Nuevas arquitecturas pedagógicas en la enseñanza del inglés: uso de
herramientas virtuales en un currículo universitario híbrido
María José Quesada Chaves
InterSedes, Revista electrónica de las sedes regionales de la Universidad de Costa Rica,
ISSN 2215-2458, Volumen XXIV, Número 50, Julio-Diciembre, 2023.
10.15517/isucr.v24i50.51353 | intersedes.ucr.ac.cr | intersedes@ucr.ac.cr
A: is article systematizes the experience lived as a result of the educational
paradigm shi at a methodological level for the teaching of English, specically what
happened in a grammar in the English career with Training in Business Management at
the University of Costa Rica. We are facing a reality where in the classroom we have a
generation that is highly inuenced by the use of technology and they might present
problems to adapt to the traditional teaching processes. e reality is that many students
demand and expect more creative learning environments. e pandemic caused by the Sars
Cov-2 virus forced all educational institutions to rethink their traditional and face-to-face
teaching model. e curriculum had to be adapted to an emergency remote education,
characterized by the creation of virtual environments. It was concluded, aer this study,
that the use of technological tools by themselves does not imply innovation or successful
learning, it is required to be a methodology focused on the student but supported by ICT,
the teacher becomes the designer and moderator of these spaces. It is concluded that if there
is a successful implementation, more and better learning will occur, but all this implies a
methodological change to what had traditionally been used.
R:
Este artículo sistematiza la experiencia vivida producto del cambio de paradigma
educativo a nivel metodológico para la enseñanza del inglés, especícamente en lo
acontecido en un curso dedicado al aprendizaje de la gramática en la carrera de Inglés con
Formación en Gestión Empresarial de la Universidad de Costa Rica. Estamos ante una
realidad donde es indiscutible que, actualmente, en las aulas contamos con una generación
que está altamente inuenciada por el uso de la tecnología y que más bien podría presentar
problemas para adaptarse a la enseñanza tradicional. La realidad es que muchas personas
estudiantes reclaman y esperan ambientes de aprendizaje más creativos. La pandemia
ocasionada por el virus SARS Cov-2 obligó a todas las instituciones educativas a replantear
su modelo de enseñanza tradicional y presencial, hubo que adaptar el currículum hacia
una educación remota de emergencia, caracterizada por la creación de entornos virtuales.
Se concluyó, luego de este estudio, que el uso de herramientas tecnológicas por sí solas no
implica innovación ni aprendizaje exitoso, se requiere que haya una metodología centrada
en el estudiante, pero apoyada por TIC, el profesor se convierte en el diseñador y moderador
de estos espacios. Se concluye que, si se logra la implementación exitosa de los mismos, se
van a producir más y mejores aprendizajes, pero todo esto implica un cambio metodológico
a lo que tradicionalmente se había utilizado.
Universidad de Costa Rica
Puntarenas, Costa Rica
mariajose.quesada@ucr.ac.cr
https://orcid.org/0000-0002-2901-2297
Publicado por la Editorial Sede del Pacíco, Universidad de Costa Rica
P : educación, aprendizaje en línea, currículo, enseñanza, inglés, tecnología,
pedagogía.
K: education, online learning, curriculum, teaching, english, technology, pedagogy.
New pedagogical architectures in the teaching of English: use of virtual tools in a hybrid
university curriculum
Recibido: 1-06-22 | Aceptado: 24-10-22
C  (APA): Quesada Chaves, M.J. (2023). Nuevas arquitecturas pedagógicas en la enseñanza del
inglés: uso de herramientas virtuales en un currículo universitario híbrido InterSedes, 24(50), 85-120. DOI
10.15517/isucr.v24i50.55658
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Julio-Diciembre, 2023, pp. 85-120 (Artículo).
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Introducción
La crisis provocada por la COVID-19 abrió el camino de lo que
se vislumbraba desde hace tiempo como necesario en la educación.
Se quiere que sea la pedagogía el eje o punto de partida del nuevo
modelo pedagógico que se ha construido producto de la pandemia.
Se desea continuar con un modelo de educación híbrida que
logre combinar el modelo presencial que se tenía antes de esta
situación y el modelo virtual que forzosamente nos hemos visto
obligados a desarrollar recientemente. La pandemia ha generado
un aprendizaje que no puede pasarse por alto; debe reflexionarse
sobre el nuevo paradigma que ha iniciado ahora con un uso tan
cotidiano de la tecnología.
La pandemia obligó a generar una respuesta de emergencia ante
una situación inesperada, por lo que se trabajó bajo un modelo de
educación remota de emergencia; nadie estaba preparado para la
virtualidad. En muchas ocasiones, lamentablemente, se trasladó al
aula virtual lo mismo que ya se tenía en el aula presencial, creando
un verdadero caos. Sin embargo, se debe resaltar que la educación
de los últimos dos años dio un giro trascendental que ha hecho
que el paradigma educativo tradicional se vea cuestionado. Lo que
se plantea generar ahora con medidas sanitarias más flexibles que
proponen un retorno a la presencialidad es que no se deje en el
olvido las lecciones aprendidas bajo un enfoque pedagógico más
tecnológico.
Las universidades se caracterizan por tener una estructura
rígida y claramente definida a la hora de desarrollar el currícu-
lum académico en cada una de sus carreras. Muchas veces en
ellas impera un espíritu conservador y tradicional, no obstante,
la pandemia hizo que se adoptaran medidas drásticas y atinentes
para dar una respuesta favorable ante una situación en la que era
inminente actuar. Gracias a las condiciones de la educación supe-
rior, se logró que las universidades del país pudieran generar una
respuesta rápida y acertada ante la pandemia. Por ejemplo, gracias
a los recursos tecnológicos con que se contaba, fue posible brindar
capacitación al cuerpo docente y hacer uso de los entornos virtua-
les de los que ya se disponía.
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El 6 de marzo del 2020 marcó el inicio de una situación que
vendría a sacudir cualquier estructura educativa que se hubiera
definido en el pasado, con la aparición del primer caso de COVID-
19 en el país. La educación nacional tomó un giro en el desarrollo
de actividades académicas, y lo que se generó fue una respuesta
inmediata ante la situación de emergencia que se estaba viviendo
en ese momento. Al no existir ninguna experiencia previa sobre
un modelo de educación 100% virtual, lo que se generó fue una
educación remota de emergencia caracterizada por hacer un tras-
lado de los mismos horarios, mismos contenidos y actores, con la
única diferencia de que ya no se encontrarían en un aula física para
el desarrollo de sus clases, sino en una virtual. Esta situación vino
a revelar la gran desventaja en cuanto a acceso a conectividad y
equipo de una importante cantidad de estudiantes, lo que ocasionó
un aislamiento discriminatorio que hubo que solventar y resolver
a lo interno de la universidad. Es aquí donde el abandono y la
deserción son parte de los principales problemas educativos que
la pandemia trae consigo, y esto no responde a “un tema estruc-
tural de la educación digital, sino del bajo nivel de preparación
y de conformación de dinámicas sociales y administrativas para
soportar y apoyar la disrupción digital en curso, así como de los
desiguales accesos y capacidades de equipamiento.” (Rama, 2020,
p. 73). De esta forma, se tiene que, pese a poseer los recursos insti-
tucionales digitales para continuar brindando el servicio educativo
a la población universitaria, muchos miembros se vieron desfavo-
recidos por el tema de acceso a Internet o equipo para atender sus
clases virtuales.
Es importante anotar que, ya de por sí el modelo presencial y su
paradigma tradicional habían sido ampliamente cuestionados por
la escasa incorporación de la tecnología dentro de los entornos de
aprendizaje, y se seguía privilegiando el libro impreso, el pizarrón y
el cuaderno. Al hablar de pedagogía es importante tener claro que
esta es “una ciencia multidisciplinaria que estudia la metodología
y las técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación. El uso
de métodos y formas para transmitir el conocimiento es la base de
la pedagogía.” (Rama, 2020, p. 13). Es decir, la pedagogía implica
métodos de enseñanza para promover el aprendizaje, los cuales, a
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lo largo de la historia, han ido evolucionando desde modelos en
que la persona docente era el centro del proceso educativo, hasta
conceptos más claros donde el estudiantado se convierte en prota-
gonista de su propio aprendizaje, el cual se vio marcado con el uso
de libro como recurso didáctico para promover el autoaprendizaje.
