Paradoja familiar: Un estudio fenomenológico sobre seis parejas del mismo sexo en la Ciudad de México y sus vínculos familiares

Family paradox: A phenomenological study of 6 same-sex couples in Mexico City and their family ties

 

Cecilia Mercado Fernández

Universidad Iberoamericana,

Ciudad de México, México

esacuca@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-0450-6733

 

Hugo Alberto Yam Chalé

Universidad Iberoamericana,

Ciudad de México, México

hugo.yam@ibero.mx

https://orcid.org/0000-0002-6879-3815

 

                                                                                             

Fecha de recepción:  2 de octubre del 2023

Fecha de aceptación: 24 de abril del 2024

 

Cómo citar:

Mercado Fernández, Cecilia y Hugo Alberto Yam Chalé. 2025. Paradoja familiar: Un estudio fenomenológico sobre seis parejas del mismo sexo en la Ciudad de México y sus vínculos familiares. Revista Reflexiones.104 (1). DOI 10.15517/rr.v104i1.56928

 

Resumen

Introducción: En México, la familia es considerada una de las mayores redes de apoyo para las parejas del mismo sexo. Paradójicamente, también pueden ser fuente de estrés, tensión y causa de vulnerabilidad emocional.

Objetivo principal: Ampliar la comprensión sobre los factores intervinientes para que las parejas consideren a sus familias como un estresor o un apoyo para su relación.

Método y técnica: Se realizaron entrevistas semiestructuradas a una muestra de seis parejas del mismo sexo, tres de mujeres y tres de hombres, residentes de la Ciudad de México con una media de 34.3 años. Se analizaron los datos según la fenomenología hermenéutica de Van Manen en tres fases: epoché, recolección narrativa y análisis macro y microtemático de sentido.

Resultados: En las narrativas, se encontraron tres categorías afectantes en que la familia se vuelve un estresor o un apoyo para la relación de pareja. Estas son: a) Dinámica familiar, b) Aceptación de la relación y c) Respuesta de la pareja ante la familia.

Conclusión: Los datos mostraron que los individuos buscan obtener una armonía familiar donde se sientan seguros y aceptados y para ello requieren que sus parejas apoyen estas iniciativas. Las acciones para lograr dicha seguridad son distintas, dado que las dinámicas familiares y las expectativas de integración pueden estar cargadas de rechazo, amor y apoyo.

Palabras clave: Interacciones familiares, Homosexualidad, Familismo, Latino, Relaciones de pareja.

 

Abstract

Introduction: In Mexico, the family is considered one of the major support networks for same-sex couples. Paradoxically, they can also be a source of stress, tension and emotional vulnerability.

Main objective: To broaden the understanding of the factors that intervene for couples to consider their families as a stressor or a support for their relationship.

Method and technique: In-depth interviews were conducted with a sample of six same-sex couples, three women and three men, residents of Mexico City with an average age of 34.3 years. The data were analyzed according to Van Manen's hermeneutic phenomenology in three phases: epoché, narrative collection and macro and micro-thematic analysis of meaning.

Results: Three main categories were found in the narratives that affect whether the family becomes a stressor or a support for the couple's relationship. These are: a) Family dynamics, b) Acceptance of the relationship and c) Partner's response to the family.

Conclusion: The data showed that individuals seek to obtain harmony within their families and feel secure and accepted. For this they require their partners to support these initiatives. The actions to achieve such security are different, given that family dynamics and expectations of integration can be loaded with rejection, love and/or support.

Key words: Family Interactions, Homosexuality, Familism, Latino, Relationships, Family relationships.

 

 

Introducción

 

En México hay 4.620.000 millones de personas que se reconocen como población LGBT+ (Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género. ENDISEG 2021 en (Instituto Nacional de Geografía y Estadística 2021). Y aunque se han conquistado derechos, sobre todo para las parejas del mismo sexo, tales como el matrimonio igualitario en todo el país (Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) 2022) que cuenta con 5,829 registros de 2010 a 2022 (Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 2023), la homofobia y la discriminación están lejos de ser erradicadas (Lozano-Verduzco et al. 2017; Lozano-Verduzco y Díaz-Loving 2009; Lozano-Verduzco y Rocha 2011).

Un lugar particular donde se manifiesta la vulnerabilidad de las parejas del mismo sexo es en el tema familiar. Distintas investigaciones comparativas entre parejas heterosexuales y homosexuales han encontrado una diferencia en común: las parejas del mismo sexo reciben menos apoyo familiar que otras parejas (Fischer y Kalmijn 2021; Blair & Pukall 2015; Kurdek 2005). Este problema afecta directamente el bienestar de la población no heteronormativa (Abreu et al. 2021).

Cuando hay un rechazo familiar o miedo a este, crecen de manera acelerada otros riesgos para las personas en relaciones no heteronormativas, tales como ansiedad, depresión, (Becker & Todd 2015), otras enfermedades mentales y físicas, abuso de cigarro (Gamarel et al. 2020) alcohol y drogas (Lozano-Verduzco et al. 2017), vida en las calles (Castellanos 2016; Becker & Todd 2015), violencia de pareja (Ronzón-Tirado et al. 2017; Libertad 2016) y suicidio (ENDISEG 2021; Abreu et al. 2021). De manera contraria, el apoyo familiar resulta un factor protector contra la discriminación y el estrés de formar parte de una minoría (Goodman 2022; Blair et al. 2018; Rostosky y Riggle 2017). También facilita la estabilidad y el compromiso de la pareja (Rodríguez et al. 2016; Pozos et al. 2013; González y Ojeda 2009). Independientemente de la orientación sexual, contar con redes de apoyo es central para el mantenimiento de las parejas y así, reducir su vulnerabilidad dado que, satisfacen las necesidades de afiliación de las personas (Blair et al. 2018; Machín 2010; Dalton, 2006). Este artículo parte de una investigación doctoral más amplia que buscó comprender las manifestaciones del poder en la sexualidad de las parejas del mismo sexo. Al entrevistar a las parejas, el tema familiar surgió invariablemente en todas las conversaciones y cobró gran importancia. Este tema evocaba fuertes y contradictorias emociones, lo que nos llevó a analizarlo de manera independiente para comprender un poco más de la paradoja que suscitaba.

