Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVII (1) (Enero-Abril) 2023: 71-93/ISSN: 2215-2636
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En el pensamiento de Olney, como en el de los románticos, el escritor apela al ser completo, al
conjunto de sus facultades intelectuales, sensitivas y emotivas para descubrir el misterio de las cosas y sus
manifestaciones individuales y explicar su significado: «Solo los datos de la experiencia individual
imaginativa podían hacer eso. En ellos vemos ejemplos de lo que no puede ser expresado directamente con
palabras sino solo por medio de alusiones y sugerencias» (Bowe, 1972, p. 22). Los románticos pensaban
que el poeta era un intérprete de lo percibido con los sentidos y que mediante este proceso alcanzaban un
orden trascendental que explicaba el mundo de las apariencias y revelaba los efectos de las cosas percibidas
en nuestro ser. Algo semejante plantea Olney con el «impulso vital al orden», aunque su perspectiva se
extiende a pensar en todas aquellas escrituras que logran la realización del ser, sea sintética —Darwin o
Newman— o simbólica —Montaigne, Jung o T.S. Eliot— (Olney, 1981). En cualquier caso, esta
aproximación a otros discursos, además del poético, se relaciona con los presupuestos de Heráclito sobre
el logos, a los que se hizo referencia anteriormente, y también con los de Coleridge (2009), quien se propuso
desarrollar una «filosofía dinámica» que llamaría Logosophia (no concluyó este trabajo) y que sostenía la
tesis «Truth is correlative to being» (Chapter XII, Thesis I). Olney (1981) escribe: «Coleridge, who was
speaking of his own activities (…) describes equally well the practice of either Montaigne or Eliot, “defines
itself as an affectioante seeking after the truth; but Truth is the correlative of Being”» (p. 315).
Harold Bloom (2009) le reconoce a Coleridge su convicción del poder de la mente del poeta
romántico sobre «el universo de la muerte», y le parece que esta formulación es crucial para entender la
poesía moderna, incluido el poema The Wast Land de T.S. Eliot, el cual Olney examina en Metaphors of
self. Aunque no puede afirmarse que Olney se inscribe totalmente en el romanticismo —Eliot no es
romántico—, es evidente que abreva de estos trazos. En el apartado final, titulado «Synthesis», Olney
(1981) cita a Coleridge: «Poetry, as Coleridge remarked, is a creative act analogous, in its own realm, to
the divine fiat, bringing into being a symbolic self and with it an entire universe» (p. 331).
Finalmente, nos referiremos de manera breve al asunto del lenguaje. Ni Gusdorf ni Olney excluyen
el pensamiento sobre el lenguaje escrito en la configuración de poemas y autobiografías, pero su
acercamiento difiere en cierto grado. Como plantea Lang (1982), para la perspectiva romántica el lenguaje