europa, principalmente, pero también en EE. UU, un fervor sin prece-
dentes por la cultura física. Por su parte, la India colonial deseaba también
formar parte de este entusiasmo por un cuerpo bello y trabajado, ya que
11 Singleton. El cuerpo del Yoga, 43.
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éste representaba un conjunto de principios ideológicos que todos desea-
ban poseer. El Yoga se erigió entonces como el símbolo de la cultura física
india. Este deseo de cultura física “no se concebía como un mero intento
mecánico de fortalecimiento físico, sino como un proyecto de restaurar la
integridad del individuo y de la vida colectiva”.
12
A nales del siglo XIX, la gimnasia sueca de Ling trazó el camino de
la cultura física moderna de Occidente y, con ello, también representó,
junto con la danza moderna estadounidense inspirada en los principios de
Delsarte y el culturismo de Sandow, una de las mayores inuencias para la
construcción del yoga postural en India que, posteriormente, se expandi-
ría por todo el mundo gracias a T. Krishnamacharya y sus alumnos.
El Yoga Postural Moderno representó el puente entre la tradición yó-
guica antigua y un panorama de cultura yóguica globalizada sin preceden-
tes cuyo desarrollo y expansión continúan a gran velocidad alrededor del
mundo.
¿Qué es el Vinyasa Yoga?
El Vinyasa Yoga o Vinyasa “Flow”, como también se le conoce, es un
estilo que se deriva del Ashtanga Vinyasa Yoga, que a su vez proviene del
sistema de T. Krishnamacharya. El Ashtanga Vinyasa comenzó a difun-
dirse alrededor del mundo con mucha rapidez a partir de la década de
1970, gracias a los practicantes occidentales que regresaban a sus respec-
tivos países a enseñar lo que aprendían en Mysore directamente de Pat-
tabhi Jois. El Ashtanga siguió propagándose (hasta el día de hoy) con su
propia estructura, metodología y losofía, como lo enseñó Pattabhi Jois
y su familia; pero hubo también una vena menos ortodoxa y mucho más
dispuesta a hacer cambios en la estructura o incluso a no seguirla y a crear
secuencias nuevas, lo que dio lugar a un método que incluye algunos de
los elementos fundamentales del Ashtanga Vinyasa, tales como los band-
has y drishtis o la respiración ujjayi, por ejemplo, pero que añade nuevos
elementos, como la libertad en cuanto a la forma de secuenciar las postu-
ras y una creatividad en el desarrollo de la clase que hace que difícilmente
12 Singleton, El cuerpo del Yoga, 187.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
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una sea igual a otra. De hecho, los maestros y maestras con experiencia
improvisan la secuencia de las posturas durante una clase, en vez de tener
una estructura previamente establecida.
El Vinyasa Yoga es entonces un estilo de yoga occidentalizado con algu-
nos elementos provenientes del sistema de Krishnamacharya, de donde
tomó el nombre Vinyasa; sin embargo, no debe confundirse con el vīn-
sa krama que, de acuerdo con T. K.V. Desikachar, hijo y alumno devoto
de Krishnamacharya, se dene de la siguiente manera:
Krama es el paso, nyāsa signica colocar” y el prejo vi- se traduce como
de una manera especial” (…) Vīnyāsa krama describe un recorrido correc-
tamente organizado de la práctica del yoga (…) describe la construcción de
un recorrido gradual e inteligente para nuestra práctica, y es fundamental
usarlo sin importar que nos estemos enfrentando a una práctica de āsana,
prāṇāyāma o algún otro aspecto del yoga.
13
Llama la atención el hecho de que antes de dar esta denición que ree-
re, aparentemente, a una técnica, Desikachar dice que “realizar la práctica
de yoga siguiendo los conceptos expresados en el Yoga Sūtra se le conoce
como vīnyāsa krama”.
14
Este tipo de aseveraciones suele crear confusión
dentro de los practicantes contemporáneos de yoga, pues interpretan que
la manera de ejecutar un āsana o un prāṇāyāma está explicada en Patañjali,
de modo que los estudiantes pueden pensar que la técnica física, es decir,
cómo respirar y cómo moverse de forma cuidadosa y paulatina, está des-
crita en el Yoga Sūtra. Y evidentemente esto no es así.
Vale decir que El Corazón del Yoga, de Desikachar, es un texto dedicado
a explicar, en términos sencillos y contemporáneos,el Yoga Sūtra de Pata-
ñjali. Naturalmente, dedica varias páginas a la explicación técnica de los
āsanas con sus respectivos vinyasas, con ilustraciones y fotos de su padre
haciendo las posturas. Sin embargo, en esencia, es un texto que presenta
los fundamentos de la práctica yóguica a partir de la losofía de Patañjali,
en particular de las ocho ramas (aṣtanga), pero esto no signica que el Yoga
Sūtra exponga una técnica en particular sobre cómo practicar posturas.
13 T.K.V. Desikachar, El corazón del yoga. Desarrollando una práctica personal
(México, Inner Traditions en español, 2003): 25-26.
14 Desikachar, El corazón del yoga, 25.
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Por otro lado, el Vinyasa Yoga, que se expandía alrededor del mundo,
también fue llevado de regreso a India en un efecto de re-enculturación o
efecto pizza”, como le llamó con humor Agehanada Bharati:
La pizza original era un pan al horno caliente que fue exportado desde Italia
a América; tras adornar la receta con ingredientes diversos volvió a su patria
original, donde se convirtió en plato nacional. De forma parecida, algunos
elementos de la cultura hindú, como el yoga, la bhakti, los gurús, y algunas
enseñanzas, danzas y músicas hindúes han sido exportados a Occidente, gra-
cias en gran medida al Renacimiento Hindú, tras popularizarse y adaptarse
han retornado a India, donde han adquirido el favor de los hindúes urba-
nos.
15
Actualmente, puede encontrarse en India un gran número de escuelas
de Vinyasa Yoga, así como una gran oferta de certicaciones para maestros
o teachers training en Vinyasa Yoga avalados por la Yoga Alliance.
16
Esto
es una muestra clara del fenómeno de globalización del yoga: es posible
aprender Vinyasa Yoga en India, en EEUU o en México con métodos y
estructuras prácticamente idénticos. Este estilo de yoga es, hoy en día, el
más difundido y practicado alrededor del mundo, pero, sobre todo, es
tierra fértil para la generación de nuevos estilos o mezclas que denotan
la plasticidad del Yoga Postural Moderno, es decir, su constante cambio
y adaptación.
Ahora bien, en el mundo del yoga contemporáneo, los practicantes sue-
len usar el término vinyasa para hablar de un estilo de yoga que tiene “una
secuencia uida de asanas especícas coordinadas con los movimientos de
la respiración”.
17
Esto tiende a convertirse en un modo uido de ejecutar
las posturas; es también un estilo libre y creativo donde las posturas no
se mantienen por demasiado tiempo (como en otros estilos), y donde la
mayoría de las veces hay música y cierto ritmo para generar, precisamen-
te, el ow, a saber, esa uidez de movimiento en la secuencia de posturas
15 Gavin Flood, El hinduismo (Madrid, Cambridge University Press, 1998), 286.
16 Yoga Alliance es la asociación que representa a la comunidad de yoga más
grande del mundo, con más de 7.000 escuelas de yoga registradas (RYS) y más
de 100.000 profesores de yoga registrados (RYT). https://www.yogaalliance.org/
17 Shiva Rea, “Consciosness in motion”, Yoga Journal, (noviembre, 2012).
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
49
coordinadas con la respiración. Por eso se entiende popularmente que el
método del Vinyasa Yoga consiste en coordinar la inhalación y la exhala-
ción con el movimiento del cuerpo para entrar y salir de las posturas. Así,
por ejemplo, en el Saludo al Sol (Surya Namaskar) se inhala al levantar
los brazos al cielo y se exhala al bajarlos junto con todo el tronco para
tocar el suelo, se vuelve a inhalar al levantar la cabeza y estirar la espal-
da, y así sucesivamente. Cada movimiento corresponde a un paso de la
respiración. En una clase de Vinyasa Flow se sigue la técnica de coordinar
movimiento y respiración durante todas las transiciones entre posturas y,
algunas veces, al ritmo de la música.