Este uso de recursos didácticos también empieza a verse influen-
ciado por la incorporación de la tecnología en el aula, al inicio de
manera muy conservadora, hasta llegar al punto que todos cono-
cemos producto de la pandemia. Es importante mencionar que el
desarrollo de recursos didácticos depende únicamente del cono-
cimiento de un educador para poderlos desarrollar; la tecnología
por sí sola no genera ningún aprendizaje y debe siempre mediar la
intervención educativa a cargo de un experto tal y como lo plantea
Rama (2020):
Tal paradigma se apoyó en las tecnologías analógicas de
reproducción y se constituyó en la base del desarrollo
de la educación durante muchos siglos e implicaba una
lógica fragmentada: por una parte, el componente docente
presencial con tendencia catedrática y centrada en la
transferencia de información o la discusión del libro, y
por la otra, recursos de aprendizaje que se desarrollaron
al calor de las tecnologías de comunicación e impresión,
y que conformaron el desarrollo de la didáctica. (p. 15)
Finalmente, debe resaltarse que la situación generada de emer-
gencia ha conllevado a la implementación de un modelo educativo
que no es descartable al 100% una vez que las situaciones del país
permitan el regreso a las aulas físicas de manera presencial. La edu-
cación tradicional implica un traslado para poder acceder a los
espacios delimitados para reunirse en las aulas, lo cual también
podría verse como una forma discriminatoria de acceso para quie-
nes no tienen las posibilidades para agruparse en un espacio y en
un momento determinados. Se regresa a un modelo en el que la
persona docente es el centro de atención y no se privilegia el uso de
la tecnología ni de recursos didácticos innovadores, lo cual podría
vislumbrarse como una relación de poder.
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Es evidente que esta situación no se debe generalizar, pero,
posiblemente, gran número de docentes regresarían a las aulas pre-
senciales con mayor comodidad a que si lo tuvieran que hacer a
sus aulas virtuales. Ante tal situación, pese a que las universidades
están llamadas a reducir las desigualdades sociales al aumentar su
cobertura a nivel nacional, la modalidad presencial por sus con-
diciones intrínsecas “limita los impactos positivos y facilita las
desigualdades en tanto que impone números restrictivos de acceso
o impactos en términos de calidad por la masificación de las aulas,
limitando la democratización efectiva de la educación superior”
(Rama, 2020, p. 18).
A raíz de esta situación, se habla del planteamiento de un
modelo de educación híbrida. Ahora que se han experimentado las
grandes ventajas de la educación virtual, no debería abandonarse
del todo este modelo, por lo que se plantea que se puedan combi-
nar ambas modalidades educativas, la educación tradicional con el
uso de la tecnología para potenciar la virtualidad de los procesos
de enseñanza.
Marco teórico
1. Impacto de la digitalización en los procesos educativos
La tecnología ha estado presente desde siempre en la socie-
dad. La educación ha hecho poco uso de esta, ya que los procesos
de digitalización implican cierto grado de alfabetización digital
para las personas docentes o encargadas de diseñar cada curso.
Su implementación ha generado cambios positivos en las expe-
riencias educativas que han apostado hacia una renovación en la
modalidad de enseñanza. Este tipo de educación se llama ‘educa-
ción virtual. De conformidad con Soto Cañon (2019),
El concepto de educación virtual hace referencia al amplio
uso de las tecnologías actuales para proveer soluciones que
ayuden a mejorar el desempeño y aprendizaje de las per-
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sonas, partiendo de las necesidades que estas tengan para
su propio emprendimiento personal.” (p.5). Asimismo,
Ramírez Salas (2012) apunta que la educación virtual o edu-
cación en línea, se refiere al “desarrollo de programas de
formación que tienen como escenario de enseñanza y apren-
dizaje el ciberespacio, desde una acción que busca propiciar
espacios de formación, apoyándose en las TIC para instau-
rar una nueva forma de trasmitir el conocimiento. (p. 14)
En este sentido, si se decide apostar por una educación virtual,
debe tenerse como herramienta a disposición del estudiantado
un entorno virtual de aprendizaje, que sería lo equivalente al aula
física donde se desarrollan las actividades educativas. Silva (2017)
indica que un entorno corresponde a “una aplicación informá-
tica diseñada para facilitar la comunicación pedagógica entre los
participantes en un proceso educativo, sea éste completamente
a distancia, presencial, o de una naturaleza mixta que combine
ambas modalidades en diversas proporciones.” (p. 4). Es este sitio
donde se deben disponer los materiales educativos ya digitalizados
en diferentes formatos tales como textos, imágenes, audios, simu-
laciones, juegos, videos, ejercicios en línea, y donde podrán ser
accesados tanto por las personas docentes como por las personas
estudiantes.
Al referirse al tipo de actividades que se llevan a cabo en un
entorno virtual, se les puede llamar e-actividades y Silva (2017)
las define como “las actividades destinadas al logro de los objeti-
vos, competencias o resultados de aprendizaje, a través de diversas
acciones tendientes a facilitar el proceso de enseñanza-aprendi-
zaje.” (p. 7). En este sentido, el tipo de actividades o recursos deben
responder a un diseño curricular que promueva la motivación con
el fin de potenciar el aprendizaje autónomo para que el estudiante
asuma un rol activo y sea el protagonista de su propio proceso
de enseñanza. Por esta razón, en un entorno virtual, se sigue un
modelo donde se promueven las metodologías activas para la bús-
queda y procesamiento de la información, en el que deben tomarse
en cuenta diversos aspectos tales como las características de los
participantes, nivel del curso, nivel de uso de TIC, recursos de
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aprendizaje y actividades de evaluación (Silva, 2017).
Es importante mencionar, tal y como apunta Rodríguez Jiménez
(2009), que los entornos virtuales son contextos donde se desarrolla
el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero no de forma específica
aplicable a los contextos exclusivos de educación virtual, sino que
se pueden convertir en un recurso de apoyo para la modalidad de
educación tradicional. Más bien, tal y como lo indica Silva (2017),
los entornos virtuales permiten a las personas estudiantes comu-
nicarse e interactuar de manera descentralizada, pero conectados
por medio del Internet, lo que les permite autorregular su propio
proceso de enseñanza al poder revisar los materiales al ritmo de
cada persona.
Finalmente, es importante que debe mantenerse siempre una
educación de calidad me- diante la articulación coherente y armó-
nica de un modelo que privilegie el sentido pedagógico de los
procesos por encima de los instrumentos que se utilicen para su
desarrollo. En este sentido, Silva (2017) indica que “una educación
de calidad puede salir adelante con una tecnología inadecuada,
pero jamás una tecnología excelente podrá sacar adelante un pro-
ceso de baja calidad.” (p. 16).
Navas Montes et al. (2015) indican que el aula virtual debe ser
un recurso complementario que motive y promueva el aprendizaje.
No se pretende que sea una repetición de los contenidos del libro,
tampoco es posible abarcar todo el contenido que se desea abordar
en un curso,
por ello tiene que ser diverso al texto o metodologías usadas
en el salón de clases, pero debe distinguirse, es decir marcar
la diferencia porque el alumno debe sentir la emoción, las
ganas, el deseo, la motivación de querer realimentarse al usar
su aula virtual, sino ¿para qué se tendría un aula virtual? (p. 49)
Por otro lado, Moreira Segura y Delgadillo Espinoza (2014)
apuntan más bien hacia los beneficios de contar con espacios
virtuales que favorezcan y promuevan mayor participación de la
totalidad de estudiantes, la cual se ve limitada en espacios educati-
vos tradicionales. Otra de las facilidades que se presenta al contar
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con aulas virtuales es que no existe rigidez en los horarios, más
bien se premia la facilidad para distribuir el tiempo de estudio,
lo cual hace posible que personas adultas, con un estilo de vida
muy ocupado por sus trabajos, puedan también estudiar: “Estos
atractivos elementos hacen de este tipo de aprendizaje uno cada
vez más apetecido entre los estudiantes y profesionales que bus-
can mejorar sus destrezas, habilidades y conocimientos generales
o profesionales.” (p.123). Es por esta razón que una característica
que no puede faltar en el proceso educativo con apoyo en entornos
virtuales es la comunicación. Esta deber ser fluida y efectiva bajo
una atmósfera cálida y de constante acompañamiento para las per-
sonas estudiantes.