La investigación se focalizó en una muestra de la Ciudad de México. Esta ciudad, como menciona Sánchez (2021), es un paraíso de derechos LGBTTTIQ en comparación con otras partes de la república mexicana. Si bien, Moral de la Rubia (2011) recuerda que la Segunda Encuesta Nacional de la Juventud (ENJUVE2005) no ofrece prueba suficiente para confirmar, como se creía, la migración de personas homosexuales a las urbes. Más aún, sí se puede seguir afirmando que dicha población tiene una experiencia diferente al crecer y desarrollarse en las ciudades. En la Ciudad de México, las personas homosexuales han logrado legitimarse de manera política, social, económica, cultural e incluso territorialmente, logrando así un avance importante en el tema de sus derechos y visibilidad dentro de la sociedad (Olmedo 2020, 2023). Esto ha sido, como explica Diez (2011), una combinación entre el aprovechamiento de las oportunidades políticas y la creación de una identidad unificadora. Por ejemplo, Olmedo (2020) y Diez (2011) explican que el matrimonio igualitario se articuló en 1997, gracias al ascenso de un partido de izquierda (el Partido de Revolución Democrática PRD) que abanderó esta reforma legal. Por la manera en que está organizado legislativamente el país, los movimientos con respecto al matrimonio igualitario no se hicieron de manera uniforme, sino que avanzaron haciéndose espacio a través de los Códigos Civiles de cada estado empezando por la Ciudad de México. Sin embargo, a pesar de este movimiento progresivo, se logró finalmente que en 2022 todas las parejas en el territorio nacional pudieran acceder al matrimonio y que no fuera un derecho exclusivo de las parejas heterosexuales.

En la Ciudad de México, como se dijo, está formalizado el derecho al matrimonio de las parejas del mismo sexo, la adopción de hijos, el reconocimiento de hijos, el cambio de nombre e identidad en documentos oficiales sin necesidad de examen médico, el divorcio administrativo, el reconocimiento ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de las parejas aun sin el matrimonio, etc. Además, se cuenta con varios protocolos para evitar la discriminación y la violencia por motivo de orientación sexual y expresión de género (Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en México COPRED 2017)[1].

Por tanto, la Ciudad de México es uno de los territorios nacionales más tolerantes de la diversidad sexual. Estas características permiten que la ciudad sea blanco recurrente en la investigación sobre identidades no heteronormativas. Un problema al trabajar con la homosexualidad es la dificultad que tienen muchas personas de hablar sobre ello cuando viven con miedo al estigma social en contextos hostiles (Moral de la Rubia 2011). Como el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol 2018) menciona, hay una enorme población de personas no heteronormativas cuyas experiencias se desconocen por no estar alineadas y conectadas con los discursos políticos y sociales de la homosexualidad en el país, por vivir con miedo a enunciar su orientación sexual o carecer de los medios materiales para estar cerca de investigadores y académicos.

El entorno urbano se presenta como una bisagra de ideas posmodernas y tradicionales cuyas luchas se manifiestan en los cuerpos y las relaciones de sus habitantes. Esto es especialmente notorio en el tema familiar de las parejas del mismo sexo. Como sugiere el título, las familias mexicanas son una paradoja de aceptación y rechazo hacia las parejas del mismo sexo. Por un lado, la familia es donde se socializa y reproduce la homofobia y la violencia machista. Dicha homofobia se internaliza complicando los procesos de creación identitaria de la disidencia sexual[2] (Gattamorta et al. 2019; Lozano-Verduzco 2016).

En México, la familia es un tema importante. La familia puede ser entendida como el grupo de personas que se brindan apoyo mutuamente y con las que se comparte la vida bajo un mismo techo (Laguna 2016; Minuchin 2004). En México, 83.4% de los hogares son familiares, es decir, las personas que cohabitan bajo un mismo techo normalmente están ligadas por algún tipo de parentesco (Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) 2017; Jaime et al. 2013).Las personas mexicanas, como muchos latinos, tienden a vivir cerca de sus familias y a considerar dicha cercanía como un aspecto importante para su felicidad (Méndez-Luck et al. 2016; Pozos et al. 2013; Armenta-Hurtarte et al. 2012; Cauce y Domenech-Rodríguez 2002)

Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación. (ENADIS 2017) el 58.9% de la población mexicana rechaza el matrimonio igualitario, hay un 54.9% de desacuerdo con la expresión de afecto en espacios públicos de parejas del mismo sexo y más de un 40% estarían en desacuerdo con que su hijo se casara con alguien del mismo sexo. De manera paralela, México tiene un 80% de aceptabilidad de la sexualidad disidente de sus hijos y un 70.5% de la población LGBTTTI puntuó en la más alta satisfacción sus relaciones familiares (ENDISEG 2021).

Una de las hipótesis para esta paradoja es la gran diversidad de estructuras familiares cuyos matices de creencias van desde las más conservadoras hasta las más abiertas con respecto a la diversidad sexual (Nielson 2017; Pérez 2016). Por otro lado, la relación familiar no es homogénea. Las familias están construidas por individuos con características diversas que generan vínculos únicos, dinámicos y cambiantes. Una persona puede resultar amenazante y otra ser un sostén emocional en un mismo sistema familiar (Maciel et al. 2009). La paradoja también puede ser explicada desde las discordancias en las construcciones de los vínculos de las familias mexicanas donde cuidado y violencia se entienden como amor (Díaz-Guerrero 1994). Por último, para algunas familias es posible convivir con la orientación sexual y decisiones de sus hijos siempre y cuando sea algo que se mantenga en secreto y no se mencione explícitamente (Hernández 2001).