El Vinyasa es el primer estilo de yoga que incorporó música a las clases
y, debido a toda esta apertura y exibilidad en el método, comenzaron a
crearse estilos aún más variados y formas híbridas de yoga como el Acro-
yoga
18
, el Yogance
19
, Shadow Yoga
20
, Budokon
21
, por nombrar algunos de
los ejemplos más representativos de la inuencia y evolución del Vinyasa
Yoga en cuanto a la libertad y creatividad de las secuencias.
Ahora bien, el Vinyasa que se ha descrito como el estilo de yoga que
tiene sus bases en el linaje de Krishnamacharya, pero que a la vez juega con
sus propias reglas, y que implementó nuevos elementos a la práctica como
la música y la libertad en la creación de las secuencias ha sido, al menos
en México, difundido y renovado por los bailarines de danza moderna y
danza contemporánea, principalmente. Un importante número de prac-
ticantes de yoga en la actualidad tiene como escuela esta forma de practi-
car un yoga postural. En esta investigación abordo cómo el Vinyasa se ha
convertido en uno de los yogas posturales más practicados y conocidos en
18 Together in Balance, “AcroYoga 2020”, video de YouTube, 6:28. https://www.
youtube.com/watch?v=Ukg40K5aTLU
19 Tamara Levinson, “The original Yoga Dance. Yogance Creator”, video de You-
Tube, 1:58. https://www.youtube.com/watch?v=lETkKUjKs04
20 MoscowYogaLover, “Shadow Yoga”, video de YouTube, 5:46. https://www.
youtube.com/watch?v=8-e_NRotWQI
21 Budokon University, “Budokon Yoga Primary Series – Section 2”, video de
YouTube, 6:22. https://www.youtube.com/watch?v=fCgNX4WloZA
50
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
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xico, y expondré cómo y por qué los bailarines se sintieron atraídos e
identicados con este método.
Para ello, entrevisté a algunas de las guras más representativas del
Vinyasa Yoga en México, que antes fueron bailarines, y me mostraron
su manera de concebir el yoga desde una sensibilidad única que habían
aprendido de la danza; se trata de un conocimiento profundo del cuer-
po, de una atención trabajada en las sensaciones y de una comprensión
sobre el movimiento y la respiración que otorga un sentido vivencial y
no mecánico, es decir, la posibilidad de experimentar la práctica yóguica
como una vivencia fenomenológica. Como resultado, algunos practican-
tes y maestros de Vinyasa que fueron o que son bailarines tienen, aun
sin saberlo o teorizarlo, un acercamiento al yoga desde una comprensión
fenomenológica del cuerpo. Por esta razón, conciben el āsana como algo
más que sólo una postura que realiza el cuerpo o como un medio para
alcanzar metas más elevadas.
Metodología. Una fenomenología de las posturas
Para llevar a cabo esta investigación realicé una serie de entrevistas no es-
tructuradas a maestras y maestros de yoga que fueron considerados “pie-
zas clave”, ya sea por difundir o por introducir en México las diferentes
formas de Vinyasa Yoga. En las entrevistas salió a la luz que la mayoría de
estas guras conoció este estilo de yoga en Estados Unidos por dedicarse
a la danza moderna o la danza contemporánea, y que fueron sus maestros
de danza quienes les presentaron el yoga por primera vez. Como se verá
en sus testimonios, los maestros de danza utilizaban algunos elementos
del Vinyasa Yoga como parte del entrenamiento dancístico: las posturas
secuenciadas y uidas, una respiración rítmica, el Saludo al Sol, etcétera.
Los entrevistados expresaron que, al experimentar esta práctica yóguica se
sintieron muy atraídos por aprender más y profundizar en la técnica, por
lo que, aun siendo bailarines, comenzaron a formarse en este estilo con los
pocos recursos que tenían al alcance: a veces con libros, a veces tomaban
clases en Estados Unidos cuando les era posible viajar unas cuantas sema-
nas, para luego continuar de forma autodidacta su práctica en México,
donde todavía no se desarrollaba este estilo.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
51
Por otro lado, fue posible analizar la experiencia de los practicantes de
Vinyasa Yoga con respecto a su comprensión de las posturas. Se reveló
en las entrevistas que, debido a su previa trayectoria como bailarines, los
incipientes practicantes de Vinyasa Yoga ponían una especial atención a
las sensaciones corporales durante las posturas, a las transiciones o al es-
tado mental tras realizar ejercicios de respiración. Los “yoguis-bailarines”
pudieron describir, nombrar y conceptualizar con especial detalle aquello
que sienten y viven al practicar yoga.
Tales descripciones de la experiencia aportaron un acercamiento sobre
por qué una clase de Vinyasa Yoga reúne elementos que la hacen una téc-
nica able y profunda de la atención al cuerpo y a la mente, y cómo esto, a
su vez, resignica la concepción de āsana, pues los practicantes le otorgan
un sentido que va más allá de la postura física o gimnástica. Las posturas
vividas desde esta perspectiva recrean, en la experiencia de quien las prac-
tica, sentimientos de transformación, de libertad, de autoconocimiento,
de reexividad y conciencia.Los testimonios de viva voz aquí elegidos re-
latan que la práctica yóguica es una vivencia corporal, donde el cuerpo es
un modo de presencia que además se encuentra en relación con el mundo,
es decir, es un cuerpo fenomenológico.
La metodología parte, entonces, de analizar la descripción fenomeno-
lógica de la práctica contemporánea de Vinyasa Yoga manifestada en las
entrevistas, con el n de determinar algunos de sus sentidos más allá de
un signicado meramente “postural”. Se verá que el āsana no es precisa-
mente lo mismo que poner al cuerpo en una determinada postura, sino
que implica cierta intención, atención y un conocimiento profundo del
cuerpo, a saber, un conocimiento que ha sido desarrollado previamente
en el entrenamiento de danza moderna o contemporánea.
Para algunos practicantes de Vinyasa, el āsana se experimenta como
una vivencia corporal concreta. Esto muestra una comprensión del yoga
contemporáneo que poco tiene que ver con una denición del yoga como
un ejercicio físico, es decir, como una práctica simplemente postural. Es
cierto que los estilos de Yoga Postural Moderno, como el Iyengar, el Ash-
tanga Vinyasa y, por supuesto, el Vinyasa Yoga le dan prioridad a las pos-
turas, pero postura en tanto āsana puede signicar algo más que colocar
al cuerpo en una posición; o para decirlo de otra forma, algunas prácticas
52
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de Vinyasa Yoga tienen la consigna de transformar la postura en āsana, a
saber, de transformar la mera experiencia del cuerpo moviéndose o ejerci-
tándose, a experimentar un cuerpo dispuesto existencialmente, es decir, a
que el āsana dé cuenta de la propia presencia en el mundo, de sentirse a sí
mismo a través de la postura. La manera en la que los practicantes viven el
movimiento de su cuerpo durante las posturas no es la de un cuerpo ob-
jetivo, anatómico o biológico, sino la de un cuerpo subjetivo, vivido; es la
propia existencia encarnada la que se mueve, la que respira, la que quiere
experimentar todas las potencialidades del cuerpo.
Ahora bien, ¿en qué sentido la fenomenología puede aportar un punto
de partida metodológico para pensar una reinterpretación del yoga postu-
ral? Se presuponen, naturalmente, los postulados husserlianos en cuanto
a la noción de experiencia subjetiva, pues lo que pretendo examinar es la
vivencia de los practicantes contemporáneos de hacer posturas y describir
tales experiencias desde una comprensión fenomenológica, con el n de
mostrar que hacer āsanas no es lo mismo que poner al cuerpo en determi-
nadas posiciones meramente físicas, sino que implica una atención muy
na y particular hacia el cuerpo; por eso, el punto de partida es la fenome-
nología del cuerpo de Merleau-Ponty, que, desde mediados del siglo XX,
permitió pensar la conciencia como conciencia encarnada, con lo cual
también se abría un nuevo camino para pensar el mundo, la existencia y,
por supuesto, el cuerpo propio.