El fin principal de todo proceso educativo es que se propicie el
aprendizaje significativo, es decir, no importa el modelo educativo
que se desarrolle, lo importante debe ser presentar la información
nueva de manera coherente y ordenada para que las personas
estudiantes puedan conectar esta nueva información con conoci-
mientos previos y así ir construyendo un aprendizaje que no va
a ser olvidado a largo plazo. En este sentido, Moreira Segura y
Delgadillo Espinoza (2014) establecen que “la función del docente
es engarzar los procesos de construcción del alumno con el saber
colectivo culturalmente organizado y en relación directa con su
contexto social.” (p. 125).
La mediación, el acompañamiento que da la persona tutora,
la interacción con los demás participantes pierde su efecto si los
materiales utilizados no responden a las características propias del
ambiente virtual. Son estos materiales los que determinan el interés
y el progreso de las personas participantes. Las herramientas como
los blogs, redes sociales y wikis están generando espacios virtuales
de aprendizaje no formal que las instituciones formales educati-
vas, en general, desaprovechan. Aquí prevalece la importancia de
las instrucciones claras, precisas y sin am- bigüedad. Es en este
aspecto en el que la persona tutora marca la diferencia y facilita o
entorpece la correcta consecución de las actividades planteadas.
Para alcanzar dichos objetivos, se utilizan recursos como los mapas
mentales, foros escritos y de audio, chats, formularios en línea y
portafolios digitales (Moreira y Delgadillo, 2014).
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Existen muchas diferencias entre un modelo de educación
tradicional y uno virtual. Podría decirse que la educación tra-
dicional es más rígida e inflexible que la educación virtual, sin
embargo, el acceso ilimitado a recursos didácticos de la educa-
ción virtual podría ser contra- producente si no se saben utilizar
correctamente, ya que no se trata solo de colgar una variedad de
contenidos en formato virtual, sino que también debe buscárse-
les una utilidad práctica. Lo anterior es indispensable dado que
la virtualidad supone un proceso de construcción constante, de
apropiación de conocimientos tanto del entorno virtual como
de la discusión con las otras personas participantes y la lectura
e interpretación de la información (Moreira Segura y Delgadillo
Espinoza, 2014).
De este modo, la virtualidad utilizada de manera correcta
en un proceso educativo podría convertirse en un medio que
permita potenciar más y mejores resultados en el aprendi-
zaje. Moore y Kearsley (2011, citados por Moreira Segura y
Delgadillo Espinoza, 2014) establecen una serie de ventajas
sobre el uso de plataformas virtuales en educación como lo son:
el hecho de que la persona estudiante sea quien maneje su pro-
pio tiempo, el estímulo del pensamiento crítico, que la persona
docente se concentra únicamente en un único medio de comu-
nicación con sus estudiantes y, por supuesto, el ahorro en gastos
administrativos que traen consigo la virtualización.
Chávez Saavera et al. (2016) agregan, además, que, al hacerse
uso en la educación virtual de tecnologías móviles, estas se
convierten en recursos portátiles con gran facilidad para trans-
portar de un lugar a otro y que, gracias al acceso a Internet, son
mecanismos ubicuos, es decir, que están disponibles en prácti-
camente todos los países permitiendo una conexión permanente
a la red. Tomando en consideración todas estas ventajas de la
virtualidad y valorando los aportes que a lo largo del tiempo
ha brindado la educación tradicional, lo que se plantea ahora
es un pasaje de educación tradicional a un modelo virtual que
incorpore y refleje la modernidad que se ha logrado gracias al
uso de la tecnología.
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2. El pasaje de la educación tradicional a la virtual
Erróneamente a la educación tradicional también se le ha lla-
mado ‘educación presen- cial, no obstante, también hay presencia
de la persona docente en la educación virtual, por lo que decir que
la educación presencial se refiere a la que se vive en un aula física
es incorrecto, por esta razón, Torres (2015, citado por Soto Cañon,
2019) indica que la educación tradicional “consiste cuando tanto
la docencia como la práctica de aprendizaje se da en tiempo real
entre el profesor y el alumno.” (p. 6).
Por otro lado, Silva (2017) se refiere al aula virtual como la
innovación que se lleva a cabo al insertar las TIC en la docencia,
el problema radica en adoptar modelos tradicionales de forma-
ción apelando a metodologías conductistas, queriendo recrear
lo mismo que se puede hacer en un aula física, sin potenciar los
múltiples beneficios que se llevan a cabo en un entorno virtual de
aprendizaje.
En esta misma línea, es posible apuntar que no es que las dos
modalidades de enseñanza sean antagónicas, por el contrario, jun-
tas pueden potenciar el aprendizaje de manera más significativa
para el estudiantado. Al respecto, Cruz Ramírez (2019) señala:
“las actividades del Aula Virtual permiten el acceso a varias herra-
mientas y documentos de trabajo utilizadas co- múnmente en las
aulas tradicionales: libros de texto, hojas de trabajo, actividades
interactivas, autoevaluaciones, videos, presentaciones, enlaces y
herramientas de desarrollo de actividades.” (p. 28).
La enseñanza del inglés como idioma extranjero ha enfrentado
una serie de problemas al intentar promover la modalidad virtual,
pero según lo que se ha planteado en la mayoría de los cursos en
línea enfocados esta área, estos son “una traslación de los entor-
nos tradicionales a un entorno virtual, centrándose en prácticas
repetitivas, con un enfoque en la construcción gramatical formal,
razón por la cual trasladan todas las desventajas de este contexto
cotidiano a un contexto virtual” (Cruz Ramírez, 2019, p. 29).
Estos intentos de querer adoptar una nueva estructura de ense-
ñanza son lo que Kuhn (1971) llama el surgimiento de un nuevo
paradigma, que a su vez viene a afectar la estructura que ya se
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había adoptado como válida. En este caso, la metodología tradi-
cional para la enseñanza del idioma inglés continúa en el intento
de querer aplicar lo mismo que se ha utilizado durante años en la
enseñanza tradicional del idioma.
Es errado pensar, según Kuhn (1971), que la transición de un
paradigma en crisis a otro nuevo del que pueda surgir una nueva
tradición de ciencia normal no es un proceso de acumulación al
que se llegue por medio de una articulación o una ampliación del
antiguo paradigma. Por lo contrario, se trata de una reconstruc-
ción del campo a partir de nuevos fundamentos, reconstrucción
que cambia algunas de las generalizaciones teóricas más ele-
mentales del campo, así como también muchos de los métodos y
aplicaciones del paradigma. En ese sentido, indica que “durante el
periodo de transición habrá una gran coincidencia, aunque nunca
completa, entre los problemas que pueden resolverse con ayuda
de los dos paradigmas, el antiguo y el nuevo; pero habrá también
una diferencia decisiva en los modos de resolución” (Kuhn, 1971,
p. 132).
Se plantea, entonces, un cambio educativo, un paradigma que
permita al estudiantado au- torregular y controlar su propio pro-
ceso de aprendizaje. No se pretende trasladar el conductismo de
la educación tradicional al entorno virtual, sino que se busca un
cambio en el que, con los beneficios de un entorno virtual de
aprendizaje, se promueva “la innovación, investigación y gestión
así como para el diseño y desarrollo de prácticas efectivas, asis-
tiendo a un importante cambio en las funciones y la relación entre
profesor y estudiante” (Romero Gómez, 2020, p. 3).
De este modo, se estaría dejando un paradigma tradicional cen-
trado en la persona docente como poseedora del conocimiento,
para pasar a uno en que se ve al estudiantado como ente responsable
de su propio crecimiento cognitivo. Ramírez Salas (2012) apunta
que, “desde esta perspectiva, el proceso enseñanza- aprendizaje se
orienta hacia el logro del crecimiento profesional en relación con
la apropiación permanente de conocimientos, habilidades y destre-
zas por parte de los actores a través del desarrollo del aprendizaje
autónomo” (p. 18). Lo anterior es apoyado por Quesada Chaves
(2014), quien establece que el fin principal en el aprendizaje de un
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idioma es la promoción de la autonomía lingüística “resulta fun-
damental hacer ver al profesor que se está formando la necesidad
de transmitir a sus estudiantes el deseo de continuar aprendiendo
fuera de la clase. (p. 4). Sin embargo, no debe entenderse que bajo
esta nueva concepción del proceso educativo la persona docente
no debe existir o que pasa a tener un rol pasivo, por el contrario,
debe estar presente en todo el proceso. Moreira Segura y Delgadillo
Espinoza (2014) apuntan que con el fin de que el estudiantado sea
capaz de construir su propio conocimiento, el profesorado debe ser
capaz de otorgar la libertad necesaria, pero con una guía constante
para que las personas estudiantes puedan construir sus metas en
el aprendizaje.