 

Relevancia de la investigación

La mayoría de los estudios sobre familia y homosexualidad se centran en adolescentes y jóvenes anglos, y son sobre con respecto a la socialización de su identidad sexual la recepción de esta por sus padres. Falta mucha información sobre las parejas del mismo sexo en adultez temprana para el caso mexicano y que exploren qué hace que las personas se sientan apoyadas o en conflicto con sus familias (Fisher y Kalmijn 2021; Blair et al. 2018; Armenta-Hurtarte 2012; Hernández 2001).

En esta investigación se pregunta ¿qué factores intervienen para que las parejas del mismo sexo de la Ciudad de México consideren a sus familias como un apoyo o un estresor? Esta pregunta fue abordada desde el construccionismo social, donde se considera que a través del lenguaje y de manera colectiva, estructuramos el mundo circundante (Gergen y Gergen 2011; Denzin y Lincon 2018; Creswell 2009, Cubero 2005, Cabruja et al. 2000). Por lo mismo, el objetivo no fue simplificar en una única respuesta los vínculos familiares, sino exponer los múltiples componentes que intervienen en que se interprete a la familia como un apoyo o un estresor. Dado el enfoque epistémico, se enfatizó en las interacciones sociales y los significados atribuidos por las parejas dentro de un contexto, el de la Ciudad de México.

 

 

Metodología

 

Para esta investigación se utilizó una metodología cualitativa con una perspectiva analítica desde la fenomenología hermenéutica del pedagogo Van Manen (1984). La fenomenología es una metodología que busca descubrir la esencia de los fenómenos como se presentan a la consciencia de las personas. La esencia a la que se refiere esta estrategia metodológica no es una idea universal y fija, sino una apreciación subjetiva construida de manera colectiva, que permite a los sujetos identificar los fenómenos unos de otros. (Hernández 2014; De la Cuesta Benjumea 2006). A continuación, se describen los procedimientos para la obtención de datos y su análisis.

 

Participantes

Se realizó un cuestionario en la plataforma surveymonkey.com explicando la investigación y preguntando datos sociodemográficos para conocer las características de la población disponible. Este cuestionario fue difundido por redes sociales de personas profesionales en sexología, grupos LGBTTTI, redes universitarias de colegas y amistades. A partir de los resultados obtenidos, fue posible la comunicación con quienes cumplían los criterios de inclusión del estudio, estos son: estar en una relación de pareja con alguien de su mismo sexo, cohabitar en la Ciudad de México, tener más de dos años de relación y tener una edad entre los 25 a 40 años. A su vez, también se procuraron los criterios de exclusión, que fueron: personas autoidentificadas como transgénero no tener hijos, tener una relación poliamorosa, no vivir fuera de la ciudad, ser menores de edad y que una o ambas partes de la pareja no dieran su consentimiento para participar en el estudio. Algunas de estas características, como la edad, la cohabitación y los hijos surgieron a partir de los datos revelados por el cuestionario, que permiten elegir criterios homogéneos para la mayoría de la población. 

Algunas parejas declinaron la invitación al estar atravesando momentos personales críticos o en su relación de pareja. Se supuso y confirmó más adelante que todos los entrevistados sentían tener una relación segura para poder hablar sobre su vida de pareja frente a su pareja y la entrevistadora. La muestra resultante fueron tres parejas de mujeres y tres de hombres con una media de 34.3años que cohabitaban en diversas partes de la Ciudad de México. Sólo Sulema y Mía estaban casadas en el momento de las entrevistas. Todos los participantes llevaban viviendo la mayor parte de su vida en la Ciudad de México y la mayoría habían nacido ahí.      A continuación, se enlistan algunas características de los participantes (Tabla 1).

 

Tabla 1. Descripción de los participantes según tiempo de relación, edad, profesión, escolaridad y zona geográfica (Ciudad de México, 2022)

Pareja

Tiempo en la relación

Pseudónimo

Edad

Profesión

Nivel de estudios

Zona de residencia

1H

4 años

Ian

Alan

35

30

Docente deportivo

Estudiante de licenciatura y empleado en telefonía

Licenciatura

Licenciatura

Tacubaya

1M

10 años

Fiona

Mónica

35

34

Traductora e intérprete

Estudiante de maestría

Licenciatura

licenciatura

Narvarte

2H

2 años

Orlando

 

Noé

38

 

40

Editor y profesor de preparatoria

Representante legal

Maestría

 

Bachillerato

Ciudad Neza

2M

7 años

Mia

Sulema

32

31

Coordinadora estratégica

Fotógrafa

Licenciatura

Licenciatura

Narvarte

3H

8 años

Leonardo

 

Fidel

29

 

28

Estilista

 

Estilista y repostero

Bachillerato trunco

Bachillerato trunco

Iztapalapa

3M

5 años

Lorena

Gisela

36

33

Psicoterapeuta

Psicoterapeuta, administradora y luchadora profesional

Maestría

Maestría

Doctores

Nota: Esta tabla fue realizada por los investigadores para mostrar de manera eficiente datos sobre la muestra.

Fuente: Elaboración propia.

 

Recolección de datos

Tras el muestreo por conveniencia, se realizaron entrevistas semiestructuradas (Rodríguez, Gil y García 1999). Estas fueron entre el 2021 y 2022, en Zoom (Yuan), o en presencial según la preferencia de las parejas. La duración de las entrevistas osciló entre 3 y 4 horas, participando ambos integrantes de la pareja. Durante las entrevistas, se buscó que las parejas pudieran hablar libremente y expresaran los temas de su interés.

A los participantes se les informó en detalle el objetivo de la investigación, el uso de sus datos y la manera en que se conduciría la entrevista, así como sus derechos al participar en este trabajo. Se les entregó de manera escrita esta información en un consentimiento informado y una descripción de la forma de Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición (ARCO) de sus datos que firmaron después de haberlos comprendido en su totalidad.

El guion inicial de la entrevista contempló la exploración experiencial alrededor de 3 ejes: Sexualidad, Poder y Pareja. Se abordaron como subtemas: erotismo, prácticas sexuales, vulnerabilidad, negociaciones, significados y percepción del poder, apoyos de la relación y áreas de oportunidad. Se tuvo la oportunidad de entrevistar en una segunda ocasión a las parejas donde se clarificaron algunas dudas que surgieron durante los análisis.