El Vinyasa Yoga como práctica de atención
fenomenológica del cuerpo
Para pensar la práctica yóguica contemporánea desde un lugar distin-
to al de concebirla como una serie de meras posturas físicas habrá que
partir de una atención fenomenológica, es decir, llevando a la conciencia
lo vivido (lo sentido y percibido) durante la ejecución de una postura de
yoga. Ahí aparecen, entonces, nuevos sentidos: los āsanas pueden sentirse
como contorsiones o no dependiendo, precisamente, de la atención y del
sentido que se le dé al momento de su ejecución. Se trata, entonces, de un
estado de ser, de una reexividad, es decir, de un acto de autorreferencia
o un proceso subjetivo de indagación sobre lo sentido en uno mismo. De
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
53
ahí que el āsana pueda ser algo más que una mera postura física y que
el yoga postural pueda ser considerado por los practicantes contemporá-
neos, no como un ejercicio de exibilidad o calistenia, sino precisamente
como un ejercicio corporal de la conciencia. Esto quiere decir que el yoga
postural contemporáneo responde, actualmente, a determinada manera
de comprender el cuerpo propio y de habitar el mundo, a partir de ciertas
técnicas que resultan ser reexivas, como el āsana y el prāṇāyāma.
Así lo propone también Ana D´ Angelo en su artículo “Conciencia en
la postura: del dualismo a la reexividad en la práctica de yoga.Es un
estudio etnográco sobre varias prácticas de yoga en la ciudad de Mar del
Plata, Argentina, entre 2009 y 2013. Su análisis contrasta el clásico dualis-
mo mente-cuerpo con el modo de acceder tanto a la mente como al cuer-
po, a través de ejercicios de conciencia en el cuerpo. D´Angelo, siguiendo
a Andrew Strathern, hace una distinción entre dos paradigmas comple-
mentarios: “los que se interesan por el cuerpo y la mente en la mente
(los aspectos mindful o conscientes), y los que se ocupan del cuerpo y
la mente en el cuerpo (embodiment o corporalidad)”.
22
D´Angelo explica
que Strathern denuncia que el término embodiment ha sido inútilmente
ajustado en direcciones contrarias: uno que enfatiza lo físico y material;
y la otra lo mental y abstracto, por lo que el autor propone utilizar em-
bodiment como un mediador entre las dos tendencias; de modo que la
corporalidad no sea comprendida como uno de los polos entre lo físico y
lo mental, sino que la mente y el cuerpo pueden comprenderse, ambos,
desde la corporalidad. Esto sirve como referente al momento de pensar y
tratar de describir fenomenológicamente la experiencia de hacer posturas.
Cuando los practicantes de Vinyasa describieron su vivencia de las pos-
turas recurrían a su memoria corporal ya entrenada por la danza; en sus
descripciones resalta la idea de que el cuerpo y la mente no están separa-
dos pues se experimentan juntos corporalmente, es la mente encarnada,
completamente imbuida en el cuerpo. En este sentido, la práctica de yoga
se percibe desde la corporalidad (embodiment).
22 Ana D´Angelo. “Conciencia en la postura: del dualismo a la reexividad en la
práctica de yoga”, Runa. 37.1 (2016): 23.
54
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D´Angelo habla de cómo los maestros contemporáneos de yoga cons-
tantemente dicen frases como “concéntrate en tu cuerpo”, “concéntrate
en el ritmo de tu respiración, en tus sensaciones, en tus emociones, en tus
pensamientos”, etcétera, con el n de crear en los alumnos una experien-
cia “espiritual” surgida de la idea de la no-separación entre la mente y el
cuerpo, la cual se ha logrado mediante una atención que se dirige al cuer-
po desde el propio cuerpo, es decir, que la atención en la práctica de yoga
es más una vivencia corporal que una vivencia mental, y no solamente
en lo que se reere a las posturas, sino también respecto a la atención a la
respiración y a los procesos mentales.
Por su parte, Natalie Depraz en su texto “Fenomenología de la atención
“after” Husserl”, señala que habría que desarmar “todo resquicio inter-
pretativo de la atención en términos de estado mental, inefable, interno
y solipsista”.
23
El estudio fenomenológico de Depraz presenta la atención
como “una experiencia mucho más compleja y diferenciada, arraigada,
por ejemplo, en actitudes corporales muy precisas: visual, táctil, cinestésica
y verbal”.
24
La perspectiva de Depraz permite analizar el fenómeno de la
atención en el cuerpo y en la respiración que tanto se llevan a cabo en una
práctica de Vinyasa y que, a su vez, permite resignicar el papel del cuerpo
en la práctica postural contemporánea.
Cuando ponemos atención al cuerpo en el ujo del movimiento y de
la respiración tomamos una determinada actitud corporal, en lugar de lle-
var a cabo un proceso mental. Es decir, poner atención, por ejemplo, a lo
que siente mi columna vertebral mientras hace una torsión es el cuerpo
dirigiéndose al lugar especíco en donde está ocurriendo aquello a lo que
pongo atención. Y el Vinyasa Yoga tiene mucho de ello.
D´Angelo explica que las operaciones de atención no son operaciones
cognitivas, sino que “la atención y la concentración pretenden ser opera-
ciones reexivas en las que el cuerpo interviene incluso como sujeto de
23 Natalie Depraz, “Fenomenología de la atención “after” Husserl”, Acta fenome-
nológica latinoamericana. Volumen IV, (2012): 27.
24 Depraz, “Fenomenología de la atención “after” Husserl”, 28.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
55
la acción”.
25
Cuando en una clase de Yoga el maestro dice “concéntrate”,
no quiere decirle al alumno que haga una operación intelectual, sino que
ponga atención a lo sentido en su propio cuerpo, que sienta su propia
sensación. El cuerpo es, entonces, sujeto y objeto de percepción a la vez.
En su ponencia “Experiencias de yoga y danza: Exploraciones teóri-
co-metodológicas en la investigación del (propio) cuerpo”, Bárbara Ayala
y Natalia Ramírez consideran, igualmente, que la tradición fenomeno-
lógica es un marco teórico adecuado para la indagación de lo corporal a
partir de la experiencia subjetiva. Para realizar este estudio se apoyaron en
Thomas J. Csordas y en Nick Crossley, desde la antropología del cuerpo
y la sociología del cuerpo, respectivamente. Estas tradiciones tienen el co-
mún interés por comprender el cuerpo a partir de su condición existencial
e intersubjetiva. Tal perspectiva permite acercarse a la experiencia sensible
y subjetiva del cuerpo a través de disciplinas como el Vinyasa Yoga y la
danza contemporánea, por ser técnicas corporales que propician la explo-
ración de las sensaciones y del movimiento mediante una autorreferencia.
T. Csordas, inuenciado por las ideas de conciencia perceptual de Mer-
leau-Ponty, y de práctica colectiva de Pierre Bordieu habla de “modos
somáticos de la atención” en un texto del mismo nombre.
26
Los modos
somáticos de atención son modos culturalmente elaborados de prestar
atención a y con el propio cuerpo. Poner atención al cuerpo con el cuerpo
implica que éste ha dejado de percibirse como un objeto; ahora se atiende
al cuerpo en su situación vital, en su modo de habitar el mundo en rela-
ción con el otro. Esto signica que el modo en el que se pone atención está
culturalmente constituido.
El estudio de James Morley hace una comparación entre la práctica de
prāṇāyāma y la Fenomenología Existencial de Merleau-Ponty. Propone
que el del yoga es un cuerpo vivido (y no un cuerpo-instrumento) porque
rechaza la distinción entre sujeto y objeto. Explica que los discursos teó-
ricos desarrollados por la academia sobre el Yoga de Patañjali se quedan
25 D´Angelo, “Conciencia en la postura”, 27.
26 Thomas Csordas, “Modos somáticos de la atención”, Cultural Anthropology.
Vol. 8, N°. 2 (1993): 135-156.
