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Rev. Biol. Trop. Blog Serie 5

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En junio de cada año se celebra el mes del orgullo LGTB. Es una celebración que últimamente llama mucho la atención debido a la gran difusión en redes sociales. Numerosas personas, empresas, organizaciones, etc., tiñen sus fotos de perfil de colores mostrando el apoyo a la comunidad LGTB. Y si son como yo, que de cuando en cuando no puede evitar leer los comentarios, se habrán dado cuenta de que hay una gran cantidad de ellos con tono homofóbico. Muchos de estos comentarios únicamente lanzan insultos sin más ni más, cosa que no vale la pena discutir, pero algunos se animan a manifestar las razones de su postura en contra. Entre ellos, llama mucho mi atención esa palabrita del título de este artículo: antinatural. Es ahí donde no puedo evitar preguntarme: —¿A qué se refieren con ese término? ¿Es que acaso creen que la homosexualidad es exclusivamente del ser humano y extraña al resto de la vida natural?

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Si es así, creo que es importante aclarar este punto. En la vida natural, la diversidad sexual puede resultar sorprendente. No solo la homosexualidad está presente en más de 400 especies animales, sino que la forma como se desenvuelven sexualmente podría ser catalogada como “pervertida” por algunos. Bruce Bagemihl, en su libro “Biological Exuberance”, recopila información de diversas especies animales con datos específicos sobre su comportamiento sexual. De ellas, escogí tres especies representativas y muy carismáticas del neotrópico, en las que sorprendentemente o no, se han reportado comportamientos homosexuales.

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No pretendo cambiar creencias, pero sí añadir un poco más de conocimiento

a un tema que ha sido objeto de actos de violencia y discriminación

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Mono ardilla común (Saimiri sciureus)

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Este mono es nativo de la Amazonia y es una de las especies más comunes de ver en la selva del Perú. Normalmente los puedes encontrar en grandes grupos de más de 50 individuos, saltando de rama en rama y haciendo tal alboroto que es imposible que pasen desapercibidos. Los grupos más numerosos están conformados en su mayoría por hembras, mientras que los machos juveniles viajan en grupos más pequeños de 2 a 10 individuos, los cuales se unen al grupo de las hembras como miembros periféricos. Las hembras generalmente permanecen en sus grupos durante toda su vida, donde desarrollan estrechas relaciones entre ellas. Probablemente esta cercanía causa que interaccionen sexualmente, cortejando y montando una sobre la otra. A su vez, es común que las hembras tengan una amiga cercana, con la que suelen viajar y descansar. Esta amiga especial puede ayudar con el cuidado de las crías y la relación entre las dos hembras se vuelve muy afectuosa al punto que se tocan las manos y se besan en la boca.

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Delfín rosado (Inia geoffrensis)

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Mirar delfines de río nadando en un río amazónico es una de las cosas más placenteras de ver. Y es que lucen tan tiernos que despiertan nuestro lado más romántico. Sin embargo, lo que no todos se imaginan es que estos mamíferos acuáticos parecen tener una amplia variedad de actividades sexuales. En cautividad, se ha observado que los machos gustan de penetrar a otros machos en el área genital, anal e incluso en el orificio de respiración. Sí, así son ellos. Pero no hay que pensar que esta interacción se limita solo a lo sexual, sino que también despliegan muestras de afecto entre ellos; frotan sus cuerpos, nadan, juegan y descansan juntos. Sus encuentros sexuales se pueden prolongar por toda la tarde, aunque el solo acto de penetración dura alrededor de un minuto.

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No se sabe con certeza si estos comportamientos ocurren fuera de cautividad, sin embargo, dada la variada y flexible naturaleza de la sexualidad de los delfines, posiblemente estas expresiones homosexuales o bisexuales sean un componente básico de su vida social.

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Gallito de las rocas guayanés (Rupicola rupicola)

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¿Quién no se ha dejado encantar alguna vez por el cortejo de las aves? El despliegue de las coloridas plumas de los machos, mostrando sus engalanados movimientos a las exigentes hembras que observan muy juiciosas para escoger al mejor partido para procrear, es desde luego fascinante. El gallito de las rocas guayanés no es la excepción. Esta especie se caracteriza por tener un sistema social de apareamiento conocido como lek, en el cual los machos usan determinados territorios donde despliegan su comportamiento de cortejo durante los meses de diciembre a abril. Es de esperar que las hembras visiten el lek… sin embargo, no son las únicas. Los machos juveniles también forman parte del público espectador y no necesariamente para aprender los mejores movimientos de los machos adultos. Se ha observado que estos juveniles también cortejan a los adultos y si se atraen mutuamente, a menudo es el macho juvenil el que monta al macho adulto.

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Como si esto fuera poco, los machos juveniles tienen más de un encuentro sexual durante la época de apareamiento, con machos que no tienen un territorio propio de exhibición. Sin embargo, lo que resulta más sorprendente es que las interacciones homosexuales se dan en el mismo lugar que la heterosexual. Es más, comúnmente tienen prioridad sobre esta última. El macho adulto puede preferir al juvenil en vez de la hembra, por lo que esta se ve obligada a retirarse o esperar su turno.

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Podría seguir mencionando más ejemplos… pero en cambio dejo a los lectores la opción de revisar las referencias y enlaces de este artículo, y compartirlo con su círculo de contactos. No pretendo cambiar creencias, pero sí añadir un poco más de conocimiento a un tema que ha sido objeto de actos de violencia y discriminación, usando el concepto de antinatural. Seguramente, hay diversas objeciones y perspectivas sobre el significado de las palabras que usamos, y aquí pongo en contexto solo una parte de ello. Tal vez, deberíamos empezar a cuestionarnos qué es lo más “antinatural”, si el homosexualismo o la discriminación contra la diversidad sexual.

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Juriko Rupay Valdivieso

Laboratorio de Ecología de Procesos, Universidad Nacional Agraria La Molina. Lima, Perú

Investigadora asociada, Crees Foundation. Cuzco, Perú

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Imágenes

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Mono ardilla común. Fuente: Ruben Undheim (CC BY-SA 2.0)

Delfín rosado. Fuente: Joachim S. Müller (CC BY-NC-SA 2.0)

Gallito de las rocas guayanés. Fuente: Bernard DUPONT (CC BY-SA 2.0)

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Referencias

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Bagemihl, B. (1999). Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity. New York, NY: St Martin Press.

Renjun, L., et al. (1994). Comparative studies on the behavior of Inia geoffrensis and Lipotes vexillifer in artificial environments. Aquatic Mammals, 20(1), 39-45.

Talmage-Riggs, G., & Anschel, S. (1973). Homosexual behavior and dominance hierarchy in a group of captive female squirrel monkeys (Saimiri sciureus). Folia Primatologica, 19(1), 61-72.

Trail, P. W., & Koutnik, D. L. (1986). Courtship disruption at the lek in the Guianan Cock-of-the-Rock. Ethology, 73(3), 197-218.

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Publicado: 25 de noviembre, 2019. Serie 5.

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Serie de Blogs de la Revista de Biología Tropical. 2019

Universidad de Costa Rica

Edición gráfica: Alonso Prendas Vega

Edición científica: Luis E. Vargas-Castro

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