Transcurridas las entrevistas, se buscó que los participantes narraran lo relevante en su relación de pareja y que contaran anécdotas vividas. Como se puede observar, el tema familiar no era un tema ni subtema específico del guion, sin embargo, surgió de manera transversal en todas las entrevistas, como se nombra en este trabajo, como un apoyo, pero también como fuente de vulnerabilidad. Un hallazgo inesperado de la investigación fue descubrir la importancia de la familia para el bienestar de los individuos y parejas del mismo sexo. Se recurrieron a seudónimos que mantuvieran el anonimato de las personas informantes.  

 

 

Análisis

 

Tras la transcripción de las entrevistas y las notas de campo, se llevó a cabo un análisis de datos en tres fases de acuerdo con Fuster (2019). La primera fase se realizó por medio de la reflexión de los juicios y preconceptos sobre el tema. Esta es la reducción fenomenológica conocida como epoché o braketing (Castillo 2020).

La segunda fase se llevó a cabo por medio del trabajo de campo con las personas participantes. Durante todo el trabajo de campo y análisis, también se realizaron notas que ayudaron a la interpretación de los resultados.

La tercera fase consistió en el análisis macrotemático y el microtemático (Duque y Aristizábal 2019). Para la reflexión microtemática, se eligió codificar por frase las primeras dos entrevistas en Atlas.ti de Atlas.ti GmbH, señalando el tema central de cada una de ellas. En esa misma aplicación de análisis se eliminaron las redundancias usando la función de mapas. Se obtuvo, entonces, códigos y temas generales de ambas entrevistas. Posteriormente, se analizó con mayor velocidad las siguientes entrevistas en MAXQDA de VERBI Software catalogando las frases según los temas encontrados.

Para la reflexión macrotemática, se integraron los temas centrales en un diagrama que permitió comprenderlos en su interacción para descubrir la estructura del fenómeno. Esta tarea se hizo por medio de tablas en Word de Microsoft, donde se ordenaron los temas jerárquicamente y por medio de diagramas en la aplicación de Miró de Andrey Khusid. Gracias a este trabajo se redactó este artículo con la continua revisión de colegas y tutores.

           

 

Resultados

 

Al analizar las narrativas las personas participantes, se descubrieron tres factores principales que intervienen para que las parejas del mismo sexo de la Ciudad de México evalúen como apoyo o estresor sus vínculos familiares. Estos tres factores fueron: a) Dinámica Familiar, b) Aceptación de la Relación y C) Respuesta de la pareja (Tabla2).

 

Tabla 2 Categorías y subcategorías encontradas en la muestra de Ciudad de México, 2022.

a)                  Dinámica Familiar

1.       Interacción familiar

2.       Expectativa de integración pareja-familia

b)                 Aceptación de la relación

 

1.       Integración con la familia

2.       Reconocimiento de la relación

c)                  Respuesta de la pareja

 

1.       Apoyo

2.       Conflicto

Nota: Esta tabla presenta las categorías encontradas en el análisis de las entrevistas.

Fuente: Elaboración propia.

 

De esta manera, se puede entender primeramente los elementos históricos en la relación de las personas con sus familias. Luego, cómo la presencia de la pareja genera una nueva dinámica en la familia para la pareja misma. Es decir, los vínculos familiares y de pareja van generando ecos que se afectan mutuamente provocando dinámicas relacionales de apoyo o estrés.

 

a)                 Dinámica familiar

El primer elemento abarca la interacción de los sujetos con sus familias (1) y las expectativas de integración entre la pareja y la familia (2).

 

1.      Interacción familiar

Los entornos familiares donde crecieron las personas homosexuales sean mujeres o hombres son muy distintos. Es imposible simplificar la complejidad de las interacciones. Sin embargo, lo que podemos descubrir de la muestra es que la mayoría de los participantes perciben a sus familias nucleares como un grupo donde son amados, al menos por los miembros más cercanos afectivamente a ellos. Más aún, eso no significaba que todos los participantes se sientan acogidos en su entorno familiar y se permitan ser auténticos o libres. Algunos de ellos percibieron que había miembros de su familia que les generaban estrés y deseos de alejarse.

Esto lo podemos ver en el caso de Fiona, que menciona, «esa [su familia], sí es tóxica. Y sólo están viendo cómo se chingan entre sí, y contigo están muy bien un rato y después te van a agarrar a puñaladas o van a hablar a tus espaldas. Yo desde hace un par de años, por el bien de Mónica, y por el bien mío, y por el bien de la relación con mi mamá, le dije a mi mamá que yo quería romper ese ciclo».

En ocasiones, la incomodidad con la familia se puede deber de manera específica, a que el entorno familiar es violento hacia los y las disidentes sexuales. A veces el uso discriminatorio del lenguaje es suficiente para que una persona sienta ansiedad de que ellos o sus parejas puedan ser violentados en el entorno familiar. El uso de un lenguaje discriminatorio es suficiente para generar un entorno hostil y estresante, «Mis primos eran súper machistas, hacían comentarios, cómo te diré… ofensivos hacia los gais».

Las relaciones familiares también tienen un componente histórico, es decir, van cambiando en el tiempo según las experiencias que las atraviesan. Las personas participantes que eligieron mostrarse abiertamente a sus familias en su orientación sexual obtuvieron respuestas positivas, aunque no desde un comienzo. Varios participantes narraron que en un principio su orientación sexual era un estresor en sus relaciones familiares, pero esto fue cambiando con la interacción cotidiana. Fue un proceso paulatino, hacia una mayor aceptación en la familia nuclear. Ejemplo de ello, es la cita de Gisela: «Este año que finalizó pudimos festejar con nuestras familias juntas. Para mí fue un logro, se me hacía algo lejano que ambas familias pudiéramos compartir. Lo veía así por las ideas que tienen mis papás como los de ella. ¡Pero se logró!».