56
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incompletos y, por lo tanto, toma como referencia al scholar-practitioner
Desikachar en su texto El Corazón del Yoga. La práctica de prāṇāyāma
sería el paradigma de esta indistinción entre aparentes opuestos. Según
este autor,
Prāṇāyāma, o el control de la respiración, parte integral de la práctica de
yoga, prevalece contra esta alienación: es la experiencia concreta del cuerpo
como la relación entre el interior y el exterior. Respirar es traer aire externo
hacia nosotros y llevarlo rítmicamente hacia afuera. Esta simple experiencia,
tan común a todos nosotros, se pone de maniesto en la práctica de yoga.
27
Morley tiene el acierto de exponer la descripción fenomenológica de lo
que ocurre en el cuerpo del practicante mientras hace āsana o prāṇāyāma,
como si fuera precisamente la fenomenología del cuerpo la metodología
que mejor explica el sentido profundo del yoga postural. Y por esta razón,
el practicante contemporáneo de yoga no se identica con la denición
que se le da al yoga cuando se le llama “postural” en un sentido simple-
mente instrumental. Es más bien un yoga corporal en un sentido amplio,
un yoga reexivo, un yoga fenomenológico. Es un modo de estar en el
cuerpo y en el mundo, un modo de percibirse o, mejor dicho, de auto
percibirse, pues las posturas y el control de la respiración son ejercicios
que producen propiocepción, a saber, la percepción interna; se trata de
la atención dirigida hacia adentro. Por eso, Morley toma como referencia
a un scholar-practitioner como Desikachar, pues éste explica que el yoga
es algo que experimentamos muy dentro de nuestro ser y no es una experien-
cia externa. En el yoga tratamos de poner en cada acción la mayor atención
posible en lo que hacemos; es diferente al baile o al teatro. En el yoga no
estamos creando nada para que lo vean los demás. Al realizar los diferentes
āsanas observamos al mismo tiempo, lo que estamos haciendo y cómo lo
estamos haciendo. Si no nos ponemos atención al realizar nuestra práctica,
entonces no podemos decir que eso es yoga.
28
La experiencia de la práctica yóguica llevada a cabo como la describe
27 James Morley, “Inspiration and Expiration: Yoga Practice through Mer-
lau-Ponty´s Phenomenology of the Body”, Philosophy East and West, Vol.51, No.
1, (Enero 2001): 76.
28 Desikachar, El corazón del yoga, 23.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
57
Desikachar tendría que conducir al entendimiento de que se trata de la
unión del observador y el observado. Por eso la atención es un gesto, como
dice Natalie Depraz, porque la atención parece ser más una experiencia
corporal que un proceso mental. En el yoga corporal, los practicantes ex-
perimentan esta atención como una dirección corporal hacia algún lugar
del propio cuerpo. Es el cuerpo observándose a sí mismo, el testigo y el
que siente a la vez. En un ejercicio de prāṇāyāma, por ejemplo, se lleva
la atención hacia la sensación del aire entrando y saliendo por las fosas
nasales, es como si la atención se posara sobre la nariz, no la mente; y lo
mismo pasa con los āsanas: el cuerpo se pone atención a sí mismo, a cómo
colocar los músculos, los huesos, cómo elongar, cómo contraer, dónde
poner fuerza y dónde relajar, cómo respirar y, como consecuencia de esto,
observar también el ujo de pensamientos. Hay una comprensión gene-
ralizada de que todo esto se reeja en el āsana; y yo misma, como maestra
de yoga, he visto durante 15 años cuerpos que saben en todo momento
cómo moverse, y otros que no saben siquiera cómo respirar, que no se
percatan de su habitar en el cuerpo. La conciencia que tiene una persona
sobre su propio cuerpo se ve en una postura, como si fuera un tipo de
lenguaje corporal.
El conjunto de todas estas vivencias durante la práctica yóguica hace
que algunos practicantes contemporáneos denan el yoga como “un tejer
no la tela de nuestro saber estar como cuerpo…no porque implica un
ejercicio de conciencia profundo…una atención a la existencia”.
29
El yogui-bailarín: la relación yoga-danza
Por los estudios de Michelis y Mark Singleton se sabe que la relación en-
tre yoga y danza es muy estrecha desde el nacimiento del Yoga Moderno,
y que ya aparecían, desde principios del siglo XX, algunos elementos del
Movimiento Somático y la Gymnastik alemana unidos a aspectos del yoga
de Krishnamacharya. Singleton relaciona estos movimientos de cultura
física con la tradición de gimnasia armónica de Estados Unidos y Gran
29 Raissa Pomposo (practicante de yoga, bailarina, docente y lósofa) en diálogo
con la autora, 15 de febrero de 2021).
58
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Bretaña que fueron encabezados por mujeres y alumnas del famoso Fran-
cois Delsarte, pues eran una alternativa a la educación física militarista de
la época. No es casual que estas mujeres que encabezaban la Gymnastik y
la Somática ofrecieran una visión holística de la vida, al hablar de “espiri-
tualización de la carne” y de “unión del cuerpo, la mente y el alma”;
30
lo
cual, como se puede comprobar actualmente, inuyó de forma muy sig-
nicativa en el yoga del siglo XX y hasta la fecha. Por eso, existe en el yoga
postural contemporáneo, y más aún el Vinyasa Yoga, una familiaridad
con el lenguaje de la danza; de modo que lo que se descubre experiencial-
mente sobre el cuerpo en la danza es llevado al āsana para transformarse
en un nuevo lenguaje de movimiento.
El trabajo yóguico que desarrollan los bailarines tiene la peculiaridad de
querer explorar el movimiento y ver en el āsana un campo fértil de apren-
dizaje sobre el cuerpo y las sensaciones, así como sobre la experiencia de
habitar el mundo. El “yogui-bailarín”, normalmente, adopta como parte
de su vivencia una manera especíca de comprender el mundo, es decir,
que no utiliza su cuerpo, sino que vive siempre desde él, con una atención
particular volcada hacia el propio cuerpo; el yogui-bailarín ha desarrolla-
do una atención más amplia ysostenida en su cuerpo.
Como se ha visto, para el yogui-bailarín, el āsana es una postura corpo-
ral fenomenológica, es decir, vivida y experimentada desde las entrañas; es
repensada y resignicada, dotada de un sentido. En las conversaciones que
tuve con las maestras y maestros de yoga se revelaron nuevas concepcio-
nes sobre las posturas, sobre el cuerpo, el movimiento y la respiración, que
demuestran que el yoga postural es pensado y vivido como una forma de
acceder al mundo y de habitarlo.
30 Mark Singleton, El Cuerpo del Yoga. Los orígenes de la práctica postural moder-
na (Barcelona: Kairós, 2018): 311.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
59
Las piezas clave en la instauración y desarrollo del
Vinyasa Yoga en México: cuatro testimonios
El legado de Dharma Mittra
Óscar Velázquez fue, al parecer, quien introdujo por vez primera el Vin-
yasa Yoga a México y uno de los primeros maestros de yoga en el país, jun-
to con Herta Rogg (que introdujo el Yoga Iyengar) y Ana Desvignes (que
hizo lo mismo con el Ashtanga Vinyasa), todo esto a principios de los
noventa. Óscar es un claro ejemplo de la estrecha relación que existe entre
el yoga y la danza en el Vinyasa Yoga. En una comunicación personal que
tuvimos (10 de marzo de 2021) relató su recorrido por la danza y cómo
esto lo llevó al yoga, que es a lo que dedica su vida desde hace 30 años.
Antes de conocer el yoga, Óscar entró a la Escuela Nacional de Danza
en Bellas Artes a los 14 años. A esta corta edad conoció a la famosa co-
reógrafa y bailarina estadounidense Anna Sokolow, pionera en la danza
moderna en el mundo y en México, quien tuvo un especial interés en él y
lo recomendó en diferentes compañías de danza moderna en Nueva York.