Por otro lado, para Daura (2013), la autorregulación puede
ser una característica personal que ya tenga cada estudiante, pero
bien es cierto que, bajo la guía y acompañamiento de una persona
docente presente en el entorno virtual, la habilidad para convertirse
en protagonista de su propio proceso de enseñanza puede adqui-
rirse. Lo que se debe promover es el uso de estrategias didácticas
que permitan avanzar en ese camino, ya que, en esa práctica, “el
alumno mejora la motivación, la creatividad, el ritmo de trabajo, la
comunicación, la libertad de elección, la capacidad de aprendizaje,
la disposición a repensar sobre los contenidos recibidos para ela-
borarlos y transferirlos personalmente a otras situaciones” (Daura,
2013, p. 112).
3. La tecnología como herramienta de innovación educativa
Sin lugar a duda, la tecnología es el elemento que ha venido
a marcar el inicio de una revolución que va a cambiar toda la
concepción del proceso de enseñanza -aprendizaje actual. De
conformidad con lo que establecen Basantes Arias et al. (2021),
ya desde hace más de dos décadas se venía viviendo una trans-
formación en el trabajo, la economía, el entretenimiento y, por
supuesto, en la enseñanza, siendo lo más relevante que “más allá
de las formas de enseñar, su mayor contribución la encontramos
en que ha hecho emerger nuevas posibilidades para el aprendi-
zaje” (p. 50).
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Un uso apropiado de la tecnología va a permitir crear entor-
nos de aprendizaje en los cuales se logre combinar, de manera
apropiada, el contexto real del estudiantado con las herramientas
que permitan virtualizar el proceso educativo. Es por esto por
lo que el cambio de paradigma debe darse tomando en cuenta
la incorporación de estas tendencias, las tecnologías emergentes
y la realidad social y lingüística de los estudiantes. Esta es una
situación sumamente necesaria de realizar, ya que como bien lo
apunta Silva (2017): “Estamos en presencia de una generación de
jóvenes, la cual está fuertemente identificada y familiarizada con
el uso de las tecnologías, se han formado y han crecido en la era
digital” (p. 2).
De hecho, en este momento, la generación de estudiantes que
está en las aulas de educación superior es una población que ha
estado expuesta a la tecnología toda su vida, por lo que llegar
a la universidad y tener una educación tradicional sin ningún
tipo de estímulo tecnológico ha creado serias consecuencias en
su desempeño y adaptación en un modelo educativo que no le
atrae. Lo anterior no significa “falta de capacidades, sino porque
esperarían educarse en ambientes más creativos que utilizan las
herramientas TIC empleadas normalmente en sus vidas (…) se
requiere un uso innovador de las TIC para convertir al estudiante
en un actor protagónico” (Silva, 2017, p.3).
El poder insertar las TIC en el entorno educativo produce una
verdadera innovación en la docencia; se requiere de una mayor
apertura tecnológica, claro está, pero ahora lo que se ha obser-
vado, y que es realmente una revolución científica, es otorgar ese
protagonismo al estudiantado para que sea el encargado de auto-
rregular su aprendizaje mediante el uso de entornos virtuales que
vayan en esa línea, y que se deje de lado la transmisión de las
mismas prácticas que se hacían en la educación tradicional, pero
ahora haciendo uso de la tecnología. Esto porque, como bien lo
apuntan Morales Ramos y Guzmán Flores (2015), la tecnología
ha venido a influir la vida de todas las personas jóvenes a quienes
les han llamado nativos digitales. Entonces, es de una forma u
otra obligatorio poder hacer un uso efectivo de las TIC dentro
de las aulas.
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El uso de las TIC es fundamental en el campo educativo.
Chávez Saavera et al. (2016) introducen el concepto de alfa-
betización digital para referirse al “conjunto de habilidades
so- ciocognitivas mediante las cuales se puede seleccionar,
procesar, analizar, informar y utilizar la transformación de
la información a conocimiento. Requiere reconocer las nece-
sidades propias de información, habilidades y actitudes para
satisfacerlas a través del autoaprendizaje permanente” (p. 97).
A su vez, introducen el concepto de e-learning para hablar de
la educación que involucra el uso de dispositivos móviles desde
cualquier momento y lugar.
Es entonces que vemos que la integración de las TIC en
el aula debe ser desarrollada por las personas docentes, más
allá de cualquier esquema tradicional de enseñanza. Debe
involucrarse y premiarse el constructivismo y el aprendizaje
colaborativo desde una estructura en la que la persona docente
no es quien tiene el poder o verdad absoluta y, si lo ejerce, debe
ser para guiar y promover la autonoa y autorregulación por
parte del estudiantado. Entre las características que resaltan
Álvarez Ramos et al. (s.f.) sobre la implementación de las TIC
y el aprendizaje lingüístico, se encuentra que proporcionan un
contexto real y auténtico para las actividades propuestas; que
el papel del profesorado es más secundario que en la docencia
presencial, pero nunca se debe anular su presencia; que la inte-
racción comunicativa debe ser obligatoria, entre otras.
El éxito de poder integrar la tecnología en un ambiente
educativo virtual va a depender en lo que Bunge (1995) señala
como ese vínculo que debe interconectar con las emociones, ya
que todos los medios de comunicación que conocemos “tam-
bién permiten manipular a distancia actitudes y emociones. En
particular, la radio y la televisión se usan para fabricar simpatías
y antipatías comerciales, políticas y religiosas, y para refinar o
embotar la sensibilidad” (p. 50), lo cual queda más que eviden-
ciado con el uso de redes sociales para comunicar, entretener y
por qué no, para educar también. En suma, Bunge (1995) tam-
bién aporta que:
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no hay duda de que los nuevos medios de elaboración y difu-
sión de la información tie- nen un impacto social creciente.
Pero no hay que exagerar y sostener que estamos viviendo en
una sociedad “posindustrial” basada sobre la información.
La información interviene en la producción y circulación
de mercancías, así como en la prestación de servicios, pero
no es independiente de ellas sino que está incorporada
a ellas. No co- memos información ni la calzamos, no la
bebemos ni nos calentamos ni lavamos con ella. (p. 50)
Por esta razón es que Kuhn (1971) indica que “el descubri-
miento comienza con la percepción de la anomalía; o sea, con el
reconocimiento de que en cierto modo la naturaleza ha violado
las expectativas, inducidas por el paradigma, que rigen a la cien-
cia normal” (p. 88). En este sentido, la ciencia normal se ha visto
influenciada por la tecnología y su presencia inminente dentro del
sistema educativo.
4. Implementación de herramientas tecnológicas: videos y
Jamboard
Las herramientas tecnológicas que son ampliamente acepta-
das por las personas estudiantes son aquellas que permiten tanto
adquirir la información o el conocimiento requerido como aque-
llas que les ayudan a comprobar, mediante la práctica del idioma,
que el aprendizaje ha tenido un efecto positivo. En el primer caso,
el video se constituye en la herramienta que permite escuchar
la cantidad de veces que sea necesario una misma explicación o
contenido que la persona docente u otro actor pretende abordar.
En el segundo caso, el estudiantado necesita producir y utilizar la
información que ya ha escuchado y construido mediante el uso
de videos. Para este efecto, se propone una herramienta de acceso
libre que permite el trabajo colaborativo y de manera simultánea
mediante el uso del Internet, esta se llama Jamboard.