 

2.      Expectativas de integración pareja-familia

Al revisar las dinámicas familiares de los participantes, es más fácil comprender desde dónde vienen sus expectativas de integración entre su familia y pareja. Para algunos que tienen una dinámica familiar de mucha cercanía y que están acostumbrados a convivir cotidianamente, viven con angustia los planes en pareja que los alejan de sus familiares y esperan una integración mayor entre su pareja y su familia. Incluso, en ocasiones, las fuertes lealtades familiares los llevan a priorizar las necesidades y emergencias familiares sobre la vida de pareja. Esto se vio en la situación que vivió Leonardo: «La familia siempre piensa que los gais o las personas como nosotros siempre vamos a estar con toda la disposición para los demás ¿no? y así fue. Dejé de trabajar, Fidel también. Dejamos toda nuestra vida social, nuestra vida de pareja y estuvimos apoyando a mi hermana en ese proceso. Fueron tres meses de estar diario en el hospital»  

Por otro lado, están quienes desean mantener sus interacciones familiares separadas de sus interacciones de pareja. Desean que su pareja se involucre poco en los conflictos y dinámicas familiares y a su vez evitan la cercanía con la familia de la otra persona. El estrés referido en este apartado puede surgir cuando los miembros de una pareja tienen dinámicas familiares y expectativas diferentes, por lo que crece la tensión entre la pareja y la familia. Este es el caso de Ian y Alan. Alan desea mantenerse cercano a su familia, así como a la familia de Ian, Ian, por otro lado, desea separar la relación de pareja de cualquier vínculo familiar y construir una vida al margen.

De esta forma lo expresó Ian: «En Puerto Vallarta, estar en un restaurante y ver el mar, fue para mí una experiencia emocional, expansiva y alegre. Pero dije: “¡zaz, lo voy a sacar de su confort, de su mamá y de sus hermanos el día de su cumpleaños!” Y bueno, sí hizo drama, pero también fue padre porque estaba conmigo. Para mí eso es ser la persona más importante hoy para él o hacer una pareja».  

 

B)               Aceptación de la relación

En esta categoría, se observó que a pesar de que algunas familias puedan ser violentas, todos los entrevistados hablaron de lo trascendente que es, en términos de intimidad y compromiso, que su pareja conozca a su familia, y dar a conocer la propia familia ante la pareja. «Nos presentamos como pareja [con su hermano mayor]. Me atreví porque con Orlando he tenido esa libertad y esa confianza desde que empezamos la relación. Sentí que éramos el uno para el otro y no había nada que buscar en algún otro lado».

Aunque la intimidad de conocer a la pareja es un factor que fortalece el vínculo amoroso y sirve de apoyo para la relación, la integración en la vida familiar (1) y la aceptación de la relación por la familia (2) puede llegar a ser un factor estresante.

 

1.                 Integración con la familia

Integración no es sinónimo de reconocimiento de la relación por parte de la familia. Es decir, es un gran logro que la pareja pueda integrarse a la vida familiar, pero un paso aún más arriesgado para muchos consiste en que la familia sepa que están ante una relación de pareja y no una mera amistad.

¿Qué implica en este caso que la pareja se integre a la vida familiar? Como se vio, las expectativas de integración pueden variar según las dinámicas familiares de cada persona, pero en general, como lo narraron los participantes, implica trato atento e inclusión en eventos familiares y su cercanía. Sobre esto, Mónica dijo: «[Mi mamá] quería mucho a mi pareja anterior y después sí tuve un poquito de miedo de que no aceptará a Fiona, pero afortunadamente la acepto muy bien, y la quiere muchísimo. ¡O sea mi mamá, mi papá, mis hermanos, mis abuelos, todo el mundo!».

 

2.                 Reconocimiento de la relación

En las narrativas queda claro que la apertura sobre la sexualidad en las familias no es una polaridad entre estar totalmente dentro o fuera del “closet”. Hay matices en la información que se comparte con la familia y también relaciones distintas con cada miembro familiar. En el caso de Gisela y Lorena, sus familias habían aceptado la relación de pareja, pero esta aceptación no estaba libre de prejuicios acerca de la homosexualidad, que, en el caso de ellas, significaba no acabarlas de considerar una pareja sexual y romántica. Por situaciones de vulnerabilidad de los padres de Lorena, estos se mudaron con ellas y el estrés creció para todos dentro la casa dado que los padres no pudieron seguir ignorando que estaban ante una relación de pareja. Este no es un caso aislado, muchos participantes manifestaron la necesidad continua de estar conquistando fronteras en cuanto al reconocimiento con sus círculos familiares.

En algunos casos, hubo participantes donde sus familias conocían desde hace mucho tiempo su orientación sexual e incluso habían llegado a conocer y recibir parejas previas, por lo que el reto, como vimos con Mónica, era lograr la integración de su nueva pareja con su familia. Sin embargo, otras personas se vulneraron y lucharon activamente para que su relación fuera bien recibida, dado que era la primera relación con una persona del mismo sexo que introducían a su familia de origen. En el caso de Fiona, el que su familia no supiera de su orientación sexual, la hizo postergar el inicio de su relación, pues quería darle “su lugar” a su pareja presentándola como su novia ante su familia.

Hay otros participantes que han otorgado esta información sólo a los familiares de mayor confianza, como es el caso de Noé. Donde, además, se ha permitido dejar que el resto de la familia intuya que es homosexual y que Orlando es su pareja, pero con un pacto no explícito de guardar silencio sobre el tema: «En la familia de Noé somos bien recibidos y nos quieren. Seguramente es un secreto a voces y lo saben todos, pero no es un tema que se converse».

También hay quienes evitan incluso que su familia llegue a intuir la relación. Esto es especialmente problemático cuando hay una petición de la pareja de ser reconocida como tal. Para Alan resulta difícil digerir ser el «amiguito» de Ian ante su familia política: «No vengo de unas relaciones en las que no me reconozcan en un papel como de pareja, como de novio. Para mí es importante el hecho del reconocimiento». La apertura con la familia es estresante para quien tiene que arar un camino de aceptación con sus familiares, pero también, se vuelve un punto de tensión en la pareja cuando el reconocimiento se dificulta.