Después de siete años de estudio en Bellas Artes viajó a Nueva York ya
como bailarín profesional y ahí conoció el cruce entre el yoga y la dan-
za.Previo a esto, Óscar ya había tenido su primer contacto con el yoga en
la GFU (la Gran Fraternidad Universal) dirigido por Shayá Michán, en la
colonia Roma de la Ciudad de México, “que era el único yoga que había
en México en ese tiempo” (nales de la década de1980). Describe que la
práctica de yoga de la GFU consistía en hacer siempre la misma secuencia
de ejercicios o “pre-yoga”, luego darse un baño con agua fría en la misma
regadera con los demás practicantes (separados, claro, en hombres y mu-
jeres); y luego ponerse ropas blancas para hacer algunas posturas de hatha
yoga y meditar.
Ya en Nueva York, durante el período de su beca, Óscar Velázquez co-
noció el Vinyasa Yoga con Lygia Lima,
31
quien fue alumna de David Life
31 Acerca de Lygia Lima”, acceso el 28 de marzo de
2022, https://es.lygialimayoga108.com/about
60
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 1(2): 37-74, Julio-Diciembre 2022
y Sharon Gannon, creadores del método Jivamukti Yoga.
32
Lygia es, sin
duda, una gura imprescindible del Vinyasa Yoga en México, pues ha for-
mado a cientos de maestros en este estilo. En Nueva York, Lygia Lima,
que era bailarina, impartía clases de yoga a bailarines profesionales como
parte de su entrenamiento. David Life y Sharon Ganon son precursores
en incluir música a las clases de yoga y en hacer secuencias más libres y
uidas porque, precisamente, tienen una formación en danza y en per-
formance; incluso tienen coreografías donde mezclan āsanas con danza.
Véase, por ejemplo, Asana: sacred dance of the yogis,
33
de 2007; y Guruji,
34
de 2008. Su método ha sido la base de los variados estilos que se emplean
hoy en día en la mayoría de los estudios de yoga en México.
Ahora bien, el padre de este camino y, seguramente, la inuencia más
grande y representativa del Vinyasa en todo el continente americano es el
maestro Sri Dharma Mittra,
35
maestro de Óscar Velázquez durante mu-
chos años, así como de Lygia Lima. Dharma Mittra creó un estilo propio
de Vinyasa: Dharma Yoga, es considerado por los practicantes contempo-
ráneos como un referente ineludible sobre cómo es un maestro no indio
que desarrolló un estilo a partir de lo aprendido de un yogui indio.
Dharma Mittra (Carlos Augusto Vargason) nació en Minas Gerais, Bra-
sil, en 1939. Pertenecía a la Fuerza Aérea Brasileña y en 1964 la dejó para
viajar a la ciudad de Nueva York a estudiar con su gurú Swami Kailasha-
nanda, conocido en Estados Unidos como Yogui Gupta. De acuerdo con
Óscar Velázquez, que conoce muy bien la historia de su maestro, Dharma
32 “Jivamukti Yoga”, acceso el 28 de marzo de 2022, https://jivamuktiyoga.com/.
33 Jivamukti Yoga, “Asana: Sacred Dance of the Yogis Trailer”, video de YouTube,
1:20, acceso el 28 de marzo de 2022, https://www.youtube.com/watch?v=ljCwu-
dRDEuY
34 Ganeshela, “Guruji: Jivamukti Yoga Asana Dance”, video de YouTube, 7:16,
acceso el 28 de marzo de 2022, https://www.youtube.com/watch?v=XAjNH-
DUz9LE
35 Sigismondi Productions, “Dharma Mittra | OHMME”, video de YouTu-
be, 1:51, acceso el 28 de marzo de 2022, https://www.youtube.com/watch?-
v=-BfuWlZJNqc
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
61
Mittra era sicoculturista antes de conocer el yoga; llegó a Manhattan in-
vitado por su hermano y comenzó a vivir y a estudiar con Kailashananda
en su ashram.
36
Vivió una década con su maestro y recibió las enseñanzas
de yoga como se hacía tradicionalmente, es decir, como un brahmachari:
un estudiante célibe que le tiene devoción a su maestro. A su salida del
ashram, en 1975 fundó el Dharma Yoga Center.
37
En su libro Asanas.608
Yoga Poses, Dharma Mittra dice que
hace 3000 años el yoga empezó con una sola postura meditativa: la postura
del loto, que la palabra āsana signica “postura de meditación”, y que luego,
con el tiempo, los maestros introdujeron la postura de la cobra para mante-
ner la espina exible.En su búsqueda de la salud física desarrollaron las 8
posturas más importantes para asegurar la salud del cuerpo y las glándulas.
De ahí creció. Incluso hoy docenas (sic) de posturas son creadas cada año
por verdaderos yoguis alrededor del mundo. Hay muchas diferentes escue-
las, cada una con sus propias, pero básicamente todo el yoga viene del mismo
grupo de āsanas clásicos. En los 30 años que llevo enseñando yoga he desa-
rrollado muchas posturas, pero en yoga nadie pone su nombre en la postura
porque en realidad yo no hago nada, yo sólo soy un cuerpo a través del cual
pasa la intuición”.
38
Dharma Mittra es uno de estos yoguis que crean posturas. Tan sólo en
el libro recién mencionado se fotograó a sí mismo en cada una de las 608
posturas, pero sorprende aún más el Máster Yoga Chart of 908 Asanas,
39
ejecutadas por él también, y que hizo en homenaje a las enseñanzas de su
maestro. Más adelante en dicho libro recuerda una famosa frase de B.K.S
Iyengar: “Mi cuerpo es mi altar y mis posturas son las oraciones (…) La
36 Óscar Velásquez, comunicación personal, 10 de marzo de 2022.
37 Sri Dharma Mittra, “Sri Dharma Mittra”, https://www.dharmayogacenter.
com/about/sri-dharma-mitra/
38 Dharma Mittra, Asana. 608 Yoga Poses. (California: New World Library,
2003), 13.Las 8 posturas son: Sirshasana, Sarvangasana, Bhujangasana, Pachi-
motanasana, Matsyendranasana, Mahamudra, Siddhasana y Padmasana, 16.
39 Dharma Yoga Center, “Sri Dharma Mittra Creating “The Master Yoga Chart
of 908 Postures””, Video de YouTube, 3:37, acceso el 28 de marzo de 2022, ht-
tps://www.youtube.com/watch?v=PtTJYAcFoWs
62
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 1(2): 37-74, Julio-Diciembre 2022
práctica de Yoga es un acto de adoración al Señor”.
40
Esta idea ha trascen-
dido en los practicantes de yoga contemporáneo que conciben su práctica
postural como algo más que mera gimnasia corporal. Esto es paradójico,
pues la práctica contemporánea de yoga se concentra mayormente en la
ejecución de las posturas, lo cual, aparentemente, no tiene relación con
una práctica devocional; sin embargo, este tipo de enseñanzas apuntan al
hecho de que en el yoga postural contemporáneo hay un sentido devocio-
nal o de unión con lo divino a través del cuerpo, es decir, de las posturas.
Es una reinterpretación del papel del asana: en la habilidad y el poder
del cuerpo para ejecutar cientos de posturas (y crear nuevas) se realiza el
objetivo “espiritual” del yoga.
Entonces, tanto Dharma Yoga como Jivamukti Yoga (ambos con sede
en Nueva York) son estilos clave para comprender el desarrollo del Vin-
yasa en México. Muchos maestros mexicanos se han formado en alguno
de estos estilos. En el caso de Óscar Velázquez, él se formó directamente
con Dharma Mittra y, por otro lado, con Lygia Lima (ambos brasileños
de nacimiento). El yoga que trajo Óscar de Nueva York a México fue, por
lo tanto, una mezcla de Dharma Yoga, Jivamukti Yoga y Danza Moderna.
Y este fue el estilo de yoga que ha formado a cientos de maestros, de los
cuales algunos fundarían las escuelas más importantes de la Ciudad de
xico.
