InterSedes, Revista electrónica de las sedes regionales de la Universidad de Costa Rica,
ISSN 2215-2458, Vol XXI, Número 44, Agosto – Diciembre, 2020.
10.15517/isucr.v21i44.43943 | intersedes.ucr.ac.cr | intersedes@ucr.ac.cr
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ADAPTACIÓN DE INDICADORES DE TURISMO SOSTENIBLE:
IMPLEMENTACIÓN EN CHIAPAS, MÉXICO
ADAPTATION OF SUSTAINABLE TOURISM INDICATORS: IMPLEMENTATION IN
CHIAPAS, MEXICO
Tamara Rioja-Paradela
1
Edali Camacho-Ruiz
2
Arturo Carrillo-Reyes
3
Eduardo Espinoza-Medinilla
4
Laura Porras-Murillo
5
Recibido: 26.02.20 Aprobado: 29.06.20
DOI: 10.15517/isucr.v21i44.43943
Resumen
Este estudio adapta y propone una serie de indicadores de turismo sostenible, así como un índice
de sostenibilidad turística. Se aplicaron indicadores cuantitativos y cualitativos en un centro
turístico de Chiapas, México. De manera relevante se identifican los aspectos críticos que deben
abordarse para incrementar la sostenibilidad, y se detalla indicadores que pueden ser utilizados por
los administradores del sitio y otros proyectos turísticos similares.
Palabras clave: ecoturismo; indicadores; medición; México; turismo sostenible.
Abstract
This study adapts and proposes a series of sustainable tourism indicators, as well as a tourism
sustainability index. Quantitative and qualitative indicators were applied in a tourist center of
Chiapas, Mexico. In a relevant way, this study identifies the critical aspects that must be addressed
to increase sustainability and details indicators that can be used by the site administrators and in
similar touristic proyects.
Keywords: ecotourism; indicators; measurement; Mexico; sustainable tourism.
¹ Mexicana. Profesora-Investigadora, Cuerpo Académico Sustentabilidad y Ecología Aplicada, Universidad de
Ciencias y Artes de Chiapas, México. Correo electrónico: tamara.rioja@unicach.mx
² Mexicana. Profesora-Investigadora, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, México. Email:
edali.camacho@unicach.mx
³ Mexicano. Profesor-Investigador, Cuerpo Académico Sustentabilidad y Ecología Aplicada, Universidad de Ciencias y
Artes de Chiapas, México. Email: arturo.carrillo@unicach.mx
⁴ Mexicano. Profesor-Investigador, Cuerpo Académico Sustentabilidad y Ecología Aplicada, Universidad de Ciencias y
Artes de Chiapas, México. Email: eduardo.espinoza@unicach.mx
⁵ Costarricense. Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre, Universidad Nacional de Costa
Rica, Heredia, Costa Rica. Email: laura.porras.murillo@una.cr
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Introducción
El turismo es una de las principales actividades que contribuyen al crecimiento y la
diversificación económica de un país o localidad (World Tourism Organization, 2004). Este puede
generar impactos positivos en los niveles ambiental, social, económico y cultural; no obstante,
también pueden ser impactos negativos si no existe una adecuada planeación (Habibullah, Din,
Chong, & Radam, 2016). En ese contexto que se vuelve indispensable que el turismo se desarrolle
bajo preceptos de sostenibilidad, de modo que la generación de ingresos provoque un impacto
mínimo en el ambiente y en la identidad cultural de las comunidades locales (Pérez Albert & Nel-
Io Endreu, 2013).
Actualmente, la protección del ambiente natural y social como parte de un modelo de
turismo sostenible es un punto fundamental para el incremento de la competitividad turística
(Blancas-Peral, González-Lozano, Guerrero-Casas, & Lozano-Oyola, 2010), particularmente en
sitios cercanos a áreas naturales protegidas (Blanco-Cerradelo, Diéguez-Castrillón, & Gueimonde-
Canto, 2015). La necesidad de mantener el capital natural y sociocultural de los destinos turísticos
permite ver más allá́ de una actividad basada netamente en el ámbito económico (Herrero, 2017;
Luffiego-García & Rabadán-Vergara, 2000). Por ello, han surgido diversas propuestas para
desarrollar instrumentos que permitan la medición precisa de los avances en este modelo de
sostenibilidad del sector (Pérez Albert & Nel-Io Endreu, 2013). En ese sentido, a fin de medir las
afectaciones de la actividad turística y su acercamiento al paradigma de la sostenibilidad se ha
impulsado a nivel internacional el uso de indicadores (World Tourism Organization, 1996, 2004),
que buscan generar puntos de referencia que ubiquen el estado de sostenibilidad de proyectos
turísticos (Camacho-Ruiz, Carrillo-Reyes, Rioja-Paradela, & Espinoza-Medinilla, 2016). En ese
contexto, se propuso medir la sostenibilidad en el manejo y operación del Centro Turístico Sima
de las Cotorras [CTSC], en Chiapas, México, mediante la aplicación de un sistema de indicadores
diseñados para tal efecto. Se pretende que los resultados de la evaluación permitan encausar
estrategias así como reorientar las actividades del destino, para conservar y proteger los recursos
naturales, y asegurar una experiencia satisfactoria para los visitantes.
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Metodología
Área de estudio.- El Complejo Turístico Sima de las Cotorras (STSC) se localiza en el área
de influencia del área natural protegida Reserva de la Biosfera Selva El Ocote [REBISO] en el
municipio de Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, México (Figura 1).
Es una zona de clima cálido con lluvias en verano, y está dominada por selvas secas y
vegetación secundaria (Alarcón Hernández, 2010; Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales, 2001). El CTSC tiene como principal atractivo una dolina, formación geológica de 150
metros de diámetro y 145 de profundidad, en cuyas paredes descansan durante la noche cientos de
cotorras verdes (Aratinga holochlora), una especie en peligro de extinción (Alarcón Hernández,
2010; Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2001).