Tal y como lo señala Quesada Chaves (2014), el uso de las imá-
genes dispuestas en un video cautiva y motiva al estudiantado; este
entusiasmo es el que se requiere para que el verdadero aprendi-
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zaje sea significativo. En este sentido, Monteagudo-Valdivia (2007,
citado por Quesada Chaves, 2014) establece que:
el video didáctico es un medio de comunicación que
posee un lenguaje propio, cuya secuencia induce al
receptor a sintetizar sentimientos, ideas, concepciones,
etc., que pueden reforzar o modificar las que tenía pre-
viamente. Permite metodizar actuaciones y enfoques,
profundizar en el uso de técnicas, recompensar y sinteti-
zar acciones y reac- ciones, así como captar y reproducir
situaciones reales excepcionales, que pueden es- tudiarse y
analizarse minuciosamente en diferentes momentos. (p. 8)
Morales Ramos y Guzmán Flores (2015) indican, además, que
el video es un recurso de gran impacto audiovisual que, por sus
colores, sonidos y dinamismo a la hora de transmitir la informa-
ción, puede ser explotado como recurso didáctico. Asimismo, es
posible que el cuerpo docente decida crear sus propios videos
didácticos para poder reforzar contenidos previamente estu-
diados en clase. Álvarez Álvarez (2016) afirma que el video ha
incrementado el interés de muchos “por ello, plantearse como
docentes la opción de integrar de algún modo esta herramienta
en clase es una tarea enormemente atractiva, a la vista del interés
y la motivación con la que es recibida por parte de los estudian-
tes” (p. 1). Sin lugar a duda, la dimensión social del video que se
ha difundido con el auge de las redes sociales es un elemento que
permite sentirse parte de un colectivo, es una herramienta que
trasciende la dimensión individual y “el profesor es, por tanto,
un diseñador de espacios de aprendizaje y, en ese sentido, la
tecnología juega un papel de mediadora en la construcción del
conocimiento y la interacción social” (Álvarez Álvarez, 2016, p.
2).
Sin embargo, tal y como lo establecen Basantes Arias et al.
(2021), en el caso de la enseñanza del idioma inglés, no ha
sido preocupante ni difícil hacer la transición hacia el uso de
herramientas tecnológicas ya que desde antes de la emergencia
producida por la enfermedad de la COVID-19, ya se venían uti-
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lizando herramientas digitales para dar acompañamiento a las y
los aprendices de la lengua.
5. Propuesta de implementación de un currículo híbrido
El cambio de paradigma educativo que se propone, entonces,
es uno que tenga aspectos estructurados de la educación tradi-
cional, pero apoyado en un entorno virtual en el que se utilicen
herramientas tecnológicas para fomentar el autoaprendizaje
en los estudiantes, con el fin de promover la autonomía en el
aprendiz. Para esto, el personal docente tiene que haber sido
capa- citado en el uso de plataforma digitales para la enseñanza,
aspecto del que actualmente se carece en el currículum para
la formación de docentes. En este sentido, Rodríguez Jiménez
(2009) indica que las personas diseñadoras o tutoras de los cursos
en EVA se han capacitado con un breve curso sobre las caracte-
rísticas y funciones generales de la enseñanza online, dejando de
lado aspectos importantes de la enseñanza virtual tales como:
funciones propias del profesor tutor online, diseño instruccio-
nal, temporalización y secuenciación, correcta aplicación de las
herramientas de comunicación y evaluación se sistemas de ges-
tión del aprendizaje, la evaluación online” (pp. 11-12).
Debe romperse el paradigma de que la persona docente es
el centro del proceso de enseñanza- aprendizaje. Al respecto
Moreira Segura y Delgadillo Espinoza (2014) afirman que “el
paradigma de que el “profesor” monopoliza el conocimiento y
solo lo transmite quedó en el olvido. Ahora se le considera un
consejero, “experto” o “facilitador” que guía, orienta y rea-
limenta los procesos, en vez de imponerlos” (p. 123). Estamos
entonces frente a una figura docente que, además de tener la
formación académica para dar clases en el modelo tradicional,
ahora también debe dominar el uso de la tecnología con miras
a crear ambientes de aprendizaje virtuales. Los autores plantean
una serie de características que debe tener el perfil de este nuevo
docente y estas se detallan a continuación:
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Características Descripción
Sujeto creador
Cada área del saber, cada especialidad, cada contenido progra-
mático es particular y, por ende, es necesario que la persona
tutora explore, cree, adapte y valore nuevas actividades y
verifique su funcionalidad y aplicabilidad en un contexto
determinado.
Elemento
motivador
La distancia es la mayor virtud y, a la vez, el peor enemigo de
la virtualidad. Los ambientes virtuales por sí solos son fríos y
solitarios. Es por tal razón que el papel de la persona tutora es
crucial para evitar este efecto negativo.
Conciliador
El trabajo de la persona tutora, así como el diseño de las acti-
vidades, deben invitar a la reflexión, la crítica y la discusión.
Promotor de la
participación y la
integración
Las actividades que se diseñen deben promover el carácter
colectivo del aprendizaje, privilegiando la producción de
conjunto más que la individual.
Observador del
proceso de
aprendizaje
Cada participante es un elemento imprescindible del proceso
educativo virtual y, como tal, el seguimiento formativo, la
realimentación y el acompañamiento deben ser del interés de
cada uno de ellos pues se privilegia así un aprendizaje autó-
nomo.
Impulsor de ideas
La interacción con las personas participantes, la persona
tutora y los contenidos es crucial para generar ideas que se co-
necten y se relacionen no solo con el curso en sí, sino también
con la vida real.
Organizado
La planeación y ejecución de un curso virtual requiere una
dosis extra de organización.
Fuente: (Moreira Segura y Delgadillo Espinoza, 2014, p. 124)
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De este modo, se convierte en un reto para el cuerpo docente
actual, que no ha sido formado para la enseñanza virtual, el incursio-
nar y experimentar en el nuevo paradigma educativo bajo un modelo
de educación híbrida. Es responsabilidad del cuerpo docente el diri-
gir un curso bajo la modalidad virtual o híbrida. Morales Ramos y
Guzmán Flores (2015) resaltan que “el docente es quien lleva la direc-
ción del grupo, una computadora no podría hacerlo, pero si puede ser
utilizada como un elemento mediador para la explicación de un con-
cepto” (p. 3). Es importante que la persona docente adopte este nuevo
rol con el fin de lo que Carretero (1993) apunta sobre la capacidad de
poder motivar a al estudiantado a aprender según sus características
internas y según su estilo motivacional, es por esta razón que:
Resulta fundamental para el profesor entender en q
consiste dicho estilo motivacional y evaluar si es el
apropiado para las tareas de aprendizaje que debe rea-
lizar el alumno y en qué medida puede favorecer ese
aprendizaje. Diferentes estilos motivacionales implicarán
distintos tipos de expectativas y recompensas que, a su vez,
tendrán efectos diferenciados. (Carretero, 1993, pp. 32-33)
Es probable que, de acuerdo con este nuevo paradigma, se ten-
gan que hacer ajustes en los contenidos y objetivos, así como un
replanteamiento metodológico y evaluativo del curso, de forma que
se traslade al nuevo paradigma híbrido (Silva, 2017). Este nuevo
modelo educativo presenta grandes ventajas, y es que toma de ambos
paradigmas lo que funciona según las características del mundo
actual. Cruz Ramírez (2019) concuerda en que esta nueva propuesta
“sería recomendable usarla en un entorno multimodal ya que se ha
encontrado que hay una ventaja ligeramente significativa en la edu-
cación multimodal comparada con la tradicional o exclusivamente
en línea”. (p. 32). Debe tenerse claro que el aula virtual no es una
plataforma para el intercambio de documentos, sino más bien que
es el espacio diseñado en la red para pensar, analizar, aprender y
construir el conocimiento.
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Basantes Arias, et al. (2021) afirman que “en la Era Digital la
manera de aprender ha cam- biado y, por ende, la forma de enseñar
debe adaptarse. Lo que significa que tanto la figura del docente
como las metodologías de enseñanza han de adecuarse a la manera
de concebir el conocimiento que se acaba de exponer” (p. 53). La
pandemia que inició en marzo de 2020 marcó el inicio de un cam-
bio que había que implementar quizá desde hace mucho tiempo.