Óscar describe su enseñanza como la capacidad de creación: “no formar
maestros de partitura”. Su educación en dramaturgia le permitió crear
una pedagogía del yoga donde el practicante encuentra una personalidad
propia que se muestra en la manera particular de moverse, es decir, de
hacer las posturas, como si cada persona desarrollara su propio lenguaje
corporal a través del āsana. Esta es una enseñanza heredada de la danza: el
bailarín de danza moderna o contemporánea no copia formas, sino que
crea con su cuerpo las formas que le son propias, formas que, además,
expresan algo del ser del practicante.En este sentido, una práctica de Vin-
yasa enfocada en crear formas propias de moverse es un campo de conoci-
miento del cuerpo y del ser propios.
40 Dharma Mittra, Asana. 608 Yoga Poses, 16.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
63
Como se dijo más arriba, Óscar Velázquez ha formado, a lo largo de más
de 20 años, a cientos de maestros de Vinyasa Yoga bajo este enfoque in-
uenciado fuertemente por la danza. El estilo creado por Óscar se enfoca,
de acuerdo con su propio testimonio, en la importancia del movimiento
unido al ritmo, como si fuera difícil concebir el cuerpo moviéndose sin
un compás o sin música, de modo que el ritmo entró a formar parte esen-
cial del Vinyasa enseñado en México. De alguna manera, la reinterpreta-
ción que se le dio al āsana en el yoga contemporáneo como algo más que
poner al cuerpo en una postura física, y que comenzara a experimentarse
como una forma de habitar el mundo, se logró gracias a la introducción de
la música y el ritmo, porque una clase de Vinyasa podía ser vivida como
un ritual de movimiento, es decir, como una práctica que combinaba los
elementos centrales de la danza, más el sentido devocional y ritual antiguo
del yoga, lo cual resultó muy atractivo para los bailarines.
Para Óscar Velázquez, dar una clase de Vinyasa es hacer arte, “dejar a la
gente en un estado sublime, acariciar a las personas con el movimiento”.
41
De esto da cuenta una de las maestras más importantes en México: Jñana
Dakini, que tuvo a Óscar Velázquez como maestro en sus primeros acer-
camientos al Vinyasa Yoga.
Explorar las posibilidades del āsana: intimidad y
libertad
Jñana Dakini es actualmente una de las guras más importantes del
yoga en México. Fundadora, junto con su esposo Kavindu (también -
gura precursora de la meditación budista en México) de Yoga Espacio, en
2005, que cuenta con tres sedes en la Ciudad de México y es una de las
escuelas de yoga más reconocidas del país. Dakini ha formado a cientos de
maestros de yoga con su propio método, el “Método Yoga Espacio”, que
dene como un sistema vivo y contemporáneo que combina 5 aspectos
del yoga: 1) desarrollo de la atención consciente, 2) movimiento conscien-
te y estado de presencia, 3) práctica de posturas (āsanas), 4) técnicas de
41 Óscar Velázquez (maestro de yoga) en diálogo con la autora, 10 de marzo de
2021.
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respiración (prāṇāyāma) y 5) prácticas de relajación y meditación min-
dfulness.
42
Esta combinación de elementos yóguicos y meditativos se ve
enriquecida con los conocimientos dancísticos que tenía Dakini debido
a su formación como bailarina. En una entrevista que le realicé me habló
sobre su encuentro con el yoga a través de la danza.
Dakini estudió danza contemporánea en Chicago a principios de la dé-
cada de 1990, cuando“un día la maestra de danza decidió darnos clase de
yoga. Me impactó. Desde el principio cambió mi energía, mi estado men-
tal y anímico de forma inmediata y no entendía qué había pasado más allá
de las posturas que todo bailarín puede hacer”.
43
Después de esta primera
experiencia, Dakini buscó en Chicago escuelas de yoga y se encontró con
la escuela de Sivananda Yoga. Le impresionó la devoción de los practican-
tes que “hacían reverencia a la fotografía de Sivananda puesta en un altar.
Me conmovió y experimenté el yoga como una comunidad de practican-
tes con un estilo de vida especíco, con preceptos éticos”.
44
El encuentro de un bailarín con el yoga postural pareciera ser sencillo
y familiar porque consiste en saber mover el cuerpo y esto es del dominio
de los bailarines. Sin embargo, los bailarines entrevistados
45
relatan que la
primera experiencia que tuvieron haciendo āsanas fue, sorpresivamente,
un descubrimiento sobre las sensaciones corporales, sobre el estado men-
42 “Método Yoga Espacio”, acceso el 29 de marzo de 2022, https://yogaespacio.
com/yoga/metodo-yoga-espacio/
43 Jñana Dakini (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 24 de febrero de 2021.
44 Ibíd.
45 Para llevar a cabo este estudio entrevisté, además de los ya mencionados Ós-
car Velázquez y Jñana Dakini, a algunas practicantes y maestras de Vinyasa que
fueron con anterioridad bailarinas de danza contemporánea: Raissa Pomposo,
Paloma Sierra, Carolina Arteaga, Linda Gallegos, Andrea Borbolla. No incluí sus
testimonios en el cuerpo de la investigación porque, de alguna manera, reiteraban
las ideas que mencionan las cuatro guras clave que se presentan en el estudio;
sin embargo, su experiencia fortalece las tesis aquí planteadas. Cabe señalar que
dichos testimonios no pueden ni pretenden abarcar la experiencia del bailarín que
deviene yogui, de forma generalizada.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
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tal y emocional que les dejó la clase, así como un reto, tanto físico como
mental, a pesar de la disciplina y la técnica corporal que ya poseían. Tam-
bién fue notable una actitud devocional frente a la práctica yóguica. A
grandes rasgos, una nueva puerta de posibilidades del campo de estudio
de un bailarín: el cuerpo y el movimiento.
A su regreso a México, Dakini empezó a tomar clases de Vinyasa con
Óscar Velázquez, que ya tenía un pequeño grupo en Coyoacán, al sur de
la Ciudad de México, donde enseñaba lo que había aprendido en Nueva
York de Jivamukti Yoga y de Dharma Yoga. “Nos veían como el grupo de
bailarines que hacen yoga en Coyoacán”, dice Dakini, y relata que no te-
nían una técnica muy especializada de yoga como se tiene ahora, sino que
por ser bailarines les interesaba explorar las diferentes cualidades de mo-
vimiento, de energía, y de estados de presencia que otorgan las posturas,
así como el contexto ritual-devocional del yoga. Después de cada clase se
reunían para platicar sobre la experiencia de la clase de yoga. “Con Óscar
experimenté y entendí lo que signica ese “estado de presencia” del que se
habla mucho en las artes somáticas, ese habitar el cuerpo y la respiración
independientemente de cómo se hagan o cuáles sean las posturas”.
46
Dakini dio sus primeras clases de yoga en el Centro Budista de la Ciudad de Mé-
xico
47
en 1996. Ahí, su mentor fue Dharmachari Dharmapriya, miembro de la
Orden Budista Triratna (a la cual perteneció posteriormente Dakini), y maestro
de la tradición de Iyengar Yoga con más de 40 años de experiencia. Dharmapriya
ha sido uno de los maestros extranjeros que más maestros de yoga ha formado en
xico. Dakini abrazó, entonces, el método Iyengar con mucha disciplina y lo es-
tudió por muchos años en México y en Pune, India, directamente con el maestro
B.K.S Iyengar; incluso alcanzó la certicación Iyengar. Este sistema tan estructu-
rado, con una metodología muy precisa que llegó a conocer muy bien, a Dakini
le pareció después un sistema estricto que, de alguna manera, limitaba la vivencia
íntima del practicante, pues se le exige hacer la postura exactamente de una mane-
46 Jñana Dakini (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 24 de febrero de 2021.
47 Centro Budista de la Ciudad de México, “Budismo, su enseñanza y su prácti-
ca”, https://budismo.org.mx/
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ra, por lo que quiso entonces investigar otras maneras de ver el yoga y prerió una
enseñanza que usara un lenguaje invitacional: invitar al alumno a que explore su
propio movimiento.
Desde hace 18 años inicié una investigación personal sobre hacia dónde
nos llevan las posturas, cuál es el sentido de hacerlas, y sobre el trabajo de
la mente en el yoga. Pensé Yoga Espacio como un lugar donde se fomenta la
investigación del practicante sin un linaje especíco, donde todos estamos
investigando y buscando lo mejor del yoga postural, más que nada desde un
sentido de libertad.