 

C)               Respuesta de la pareja

Se revisó el contexto familiar, seguido de la interacción familia-pareja, para terminar con la reacción de la pareja ante las dinámicas familiares. Estas reacciones se catalogaron como respuestas de apoyo (1) y respuestas conflictivas (2)

 

1.                 Apoyo

La familia puede ser un espacio de dolor, donde viejas heridas relacionales se actualizan. Hay muchas circunstancias que dejan a las personas sintiéndose vulnerables en sus familias, como puede ser una pelea con un miembro importante de la familia, una actitud recurrente que lastima o incluso la muerte o enfermedad de algún familiar. La forma en que reacciona la otra persona en la relación de pareja ante el estrés de los conflictos familiares es muy importante para atenuar o acrecentar el impacto en la salud mental de quien sufre el conflicto familiar. En muchas ocasiones, los participantes narraron como las parejas se volvieron un factor protector ante el estrés de los conflictos familiares.

En esta cita, la participante habló de la fuerza y el cuidado de su pareja ante la pérdida de uno de sus familiares más cercanos: «Ambas hemos tenido pérdidas importantes, y creo que eso fue algo positivo para la relación: saber que había un soporte. Yo soy más reservada y lidio con mis problemas de diferente forma, pero no me sentía completamente sola».

 

2.                 Conflicto

En paralelo, las respuestas de no apoyo con respecto a los conflictos familiares sucedieron cuando la pareja evita o se resiste a acompañar los sentimientos de la otra persona. Un ejemplo de esta ausencia emocional es el evento que llegó a sucederles a Ian y Alan. El padre de Alan había muerto seis meses antes, tenía con él una relación muy complicada y tenía muchos sentimientos encontrados. Alan llamó a Ian para que lo acompañara e Ian no supo cómo responder ante el conflicto emocional de su pareja brindándole poco apoyo: «Me habló y estaba muy alcoholizado, pero traía también lo de su papá. Entonces fue primero una parte sexual, pero después la sensación de, “si yo te tengo que proteger está bien, pero no llores”».

El otro aspecto del conflicto se encuentra cuando la pareja instrumentaliza a la familia de la otra persona para ganar control sobre la pareja o sobre la familia. El impacto que puedan tener estas estrategias tiene que ver mucho con las interacciones familiares que tengan las personas. Como se muestra en el caso citado a continuación, una situación que podría ser motivo de estrés para la pareja y las relaciones familiares, se ve como un juego por las características específicas de las dinámicas familiares y las expectativas de cada sistema familiar: «Llegue a hacer la tontería de acusar a Mónica con su mamá cuando hacía cosas que no estaban bien o cuando no lograba que Mónica reaccionará. Yo la acusaba con su mamá, y alguna vez me dijo: “¿tú crees que lo que me diga mi mamá me va a importar?”».

 

 

Discusión

 

El objetivo de la investigación fue ampliar la comprensión sobre los factores intervinientes para que las parejas del mismo sexo de la Ciudad de México consideren a sus familias como un estresor o un apoyo para la relación. Como se mostró, la percepción de las familias no es una cuestión estática, sino dinámica y heterogénea que depende de la forma en que diversos actores y circunstancias se movilizan. En general, las principales discrepancias en los resultados de este trabajo con otros se deben a las diferencias culturales (Mitha, et al. 2020; Baiocco et al. 2015; Fischer & Kalmijm, 2011). Los adultos jóvenes en relaciones con alguien de su mismo sexo en México, contrario a lo que pasa en otras partes del mundo, buscan conservar la cercanía familiar y simultáneamente vivir una experiencia de pareja plena. Esto genera que la familia y la pareja hagan ajustes para conservar la unidad y también las creencias reinantes de la cultura.

 

A)    Dinámica Familiar

Se ha hablado mucho del familismo al estudiar las familias latinoamericanas. Este concepto se entiende como una cercanía y lealtad entre los miembros de una familia, incluida la familia extensa (Abreu et al. 2020; Cauce y Domenech-Rodríguez 2002). Pero el “familismo” va más allá del deseo de estar con la familia. En las entrevistas, por ejemplo, se confirmó la importancia de la familia para los participantes, pero también la complejidad de sus vínculos y la contrariedad que evoca el tema. Por lo mismo, es importante siempre tener presente la intrincada red de deseos, sentimientos e interacciones en las parejas del mismo sexo de la Ciudad de México y sus familias (Mendez-Luck 2016).  

Una de las relaciones más complejas que se narraron fueron con la madre. Se mostró el cariño, pero también, los conflictos con ella tuvieron el mayor impacto emocional en los participantes. Datos del ENDISEG (2021) mostraron que, el 56.2% de los disidentes sexuales mexicanos confían su orientación sexual a su madre, siendo la principal confidente. Colocándola como en uno de los vínculos más importantes para las personas homosexuales (Becker y Todd 2015), 10% por encima de las amistades. Silva (2018) encontró en una muestra de Coahuila, que los hombres homosexuales confían su identidad sexual a sus amigos antes que su familia por el miedo al rechazo. En las entrevistas sucedieron ambos escenarios, pero, en definitiva, el vínculo con la madre, en especial el de las mujeres, tuvo una gran carga emocional y presencia en los relatos. Ese vínculo podía ser sumamente estresante o una fuente de apoyo invaluable. Incluso varias parejas narraron que los conflictos familiares -en especial con la madre- eran uno de los estresores más altos que llegaba a experimentar. Esto concuerda con la investigación de Gattamorta et al. (2019) y Lozano-Verduzco (2016) que enuncian que los conflictos familiares afectan no sólo los vínculos sociales, sino las relaciones sexuales y de pareja (Gattamorta et al. 2019; Lozano-Verduzco 2016).