Hasta ese momento se habían efectuado tímidos intentos por vir-
tualizar los procesos de enseñanza en la educación superior, sin
embargo, no se apostaba a un cambio permanente ni seguro. Es
claro, tal y como lo expone Burgos Ostolaza (2012), que “las emer-
gencias surgen y crean inestabilidad, pero de ahí emerge un nuevo
orden que debe proveer vitalidad y mayor capacidad de aprendi-
zaje. (p. 4). Entonces es cuando se pone a prueba la creatividad y
la capacidad de adaptación ante estas emergencias. En este sentido,
Capra (2002) afirma que:
La segunda clase de cambios estructurales en un sistema
vivo la constituyen aquellas alteraciones que crean nuevas
estructuras, nuevas conexiones en la red autopoiésica. Estos
cambios pertenecientes más al ámbito del desarrollo que al
de los ciclos, tienen también lugar de forma continua, ya sea
como consecuencia de las influencias del entorno, o bien como
resultado de la propia dinámica interna del sistema. (p. 62)
La educación está llamada a ser una ciencia madura, tal y como
lo apunta Kuhn (1971), estas transformaciones de los paradigmas
son revoluciones científicas y la transición que se da entre ellos
implica una revolución en el marco de una ciencia madura. El
modelo educativo actual debe ser capaz de aceptar que estamos
ante un cambio de paradigma y que, de no hacerse, las únicas y
más perjudicadas serán las personas estudiantes. En este sentido,
Kuhn (1971) señala que:
La teoría nueva parece una respuesta directa a la cri-
sis. Nótese también, aun cuando ello pueda no parecer
tan típico, que los problemas con respecto a los que se
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presentan los derrumbamientos, eran todos de un tipo
reconocido desde mucho tiempo antes. La práctica pre-
via de la ciencia normal había proporcionado toda clase
de razones para creerlos resueltos o casi resueltos, lo
cual contribuye a explicar por qué el sentimiento de fra-
caso, al producirse, pudo ser tan agudo. El fracaso con
un problema nuevo es, a veces, decepcionante; pero
nunca sorprendente. Ni los problemas ni los enigmas
ceden generalmente ante los primeros ataques. (p. 118)
De conformidad con el autor, es normal atravesar por una etapa
de crisis antes del na- cimiento de la nueva teoría que posterior-
mente va a declararse como el nuevo paradigma. En el caso que
interesa en este estudio, la crisis se vivió en el momento en que
las autoridades sanitarias indicaron que los procesos educativos
debían trasladarse a aulas virtuales por motivo de la crisis sanitaria.
Para Kuhn (1971) hay dos alternativas: “o ninguna teoría científica
enfrenta nunca un ejemplo en contrario, o todas las teorías se ven
en todo tiempo confrontadas con ejemplos en contrario” (p. 125).
En el caso de la educación, a pesar de que se enfrentó un ejemplo
en contrario, se ha visto el gran potencial de este nuevo modelo y
no se va a descartar luego de que se supere la crisis.
Lo que se procura en cualquier modelo educativo es que se
implemente lo que Carretero (1993) afirma al señalar que “se
aprende mejor aquello que se comprende adecuadamente es
decir lo que se inserta apropiadamente en los conocimientos que
ya poseemos y que se puede usar para resolver problemas signi-
ficativos para la persona que aprende” (p. 29). De este modo, si
se ha comprobado que las generaciones actuales aprenden mejor
haciendo uso de la tecnología, no debe pensarse la educación de
forma distinta. Carretero (1993) también indica que “los aspectos
cognitivos del comportamiento no se producen al margen de los
afectivos, sociales y motivacionales” (p. 27), por lo que es impor-
tante que se piense la educación siempre en virtud de quienes se
están formando.
Ortega García (2016) concuerda en que los programas acadé-
micos no deben formularse ni implementarse de manera aislada
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sin conocer la realidad ni características de los estudiantes, se debe
proponer un modelo coherente con las necesidades específicas
de ese momento y esa población. Es decir, el contexto en que se
circunscribe el acto educativo tiene un sentido primordial en la
práctica de este proceso para lograr captar la atención y motiva-
ción del estu- diantado. Carreño (2009) señala un problema que se
vivía en el sistema educativo, que todos observaban y nadie daba
ese salto por promover el cambio que la juventud y la sociedad
globalizada pedían a gritos.
En casi todos existe gran interés por parte de los alum-
nos cuando ingresan a la institu- ción educativa hasta
aproximadamente cuando llegan a los diez años de edad.
A partir de ese momento, los contenidos curriculares se
van haciendo cada vez más académicos y formalistas, y
a su vez va menguando el interés por parte de los alum-
nos. Cuando el estudiante entra a la adolescencia, esta
tendencia se intensifica, dando cuenta de un mayor distan-
ciamiento o ruptura, entre los intereses de los alumnos y
los contenidos del sistema escolar. (Carreño, 2009, p. 112)
Bournissen (2015) aclara que cuando se habla de educación
virtual, todo el modelo debe enfocarse en el estudiantado; las
tecnologías deben potenciarse en virtud de convertirlos en los
protagonistas de su propia formación. Al respecto, Capra (2002)
apunta que “los continuos cambios estructurales en respuesta al
entorno –y el consiguiente proceso de adaptación, aprendizaje y
desarrollo constantes– constituyen características clave del com-
portamiento de todo ser vivo” (p. 63). Estamos entonces ante un
cambio de modelo educativo, que, dadas las circunstancias de
los últimos tiempos, se ha tenido que impulsar y hacer parte del
ambiente educativo, estamos al punto tal y como lo menciona el
autor, de que hemos logrado una adap- tación positiva ante dicho
cambio de paradigma.
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Metodología
El análisis metodológico del cambio de paradigma de educa-
ción tradicional se desarrolló en el curso de Gramática II, el cual
debe ser cursado por las personas estudiantes de segundo año de
la carrera de Inglés con Formación en Gestión Empresarial de la
Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica. La población
bajo estudio había tenido la experiencia de llevar cursos bajo la
modalidad virtual en los últimos 3 ciclos de su plan de estudios, y
ya anteriormente había recibido un curso de gramática en forma
virtual.
Participantes
El curso de Gramática II tuvo una matrícula abundante, más
de lo que usualmente se hubiera aceptado de manera presencial.
Participaron 41 personas estudiantes oriundas de todo el país. El ins-
trumento propuesto fue respondido por 33 de ellas, a quienes se les
consultó sobre la metodología empleada en el curso.
El estudiantado de este curso contaba con acceso a Internet, sin
embargo, algunas personas presentaban condiciones de conectividad
muy limitadas, ya que vivían en sitios alejados. La mayoría de estas
personas estudiantes recurría a sus celulares para acceder a Internet,
por lo que esto limitaba su participación en ciertas ocasiones, ya que
debía utilizar sus datos móviles para conectarse.
Un dato llamativo es que en ninguna ocasión las personas estudian-
tes quisieron abrir su cámara por voluntad propia; únicamente se hizo
durante las evaluaciones, algunas orales, en las que abrir su cámara
y micrófono era solicitado directamente por la docente. Durante las
clases, algunas alegaban un acceso a Internet deficiente para abrir su
video, o bien simplemente no se sentían a gusto para hacerlo.
El uso de la palabra se dio de manera ordenada y voluntaria. Es
claro que hay estudiantes que no participan si no se les pregunta direc-
tamente o se hacen salas de trabajo durante la sesión. En general, la
calidez de una sesión sincrónica grupal es limitada, pero se experi-
mentó que cuando se generaban ambientes cómodos de confianza,
apoyo y respeto, la participación era exitosa.
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Actividades desarrolladas
El curso de Gramática II es un curso teórico, en el que se uti-
liza un libro de texto base para analizar contenidos gramaticales.
El libro se compone de explicaciones, ejemplos y ejercicios. En
una clase presencial, se podría aprovechar el espacio para agrupar
a las personas estudiantes para solicitarles que expongan algún
tema para comprobar el aprendizaje del día, luego de realizar las
prácticas del libro. Al pasar a la modalidad virtual, el uso de la
tecnología se convierte en el principal aliado del cuerpo docente.
Las actividades de la clase presencial no podían simplemente
pasarse a la modalidad virtual; urgía un cambio paradigmá-
tico que permitiera crear un ambiente de aprendizaje óptimo
en beneficio del estudiantado. Ante esta situación, se pensó en
tener una estructura fija para todas las clases, de forma que se
evitara la improvisación a fin de bajar los niveles de ansiedad o
incertidumbre por parte del estudiantado. Las evaluaciones fue-
ron previamente propuestas desde el inicio del curso cuando se
analizó el programa, fueron explicadas con anticipación y recor-
dadas ocho días antes de que tuvieran lugar. Se trabajó en una
metodología empática, siempre dirigida a acompañar el proceso
de aprendizaje de las y los aprendices.