48
Yoga Espacio es una de las escuelas de yoga más paradigmática de
xico debido a su apertura y a la libertad de metodologías que propone.
Los maestros enseñan muchas formas de yoga postural, como el yoga so-
mático con elementos de Feldenkrais, o un Vinyasa impregnado por ele-
mentos bioenergéticos, así como el yoga terapéutico del linaje de David
McAmmond.
49
La experiencia que relata Dakini muestra que hay en el bailarín un de-
seo de expresarse a través del cuerpo, y que el yoga postural aporta una
conciencia más íntima de tal expresividad. De acuerdo con Dakini, ahora
el movimiento se vive hacia adentro y no hacia algún espectador: “Tener
al espectador en la mente limita la libertad”. El yoga postural captó con
mucha fuerza la atención de los bailarines porque “nos daba algo más que
no nos daba la danza: intimidad, libertad”,
50
concluye.
¿Hacia dónde nos llevan las posturas?
En el yoga postural que continúa desarrollándose alrededor del mun-
do, el āsana plantea una paradoja: este yoga no deja de transformarse y de
adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes de su condición de glo-
48 Jñana Dakini (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 24 de febrero de 2021.
49 “David McAmmond: My story so far”, acceso el 29 de marzo de 2022, https://
www.yogainfo.ca/about.html
50 Jñana Dakini (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 24 de febrero de 2021.
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
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balizado y sujeto al mercado, a las modas y al consumismo. Sin embargo,
al mismo tiempo, mantiene una estructura de las posturas muy rígida y
codicada”, como dice Dakini, es decir, que cada sistema del yoga postu-
ral moderno tiene una forma ya codicada de llevar a cabo la práctica. Por
ejemplo, el Ashtanga Vinyasa tiene su propia secuencia de posturas, un
ritmo especíco en la respiración, un conteo determinado, una manera de
alinear la postura, etcétera; el Yoga Iyengar tiene muy codicada la alinea-
ción que deben de llevar las posturas, así como el tiempo de sostenerlas,
como si tuviera todavía algún resquicio ascético, como si el esfuerzo de-
notara más devoción. Ambos sistemas, que vienen directamente del linaje
de Krishnamacharya, limitan de alguna manera la experimentación y la
libertad del practicante. Por su parte, el Vinyasa Yoga, que ya no se crea
en India sino en Occidente, no recurre a estos elementos de esfuerzo o de
dura disciplina, sino al movimiento uido y, por lo tanto, no se sostienen
las posturas por mucho tiempo; la transición entre postura y postura es
muy ágil y natural, lo que produce una semejanza con la danza.
Ahora bien, ante las preguntas ¿hacia dónde nos llevan las posturas?,
¿cuál es su sentido?, Dakini responde que habría que salir un poco de la
postura tal y como la concibe el yoga postural moderno de Pattabhi Jois o
de Iyengar, o de los estilos que se derivan de éstos y mantienen metodolo-
gías rígidas respecto a cómo hacer las posturas, ya que las nuevas investiga-
ciones sobre el cuerpo resaltan la importancia del movimiento constante
y de la variedad de movimientos:
Mientras más maneras tenga de moverse el cuerpo, más inteligentes se hacen
los músculos y todo el sistema neuromotor, y cuando los músculos se vuel-
ven más inteligentes y creativos, se despiertan ciertas áreas del cerebro que
nos hacen sentirnos más felices y más creativos.
51
En este sentido, los sistemas de yoga postural podrían limitar la sabidu-
ría del cuerpo, por paradójico que parezca. El sentido de la postura sería,
más bien, desarrollar la libertad del cuerpo, explorar sus posibilidades.
51 Jñana Dakini (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 24 de febrero de 2021.
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El Yoga Postural de los bailarines: otro modo de
estar en el cuerpo
Hemos visto que la danza aporta una sensibilidad muy particular que se
centra en la atención a las sensaciones corporales, a la percepción del cuer-
po en movimiento y a la experiencia vivida de tales fenómenos. Cuando
un bailarín se vuelca al yoga y aplica ese aprendizaje en el āsana, lo dota de
un signicado distinto del que tiene tradicionalmente; en algunos practi-
cantes se aprecia un sentido fenomenológico, es decir, que da cuenta de la
experiencia. Un bailarín tiene muy anada la atención a su cuerpo y por
eso puede, con más facilidad, describir la experiencia de hacer posturas.
Blanca Garza, doctora en Economía, bailarina y maestra de
yoga, es un ejemplo de esta comprensión fenomenológica del cuerpo:
“sentí que [las posturas] eran otro estar dentro de mi cuerpo, un reco-
nocimiento total de mi cuerpo, un empoderamiento, sentí que era un
momento absoluto de regocijo y que no necesitaba nada más que estar
adentro…me preguntaba ¿qué es esto? Había un asombro”.
52
Blanca es
una de las guras más importantes en la difusión del yoga del norte de la
Zona Metropolitana del Valle de México, y la primera en llevar el yoga a
los talleres culturales de la UNAM.
Blanca Garza, al igual que la mayoría de los pioneros del Vin-
yasa Yoga en México, también conoció el yoga en Estados Unidos siendo
bailarina de danza contemporánea. En la comunicación que tuvimos rela-
tó que en 1996 viajó a Nueva York para trabajar en un proyecto de danza
con Sondra Loring, coreógrafa de danza contemporánea y, desde 2003, di-
rectora de su propia escuela de yoga.
53
Sondra citó a Blanca a ensayar para
el montaje de una obra de danza y comenzó a darle una clase de Vinyasa
Yoga. Cada día durante varios meses fue así. Antes de que Blanca regresara
a México, Sondra le dijo que ella tenía que dar clases de yoga y le mostró
el libro con el que debería estudiar: La Luz del Yoga de B.K.S. Iyengar. Y
52 Blanca Garza (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 9 de marzo de 2021.
53 Sadhana Center for Yoga & Meditation, “Sondra Loring”, acceso el 29 de mar-
zo de 2022, https://sadhanayogahudson.com/teachers/
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
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Blanca practicó con este texto en soledad durante cuatro años, es decir,
que aprendió yoga de forma autodidacta: “[Empecé a dar clases] hasta
que me sentí en una posición, no de dominio, sino de familiaridad emo-
tiva, o sea cómo me movía, cómo me empezaba a pertenecer ese discurso,
y cuando me pude parar de cabeza sola a la mitad del salón, como lo dice
Iyengar”.
54
En 2000 se abrió, entonces, el primer curso de yoga en la UNAM, y la
sede fue la FES Acatlán, en el Estado de México. “El primer grupo que
tuve eran 7 mujeres y todas estaban en duelo…me sentí con una enorme
responsabilidad”, dijo Blanca
55
. Éste es, sin duda, uno de los supuestos
más comunes en el círculo de maestros de yoga contemporáneo: la idea
de que el yoga conlleva un gran compromiso porque la gente busca bien-
estar físico, pero sobre todo sanación emocional. Yo misma soy testigo de
cómo mujeres y hombres, de todas las edades, se han acercado a mí al nal
de una clase para decirme que había muerto su hijo, su madre, su esposa,
etcétera; como si el yoga fuera un espacio que permite la confesión, que
abriga los dolores más hondos, un espacio terapéutico. En las clases de
yoga actuales está muy presente la conexión entre el sufrimiento y la prác-
tica, a saber, que una clase de yoga puede ocupar el lugar de una terapia de
la mente y, así disminuir el dolor, la confusión, la ignorancia (¿no es esto
cercano a los presupuestos del Yoga Clásico de Patañjali?). Es común escu-
char, dentro del círculo de practicantes, que han llegado al yoga buscando
sanar heridas emocionales, pero ¿de qué forma la práctica contemporánea
postural aportaría tanto a la salud mental?
Blanca Garza, como la mayoría de los practicantes de yoga, tiene la idea
de que, gracias a la práctica yóguica, se alcanza un poder para generar es-
pacios de plenitud, de armonía y de fuerza ante situaciones de dolor. Y
vuelvo a la pregunta anterior: ¿Cómo la práctica postural, es decir, enfo-
cada en el cuerpo, puede llevar a estadios de claridad emocional o de paz
mental?