Para resaltar la cualidad heterogénea de los vínculos, los padres se colocaron, en la mayor parte de los relatos, en el extremo contrario de las narrativas a las madres; en la indiferencia. En las entrevistas, hubo pocos ejemplos de cercanía paterna, la mayoría fueron relatos de ausencia, confrontación o ambivalencia. Esta distancia emocional puede ser explicada desde el machismo que educa a los hombres en la represión emocional y la limitación de las expresiones de ternura y afecto. La evitación emocional de los padres en México se agrava cuando un hijo, sobre todo varón, es homosexual (Lozano-Verduzco y Díaz-Lovin 2009; Lozano-Verduzco & Rocha 2011; Lozano-Verduzco 2016, Gattamorta et al. 2019).

 

 

 

B)    Aceptación de la relación

En la introducción, se mencionó la relevancia de la integración familiar para las personas mexicanas (Hernández 2001) y los beneficios que trae al compromiso de la pareja. Esta necesidad de afiliación se vuelve más importante con el paso del tiempo cuando se busca consolidar los vínculos afectivos (Rodrigues et al. 2016). Como lo mencionaron en las entrevistas, presentar a alguien a la familia habla de la confianza en la viabilidad de la relación (Macdonald et al. 2012). Todos los entrevistados han logrado la integración de la pareja a su familia de origen, esto puede deberse justamente a su edad y a la estabilidad de la relación. Sería importante conocer si esta relación aparentemente causal también se da a la inversa, es decir, saber si la integración con la familia es un factor importante en la consolidación de la pareja. Sin embargo, no todas las parejas son reconocidas como tal ante las familias. La resistencia de algunas personas a mantener su relación y su orientación sexual oculta puede deberse a múltiples motivos, entre ellos la anticipación del rechazo por parte de su familia (Goodman 2022; Silva 2018).

Cada “salida del closet” tiene retos culturales, sociales y económicos distintos y debe sopesar diferentes riesgos (Becker y Todd 2015). Importa el sexo, la edad, el contexto, si hay una relación presente y las relaciones sociales de apoyo con que se cuentan (Pistella et al. 2016). De acuerdo como se vio en la literatura y en las entrevistas, las mujeres homosexuales en México son más fácilmente aceptadas por sus familias (Lozano-Verduzco y Díaz-Loving 2009), los más jóvenes se atreven a ser más abiertos con su orientación sexual (Rodríguez et al. 2016) y la aparición de una relación de gran compromiso sexoafectivo con alguien del mismo sexo moviliza la necesidad de socializar la identidad sexual. Y como mencionamos anteriormente, vivir en la Ciudad de México puede facilitar que las familias tengan una actitud más receptiva e informada con respecto a la homosexualidad (Moral de la Rubia 2011). En general, la facilidad de poder “salir del closet” se encuentra en el privilegio y la seguridad de las redes sociales (Mitha et al. 2020).

También es importante considerar que los jóvenes mexicanos no gozan de la movilidad que tienen los jóvenes homosexuales de otras partes del mundo que pueden alejarse geográficamente de sus familias (Mitha et al. 2020; Fischer y Kalmijm 2011). Simplemente, en la Ciudad de México, la edad promedio de independencia con respecto a la casa familiar es de 28 años (Economista 2016). Y aún a pesar de salir de casa de los padres, esto no significa una total independencia del sistema familiar. Esta cercanía geográfica obligada por aspectos económicos y sociales nos puede ayudar a entender la necesidad de las personas LGBTTI de buscar ajustes para la convivencia entre la pareja y la familia (Gattamorta et al. 2019). Dichos ajustes pueden ser los causantes de esta situación de ambigüedad donde hay una aceptación y rechazo familiar simultáneo.

Una de las maneras de ajustarse en una familia con discursos homofóbicos es lo que Noé y Orlando llaman “el secreto a voces”. La familia intuye la relación, pero nadie dice nada, porque en el momento en que se enuncia la orientación sexual y la relación de pareja, la familia tendría que procesar el conflicto y atravesar un duelo con efectos inesperados (Goodman 2022; Hernández 2001). Este es quizás el aspecto más paradójico y representativo de las actitudes sociales con respecto a la homosexualidad en la Ciudad de México: mientras no se nombre ni se manifieste plenamente la homosexualidad, las y los disidentes sexuales pueden integrarse a la sociedad como cualquiera.

Por lo mismo Hernández (2001) recuerda que enunciar la homosexualidad en un mundo hetero fascista es una postura política de reivindicación y de apropiación de los espacios públicos. Sin embargo, a pesar de los beneficios psicoemocionales y sociales de enunciar y mostrar la propia identidad sexual, como lo mencionan varios autores como Goodman (2022), Abreu et al. (2020), Silva (2018) y Mitha et al. (2020), los costos pueden también ser muy altos. Por lo mismo, podemos entender, que las parejas opten por distintos modelos de apertura e integración familiar puesto que se exponen a contextos diferentes, con recursos diferentes, donde la solución más segura no es siempre la de la transparencia con cercanos y desconocidos.

 

C)    Respuesta de la pareja ante la familia

Cuando la experiencia familiar al crecer fue desagradable y se actualiza el rechazo en las interacciones en la vida adulta, las parejas del mismo sexo pueden encontrar maneras de que esto no les afecte. Una de ellas es poniendo distancia de esos vínculos y afianzando las relaciones de amistad (Rostosky y Riggle 2017). Incluso, al hacer equipo con la pareja en contra del rechazo familiar, la dinámica de pareja puede verse fortalecida (Blandón y López 2016; González y Ojeda 2009). Por lo que una fuente estrés, también puede generar desarrollo en la relación de pareja.

Pozos et al. (2013) nos advierte que la comprensión empática y la estabilidad social es vital para la felicidad de pareja en la cultura mexicana. Es por tanto comprensible la apreciación de los participantes a las actitudes empáticas y de cuidado de sus parejas con respecto a sus conflictos familiares. En esa misma línea, la teoría del apego ha revisado como el modo de relación evitativo dificulta poder dar apoyo emocional a la pareja y recibirlo igualmente (Gómez-Zapiain et al. 2012). Estilos de apego inadecuados se relacionan con mayor coacción y abuso emocional (Fontanesi et al. 2019).  