Sesiones en Zoom
Con el fin de reunirse de manera sincrónica con las personas
estudiantes del curso de gramática, cada semana se programaba
una sesión a través de la plataforma Zoom. Durante la sesión,
se presentaban los materiales preparados con la explicación del
tema gramatical que debía ser abordado. Luego de esto, se pro-
movía la práctica escrita de ejercicios del libro o sitios en línea.
En estos espacios la interacción era limitada ya que muchas per-
sonas estudiantes preferían mantener sus micrófonos y cámaras
apagadas, sin embargo, este era el único espacio de acercamiento
e interacción entre docente y estudiantes.
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Mediación Virtual
El aula virtual se convirtió en un espacio a modo de reposito-
rio de información relacionada con el curso que se desarrolló. En
ella se encontraban inscritas todas las personas estudiantes que se
matricularon en el curso y podían tener acceso en el momento que
lo quisieran para revisar o descargar los materiales que se colgaban
semana a semana. El contenido de este entorno fue agrupado en
carpetas semanales con los materiales, foros e información sobre
las evaluaciones del curso. Cada vez que iniciaba una sesión sincró-
nica por Zoom, se compartía pantalla para mostrar lo que se había
dispuesto para que el estudiantado revisara durante esa semana.
Videos
Los videos se han convertido en una herramienta tecnológica
que ha revolucionado la forma de recibir la información en los
últimos tiempos. No solo se utilizan con fines educativos, ahora
gracias al uso de redes sociales se les da gran cantidad de usos
cotidianos. Es por esta razón que se decide grabar un video sema-
nal con la explicación de la docente sobre cada tema nuevo que
debía estudiarse como parte de los contenidos del curso. El video
podía ser grabado en una pizarra de marcadores, o bien con una
explicación en la pantalla de Zoom. Estos recursos pretendían cap-
tar la atención del estudiantado y estar a su disposición las veces
que fuera necesario luego de la conexión sincrónica de cada clase.
A su vez, también se compartían en el aula virtual videos que ya
previamente se habían colgado en YouTube sobre los contenidos
gramaticales que correspondía estudiar.
Esquemas
El libro de gramática que se utilizó no posee atractivos visua-
les que ayuden a comprender mejor la información que se brinda,
por esta razón cada tema gramatical fue diagramado en mapas
conceptuales con cuadros, flechas y colores que permitieran ver la
relación de la información que debía estudiarse. Estos esquemas se
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utilizaban para resumir la información de la clase, previo al tiempo
de práctica que se les solicitaba a las personas estudiantes tener al
finalizar la clase.
Jamboard
Esta es una pantalla inteligente que permite extraer con rapi-
dez imágenes de una búsqueda en Google, guardar el trabajo en la
nube automáticamente, usar la herramienta de reconocimiento de
formas y escritura a mano, es fácil de leer y se puede dibujar con
una pluma stylus y borrar con el dedo igual que en una pizarra.
Esta fue una herramienta que se utilizó cada vez que se abordaba
un tema nuevo y se promovía la práctica grupal en salas de tra-
bajo de Zoom. La docente preparaba previamente de cuatro a seis
láminas (una para cada uno de los subgrupos de trabajo), con el
fin de que las personas estudiantes pudieran escribir sus propios
ejemplos de oraciones utilizando la nueva estructura. Luego de
esta práctica, la docente descargaba el archivo en un formato que
podría ser colgado en el aula virtual para su revisión constante.
Ejercicios del libro
Una vez que la docente había presentado el tema haciendo uso
de videos, presentaciones, esquemas y que se había asegurado de
que el estudiantado hubiera comprendido, se le invitaba a reali-
zar ejercicios del libro de texto de manera individual. Durante este
tiempo, la docente quedaba disponible únicamente para aclarar
dudas. En el aula virtual, las personas estudiantes encontraban una
imagen con las respuestas correctas para que se hiciera al final una
autorevisión de su propio trabajo.
Instrumento
Con el fin de recolectar la información para analizar el cambio
paradigmático vivido en la enseñanza de la gramática inglesa, se
preparó un cuestionario con ocho preguntas, el cual fue aplicado
a la totalidad de estudiantes matriculados en el curso. Dicho cues-
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tionario se enfocó en consultar aspectos sobre la transición o la
implementación de nuevas formas de enseñanza producto de la
pandemia, cuáles fueron las herramientas tecnológicas más útiles
en este nuevo esquema de enseñanza y, en el caso específico de los
videos, los cuales se consideran un recurso útil a la hora de revisar
los contenidos abordados, se les preguntó si lo habían valorado de
esta forma. Finalmente, se les consulta sobre su disposición para
continuar, ya sea en un modelo 100% virtual, o bien promover la
educación híbrida en la que se mezclen ambos elementos: virtual
y presencial, y saber cuáles serían las recomendaciones que, desde
su experiencia como estudiantes, podrían brindar.
Resultados
La mayor parte de la población participante del estudio indica
que el cambio de tener clases en un espacio físico dentro del cam-
pus universitario a tener que adoptar un modelo totalmente virtual
ha sido poco favorable. Esto puede deberse al hecho de que no
se dio una transición paulatina entre un paradigma y otro nuevo,
sino que debió implementarse debido a la pandemia ocasionada
en marzo 2020 por la COVID-19. Solo un 9% valora el cambio de
modelo educativo como pésimo, mientras que un 34% piensa que
ha sido beneficioso el tener que implementar la virtualidad al 100%
en sus cursos.
Dada la transición tan abrupta que hubo que dar en el modelo
de enseñanza, se les consulta a las personas estudiantes del curso
de Gramática Inglesa II cuáles han sido las mayores dificultades
que han tenido que enfrentar para adaptarse y poder continuar con
su aprendizaje en el idioma de una manera 100% virtual. Algunas
de estas personas apuntan al hecho de que no hay igual cantidad
de oportunidad de ocasiones para practicarlo, ya que en una sesión
sincrónica por la plataforma de videollamada grupal en tiempo
real muchas veces no piden la palabra para preguntar o participar
porque no sienten la cercanía y confianza con la persona docente
y sus compañeros para hacerlo. Es decir, no se genera un diálogo
natural y fluido de manera horizontal entre quienes participan en
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el curso. De modo que la mayor parte del tiempo de clases sincró-
nicas, era la docente la que hablaba ocasionando distracciones y
pérdidas de atención.
Al no tener la apertura para abrir sus cámaras y micrófonos, en
ocasiones las personas estudiantes se convertían en simples espec-
tadores de lo que se deseaba transmitir, esta situación ocasionó,
en algunos casos, pérdida de atención y motivación para concen-
trarse. A este factor de impersonalidad que produce el cursar una
clase por medio de una computadora, se suma el hecho de que en
sus hogares no se contaba con un espacio apropiado y silencioso
que pudiera semejar un salón de clases, las múltiples interrupcio-
nes de otros miembros del núcleo familiar, así como los problemas
de conectividad hacían también que el estudiante perdiera su con-
centración durante las clases.
Llama la atención la valoración que brindan quienes partici-
pan de esta investigación sobre las herramientas tecnológicas de
mayor utilidad durante la implementación de una metodología
totalmente virtual. Por un lado, se logra ver que los videos son
herramientas útiles, pero no son los recursos de más importancia
para esta población, ya que consideran su presencia como parte
obligatoria en un entorno virtual, es decir, los valoran como ele-
mentos característicos de un aula virtual y como la forma en que
ellos obtienen el conocimiento o la información de lo que debe
desarrollarse.
Caso contrario es lo que sucede con respecto a la importan-
cia que se le brinda al libro de texto, el cual es un recurso que se
importa del modelo tradicional y proporciona una sensación de
seguridad de que se están abarcando la cantidad de contenidos que
se hubieran estudiado en un aula física.
Por otro lado, la pizarra virtual es una herramienta en línea que
promueve el trabajo colaborativo con la guía del cuerpo docente, y
es una de las mejor valoradas por las personas estudiantes, ya que
por la inmediatez de lo que se escribe y su visualización en tiempo
real, da un sentido de acompañamiento, seguridad y confidencia-
lidad en el aprendizaje adquirido, ya fuera gracias al libro o a los
videos con las explicaciones de gramática que facilitó la docente en
el entorno virtual.