54 Blanca Garza (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 9 de marzo de 2021.
55 Blanca Garza (maestra de yoga) en diálogo con la autora, 9 de marzo de 2021.
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Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
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Se expuso con anterioridad que, para este estudio, se considera que la
experiencia de la práctica yóguica contemporánea da cuenta de una re-
exividad y, por eso, la cuestión de cómo una práctica especíca centrada
en las posturas del cuerpo no puede analizarse a partir de un dualismo que
separe irreductiblemente la mente y el cuerpo. La manera en la que algu-
nos de los practicantes de yoga postural experimentan su cuerpo haciendo
āsana es reexiva, porque la atención se dirige hacia mismos, hacia el
cuerpo propio; de modo que los procesos mentales y los corporales están
unidos o no se distinguen con claridad porque, de hecho, no tiene sentido
separarlos, ya que en la experiencia se sienten como uno solo. Se ha visto
que la presente investigación da cuenta de que los practicantes de yoga
postural contemporáneo creen rmemente en la unidad del cuerpo y la
mente porque, precisamente, dicha unión se vive a través de la práctica,
y por eso aseveran con tanta seguridad que “yoga es unión” porque, de
acuerdo con su experiencia, las sensaciones corporales que aporta la prác-
tica yóguica conducen a tal entendimiento.
La clase de yoga como una puesta en escena
Gabriela Tavera, bailarina profesional egresada de la Escuela Nacional
de Danza Clásica del INBA es otro caso paradigmático de la inuencia
de la danza en la conguración del Vinyasa Yoga, y una de las maestras
más inuyentes en xico. Se formó desde 1998 como maestra de yoga
con Óscar Velázquez (de quien ya hablé anteriormente), y ha creado un
estilo único basado en la metodología de la danza clásica y contemporánea
traducida al āsana, como ella misma lo expresó en la comunicación perso-
nal que tuvimos (17 de marzo de 2021). De acuerdo con Gabriela, cada
clase de yoga es una puesta en escena, donde se elige un tema, la música, e
incluso la escenografía. La diferencia entre una puesta en escena dancís-
tica y una clase de yoga es la intención: el “montaje” ya no se dirige a un
espectador externo, sino hacia uno mismo, hacia el interior, de modo que
todos los elementos involucrados tienen el n de generar en el practicante
una experiencia íntima de conexión con lo sagrado. Así, por ejemplo, la es-
cenografía gura como un altar con inciensos, imágenes de alguna deidad
(predominan Shiva, Ganesha o Buda), telas típicas de India, y la música es,
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
71
muchas veces, música clásica de la India como rāgas, pero también ahora
se usa música electrónica con o sin elementos indios.
Una clase de Vinyasa Yoga con Gabriela Tavera se desarrolla, enton-
ces, como una coreografía de danza, donde todos los practicantes llevan
el mismo ritmo de movimiento y de respiración al compás de la música,
56
los āsanas se combinan con movimientos uidos de los brazos y las piernas
para asemejar una danza y, además, esta práctica es vivida por los actores
como algo devocional, a saber, que experimentan sus propias posturas
como un ritual que se conecta con la tradición de los antiguos yoguis.
Así pues, una clase de Vinyasa Yoga, tal y como la enseña Tavera, es una
clara muestra de la intersección entre yoga y danza que, si bien tiene sus
orígenes desde inicios del siglo XX, es ahora un campo fértil de explora-
ción del individuo respecto de su sentir existencial, de su habitar el mun-
do, de su relación con lo sagrado, de su vivencia corporal y de su forma de
comprender la libertad, el dolor, el bienestar.
Hay muchos más ejemplos de practicantes de Vinyasa Yoga que com-
binan aspectos de la danza con las técnicas yóguicas indias que provienen
del linaje de Krishnamacharya. Todo esto ha congurado la estructura de
un estilo de yoga postural que no deja de transformarse días tras día. Y,
aunque la pregunta obligada siga siendo “¿y esto es yoga?”, quienes prac-
ticamos y enseñamos algún estilo de yoga postural sabemos que, a pesar
de las críticas que son muy atinadas respecto del consumismo o la super-
cialidad del yoga contemporáneo, hay un resquicio, una ranura que deja
entrar la luz de un método que antiguamente buscaba el control de los
sentidos, el control mental, la liberación, la unión con lo divino, la alqui-
mia corporal o la inmortalidad. Hay en la práctica actual una pretensión
de que el yoga siga representando todos estos nes espirituales, sólo que
ahora a través del cuerpo, experimentando las posturas como un puente
que une esa tradición antigua con la forma en la que el yoga nos ha sido
heredado como latinoamericanos, a saber, globalizado, capitalista, corpo-
ral.
56 José Luis León, “Vinyasa a Ganesha Gaby Tavera”, video de YouTube, 1:44,
acceso el 28 de marzo de 2022, https://www.youtube.com/watch?v=CU6j-
NUIt0-Q
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Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 1(2): 37-74, Julio-Diciembre 2022
Conclusiones
Finalmente, vale decir que una fenomenología de la práctica yóguica
contemporánea es una perspectiva en ciernes, y quedan aún muchas pre-
guntas sobre la posibilidad de describir esta experiencia de forma precisa,
a pesar de ser tan íntima, pues lo que revelaron los testimonios de los prac-
ticantes de yoga resume esa sensación de intimidad, de contacto con uno
mismo, de reexividad, conciencia y atención al ser propio, a través del
movimiento del cuerpo en las posturas y en la respiración. Sin embargo, el
yoga no deja de adaptarse a cada nueva circunstancia, ni de transformarse
en formas originales de habitar el cuerpo y el mundo, por lo que no existe
una respuesta unívoca a la compleja pregunta “¿qué es yoga?”. El yoga
surca muchos caminos, y no se puede decir que éstos llegaron a su n hace
tiempo, antes del Yoga Postural Moderno. Este yoga cuyo protagonista es
el āsana ha brindado un profundo saber sobre la corporalidad.
En este estudio expuse que el āsana representa algo más que una postu-
ra física, y que la práctica postural más reciente (la de los últimos 20 años,
aproximadamente) puede experimentarse en sentido fenomenológico, es
decir, concibiendo el cuerpo propio no como un instrumento que hace
posiciones, sino como una conciencia encarnada que se sitúa en el mundo
en relación con ella misma y con los otros. Desde esta perspectiva, hacer
āsana abre un camino poco explorado aún en los estudios sobre Yoga Pos-
tural Moderno, porque le otorga a la postura un nuevo signicado. Es una
reinterpretación del āsana. Se analizaron algunos estudios de la fenome-
nología, la antropología y la sociología del cuerpo que proponen que la
atención sea comprendida en sentido corporal; de esta forma se pueden
alcanzar detalles íntimos de la experiencia para poder describir de forma
más precisa la vivencia de sentir, de pensar, de moverse o de hacer postu-
ras. Todo esto lo han podido señalar los practicantes de Vinyasa Yoga que
entrevisté mientras rastreaba la recepción de este estilo en México. En el
proceso de investigación me encontré con el hallazgo de que los prime-
ros maestros y maestras de Vinyasa en México fueron bailarines de danza
moderna y contemporánea. A todas luces, no era una casualidad: los bai-
larines, que conocen a profundidad su movimiento corporal se sintieron
atraídos e identicados con las sensaciones que aporta la práctica yóguica
Vanessa Itzigueri | Fenomenología de las posturas
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postural; y no solo reprodujeron lo que aprendieron sobre yoga, sino que
mezclaron su conocimiento dancístico e incorporaron a las secuencias
de āsana elementos de la danza como el ritmo, la música, la uidez de
movimiento, la expresividad, la espontaneidad, la creatividad, así como
la intención de llevar la atención hacia el interior para lograr un resultado
de movimiento ritual o devocional, que nalmente desembocara en un
estilo muy particular de yoga: el Vinyasa Yoga, el estilo más practicado
actualmente en México.
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