Continuando con los diferentes conflictos encontrados, uno de los mayores problemas que afectan a las familias mexicanas es la intromisión de la familia de origen en la relación de pareja (Jaime et al. 2013). Armenta-Hurtarte et al. (2012) encontró en una muestra mexicana que cuando las opiniones de la familia desplazan las de la pareja, se comunican cuestiones privadas de la pareja a familiares o la familia rechaza a la pareja, la satisfacción de la pareja disminuye. Resulta especialmente interesante la negociación del poder en el terreno familiar (Farrel et al. 2015). Como se ha encontrado en Robbins (2009), en las entrevistas se hizo presente que las personas pueden usar los vínculos familiares de su pareja para ganar influencia en la relación o en las dinámicas familiares. Este tipo de alianzas no necesariamente son mal intencionadas, muchas veces tienen que ver con las expectativas de integración y los aprendizajes de la propia familia de origen.

La negociación del poder en la pareja a través de la familia y el estrés o bienestar que pueda generar dicha dinámica ha sido poco investigada en poblaciones latinoamericanas. La mayoría de las investigaciones son en poblaciones de oriente, se enfocan en parejas heterosexuales y se relacionan con la violencia doméstica (Tunca & Durmus 2022).

El estudio de las relaciones entre parejas del mismo sexo y sus familias se beneficiaría de ampliar su conocimiento en este tema. Lo que podemos intuir como explicación sobre este fenómeno es lo que Díaz-Guerrero (1994) observó en sus estudios etnopsicológicos. Este autor consideró que los mexicanos pueden llegar a confundir el amor y la violencia. Esta confusión hace que sea común que se lea la posesividad, los chantajes, las amenazas, la dominación, la manipulación y la violencia como signos de amor y se repliquen en los sistemas familiares de la pareja. La violencia se ve como un modo disponible para resolver conflictos, mostrar interés o comunicarse (Ronzón-Tirado et al. 2017). Pero estas son meras especulaciones ya que no hay muchos estudios que nos ayuden a comprender las distintas interacciones y alianzas de las parejas con sus familias políticas.

 

 

Conclusión

 

En este artículo, se buscó comprender las relaciones entre las familias y las parejas del mismo sexo y lo que hace que dichas interacciones se perciban como estresores o apoyos. Se organizó la información recabada en tres factores principales que se iban sumando para añadir capas de complejidad: En un primer lugar o capa, se observaron las dinámicas familiares con los hijos o hijas y las expectativas que ponían sobre estos. En una segunda capa, se abordó la búsqueda de integración de las parejas a dichas dinámicas familiares y la lucha por el reconocimiento de la orientación sexual ante la familia. En un último lugar, se discutió la importancia de las reacciones de la pareja a las dinámicas y conflictos familiares. Los resultados nos hablan de un sistema holístico donde cada acción tiene repercusiones en todo lo demás, la pareja se ve afectada por las dinámicas familiares, y las familias por las dinámicas de pareja. A su vez, estas dinámicas están atravesadas por una serie de creencias y actitudes con respecto a la homosexualidad que no se abordaron en esta investigación, pero que están presentes a través de los mandatos de la cultura y el contexto socio político de la ciudad.

El estudio de las parejas permite ver el fenómeno de las interacciones familiares de manera tridimensional. Es decir, podemos reconocer diversas interacciones sociales que afectan la percepción del estrés o el apoyo. Las posibilidades de bienestar o malestar psicoemocional no recaen únicamente en una historia familiar sino en un abanico de interacciones actuales y dinámicas que están situadas en un contexto.  

De cualquier manera, lo que se enfatiza a través de esta investigación, es que las relaciones familiares son aspectos claves para comprender el estado psicoemocional de las personas LGBTTTI en México. La homofobia soterrada en el “paraíso de derechos” de la Ciudad de México hace que la integración entre las familias y las parejas se vuelva un terreno de negociación continua entre intereses y fuerzas convergentes. Justamente, en las interacciones familiares, se hace evidente las tensiones sociales y las paradojas; hay un deseo de integración y armonía, pero subsiste la resistencia cultural que se aferra a un sistema heterosexista.

 

Conflictos de interés: Los autores declaran que no tienen conflictos de interés.

 

Apoyo financiero: El artículo pertenece a un proyecto de investigación ó tesis llamada Dinámicas de poder en la sexualidad de parejas del mismo sexo en el doctorado en Investigación Psicológica de la Universidad Iberoamericana con un financiamiento por parte del Conahcyt.

 

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[1] Protocolos tales como el “Protocolo de actuación de la policía federal para los casos que involucren la orientación sexual, identidad y expresión de género" (2014); “Protocolo para Juzgar con perspectiva de orientación sexual, identidad y expresión de género y características sexuales.” (2022); “Protocolo de atención en el Seguro Social a personas pertenecientes a las poblaciones lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual (LGBTTTI)” (IMSS 2022), “Protocolo de atención para el hostigamiento y acoso sexual del personal”, también del IMSS; “Protocolo Nacional de Actuación para el personal de Instancias de Procuración de Justicia del País, en casos que involucren la Orientación Sexual o la Identidad de Género” (2018).

[2] En ocasiones se utiliza el término disidencia sexual para hacer referencia a las personas que viven en discrepancia con la sexualidad dominante. Sin embargo, como menciona Núñez (2016), este es un término político y de resistencia frente a la ideología heterosexista y andrógina. Por lo mismo, resulta un término conflictivo para algunos autores que no consideran disidentes a quienes no tienen intenciones políticas en sus elecciones relacionales. En este caso, sí se considerará disidentes a las parejas del mismo sexo independientemente de sus discursos identitarios y sociales sobre sus relaciones de pareja puesto que su mera existencia disiente de las expectativas sociales.