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En el caso de la presente investigación, se utilizó este recurso
multimedial con fines educativos. La docente grabó en videos
cortos de cinco minutos máximo cada uno de los contenidos de
gramática que debían estudiarse. Estos se colgaban en el entorno
virtual antes de cada clase. La explicación de gramática podía gra-
barse en una pizarra de un aula física o bien por medio de una
grabación de Zoom utilizando alguna presentación o mapa con-
ceptual. La docente explicaba la estructura gramatical y proveía
ejemplos sobre su implementación, los cuales siempre se intenta-
ron relacionar con el ejercicio de su futura profesión en el mundo
de los negocios. Al preguntarles a los estudiantes sobre la utili-
dad de la herramienta, la gran mayoría, casi el 65%, indicó haber
abierto el video mínimo 2 veces para escuchar la información con
la explicación que se le presentaba. Un elemento alentador es que
ninguno de ellos dejó de abrir los videos que se suministraron
semana a semana, es decir, todos los pudieron revisar e interiorizar,
tal y como se muestra en el siguiente gráfico.
F 
N     
Fuente: Elaboración propia de la autora.
Si el curso tuviera que repetirse de manera virtual más adelante,
las personas participantes del presente estudio proponen que se
implementen mayor cantidad de prácticas y juegos. Se sugiere una
modalidad de prácticas en línea donde se genere la retroalimenta-
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ción de sus respuestas de manera inmediata una vez finalizado el
ejercicio. Este tipo de prácticas son útiles y sirven para esquemati-
zar el trabajo asincrónico que se realice de manera independiente.
A su vez, sugieren que el libro de texto tenga los ejercicios adap-
tados a la temática de la carrera y que no sea un libro de texto de
inglés general.
De este modo, es evidente que las personas estudiantes sugie-
ren ambas modalidades de trabajo virtual, trabajo sincrónico y
asincrónico. El trabajo sincrónico debe constar tanto de explica-
ción por parte de la persona docente como de prácticas grupales
e individuales que permitan asegurar la comprensión del tema de
estudio antes de pasar al trabajo asincrónico de manera autónoma.
Alrededor de un 85% del estudiantado indica que la digita-
lización de los procesos de enseñanza es una práctica que debe
seguirse implementando dentro del proceso educativo para apren-
der un idioma. Uno de los recursos que ofrece la Universidad de
Costa Rica y que la gran mayoría apoya que se siga implementado
pese a la modalidad de estudios es el uso de mediación virtual
como entorno que apoye el proceso que se desarrolla dentro del
proceso educativo.
F 
P      I  F
 G E   
Fuente: Elaboración propia de la autora
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Finalmente, la población participante está clara en que la
educación está frente a un cambio de paradigma educativo y al
consultarle sobre la anuencia que tiene para continuar su carrera
de Inglés en el futuro, casi la mitad de los consultados indica que
debe adoptarse un modelo de educación híbrida. Además, las per-
sonas participantes están claras en que las clases virtuales no deben
desaparecer ya que se han encontrado muchas ventajas durante su
desarrollo, pero a la vez se percibe la necesidad de tener un compo-
nente presencial fuerte, ya que casi un 35% del estudiantado indica
que debe incorporarse la presencia física en un aula tradicional. Un
número menor, pero también significativo, un 18%, indica que la
carrera podría seguir 100% virtual.
Conclusiones
En conclusión, es posible encontrar diferencias muy marca-
das entre ambos modelos de educación. Por un lado, se tiene la
educación tradicional que permite tener contacto físico entre los
participantes del estudio, pero que ha quedado obsoleta si no se
incorpora dentro de su currículum la tecnología como recurso
didáctico. Por otro lado, se tiene el modelo de educación virtual
que permite conexiones sincrónicas y asincrónicas como parte
del desarrollo de las clases. Esta modalidad tiene tanto aspectos
positivos como negativos, ya que emplea al 100% la tecnología,
pero el factor humano se ve desplazado por una pantalla y el
docente debe hacer un esfuerzo por medio de la utilización de
estrategias didácticas efectivas para que el estudiante sienta un
acompañamiento suficiente para poder sentir su guía a lo largo
del proceso educativo. Dentro de las diferencias más sobresa-
lientes entre ambos paradigmas tradicional y virtual, se pueden
enlistar las siguientes:
En el paradigma tradicional el profesor es la fuente princi-
pal del conocimiento, mientras que en el paradigma virtual
se convierte en un facilitador y guía.
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Las actividades de tipo expositivas o informativas for-
man parte del paradigma tradicional, mientras que en
el paradigma virtual las actividades son colaborativas e
interactivas.
Los recursos disponibles en un aula física son limita-
dos, mientras que los disponibles en un aula virtual son
ilimitados.
De este modo, es posible ver cómo el uso de la tecnología
en el aula virtual rompe con lo que había aportado hasta el
momento el paradigma tradicional al sistema educativo para
el aprendizaje de un idioma. Ramírez Salas (2012) indica que
“la educación virtual es una estrategia que usa instrumentos
informáticos y computacionales para apoyar y modernizar una
actividad muy antigua como lo es el proceso de enseñar y apren-
der” (p. 14). Es por esto por lo que se logra concluir que no se
trata solo de enseñar con métodos que siempre se han estado
utilizando de manera tradicional, ya que lo que se ha podido
observar luego de dos años de educación virtual producto de la
pandemia es que la enseñanza de un idioma es un proceso que
hoy puede ser enriquecido con instrumentos de mayor eficacia
que le permitan al estudiantado trabajar en forma más indepen-
diente y con ritmos acordes con sus capacidades y posibilidades.
La tecnología estaba disponible desde hace muchísimos
años, al punto de que la mayoría de las personas estudiantes que
están en aulas universitarias son nativas digitales, esto aunado
al hecho de que la pandemia obligó a adoptar un modelo 100%
virtual de educación, lo que permitió ver que la educación uni-
versitaria no se encontraba preparada para ese cambio abrupto
de
paradigma. Por otro lado, los docentes no tenían la forma-
ción académica para dar clases en un modelo virtual, lo cual
deja ver que estamos frente a un docente que ahora, además de
tener la formación académica para dar clases en el modelo tra-
dicional, debe dominar el uso de la tecnología con miras a crear
ambientes de aprendizaje virtuales. Los autores plantean una
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serie de características que debe tener el perfil de este nuevo
docente, una de ellas es la capacidad de adaptación a las nuevas
tecnologías.
Así pues, las personas docentes, al igual que el alumnado,
deben aprender a ser competentes digitales, pero más impor-
tante aún: deben resignificar y adaptar su competencia docente
a un mundo digitalizado. En síntesis, no basta con que la per-
sona docente digital deba adquirir competencias tecnológicas,
sino que debe adaptar su rol (Moreira Segura y Delgadillo
Espinoza, 2014).
Lo que se está viviendo a nivel educativo implica la capacidad
de poder generar empatía entre todos los actores del proceso
educativo dado que “la empatía con la alegría de otra persona
surge de un profundo conocimiento personal de sus luchas
pasadas (…) el abrazo empático a otra persona incluso puede
transformar su sufrimiento en dicha” (Rifkin, 2020, p. 23). Es
por esto por lo que mucho porcentaje de la clave del éxito de
este pasaje entre un modelo educativo a otro va a requerir de
mucho manejo de la inteligencia emocional, no se debe olvidar
el componente humano que forma parte de todo proceso de
aprendizaje.
Finalmente, con el presente estudio se logra concluir que
estamos ante el surgimiento de un nuevo paradigma híbrido:
es decir, un modelo de enseñanza que logre incorporar los ele-
mentos favorables de ambos paradigmas: tradicional y virtual.
En el cual, sin lugar a duda el docente va a tener una gran res-
ponsabilidad ya que debe romper con esquemas tradicionales
de enseñanza que habían sido validados y aplicados por muchos
años en el sistema educativo. Esto porque hay que tomar ventaja
de que las estructuras emergentes que surgen luego de la pan-
demia por la COVID-19 con esquemas educativos que van a
aportar novedad, creatividad y flexibilidad. No se debe retroce-
der a lo que se tenía antes de la pandemia, ya que es obligatorio
tomar ventaja de lo que se ha experimentado y avanzado para
afianzar un modelo de educación híbrida.
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