El CTSC es administrado por la Cooperativa Tzamanguimó, misma que pertenece a la Red
de Ecoturismo Pluriétnico de la Selva El Ocote. Los miembros de esta cooperativa son originarios
de la localidad rural Rivera Piedra Parada, la que cuenta con 435 habitantes. La comunidad se
Figura 1. Ubicación del Centro Turístico Sima de las Cotorras (punto rojo), al sur de la Reserva de la
Biósfera Selva El Ocote. Imagen de fondo: World Terrain Base (ESRI, 2009).
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clasifica en niveles de mediana a alta marginación (Instituto Nacional de Estadística y Geografía,
2010). El estudio se realizó con el permiso de los administradores del sitio y la comunidad (Cano-
Contreras, Medinaceli, Diago, & Villamar, 2015).
El estudio se realizó en dos temporadas altas (julio y diciembre) y dos bajas (septiembre-
octubre y febrero), definidas en función de la intensidad de la actividad turística de acuerdo a los
registros del centro, quienes reportan hasta 3,500 visitantes en promedio por temporada alta y 400
visitantes en promedio por temporada baja. El estudio se realizó en ambas temporadas debido a
que la estacionalidad del flujo de visitantes modifica el resultado de los indicadores de
sostenibilidad turística.
Sistema de indicadores.- La falta de un sistema de indicadores estandarizado permite a cada destino
turístico desarrollar y adaptar indicadores propios. Este estudio se basó en la propuesta de Rivas y
Magadán (2007), quienes utilizaron herramientas creadas por la Organización Mundial de Turismo
[OMT] (World Tourism Organization, 1996, 2004) e indicadores propuestos por Vera-Rebollo &
Baidal (2003).
Se identificaron los atributos y los temas prioritarios del sitio para los aspectos económicos,
sociales y ambientales. Los atributos son el conjunto de características que proporcionan la base
contra la cual se midieron los indicadores a través del tiempo (World Tourism Organization, 1996,
2004). Una vez identificados y siguiendo la propuesta de la OMT se procedió a su selección,
asignando una ponderación a cada atributo identificado en una escala ascendente de 1 a 10, en
función del nivel de sensibilidad del atributo al impacto del turismo, siendo 10 la máxima
sensibilidad. Posteriormente, se identificaron los temas prioritarios o clave. Para ello, y mediante
talleres con los manejadores del sitio, se revisaron los indicadores propuestos por Rivas & Magadán
(2007), buscando responder a las siguientes preguntas: ¿Los indicadores incluyen la mayoría o una
parte importante de los temas prioritarios? Si no es así, ¿Qu medidas o indicadores
complementarios del sitio son necesarios para proporcionar la información requerida para esos
temas?. La propuesta de indicadores complementarios propios del área se realizó siguiendo el
marco de evaluación y criterios propuesto por la OMT de acuerdo a la metodología comunitaria
para el desarrollo social MECOM (Kniffki, Calero, & Castillo, 2009).
Entrevistas semi-estructuradas.- Se aplicaron 462 entrevistas semi-estructuradas a visitantes y
habitantes de la zona que accedieron a colaborar. Durante las temporadas bajas se entrevistaron
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124 personas, y durante las temporadas altas se entrevistaron 338 personas. Con estas se obtuvo
información sobre la percepción del sitio de visitantes y pobladores de la zona, necesario para
responder a los indicadores.
Observación participante.- Mediante ésta se obtuvo información sobre la opinión de la comunidad
con respecto a la actividad ecoturstica, incremento en la conflictividad, accidentes de tráfico y
nivel de instrucción. Dichos datos se obtuvieron a partir de charlas y reuniones sostenidas con los
gestores del centro y habitantes de la comunidad.
Selección y adaptación de indicadores.- La selección y evaluación de indicadores básicos y
complementarios se bas en los criterios generales de evaluación propuestos por la OMT (World
Tourism Organization, 1996, 2004), que incluye: a) obtención de datos e información: estimado de
la facilidad para obtener la información, b) indicadores verosímiles y fácilmente interpretables: se
seleccionaron indicadores fiables para todo tipo de público, c) indicadores que permitan predecir
tendencias en el tiempo y la comparación entre áreas, d) indicadores predictivos de sostenibilidad:
grado en que proporcionan información sobre la sostenibilidad ambiental, económica y social, y
finalmente e) disponibilidad de valores de entrada y referencia, es decir, indicadores con
información de referencia para evaluar la tendencia general de los mismos.
Aplicación de los indicadores.- Se propone la siguiente adaptación a la propuesta de Rivas &
Magadán (2007), incluyendo un índice de aplicación simple que integra la totalidad de los
indicadores y establece un valor de referencia, denominado aquí como índice de sostenibilidad
turística [IST]. Se asume una valoración similar para todos los indicadores, es decir, todos los
indicadores contribuyen con el índice final en la misma proporción.
Dado que Rivas & Magadán (2007) no propusieron un parámetro de comparación, este
trabajo se realizó considerando los valores óptimos de cada indicador como el parámetro de
referencia. Para el caso de este estudio, el valor máximo del IST es de 1250, cuando todos los
indicadores alcanzan su valor óptimo. El cálculo de cada indicador, se realizó de acuerdo a lo
propuesto por los autores, con excepción de dos indicadores para los que se hace un ajuste descrito
más adelante:
donde:
IST = Índice de sostenibilidad turística
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Indicadores ambientales
a = Cobertura vegetal
b = Percepción de la calidad visual
c = Contaminación visual
d = Deterioro del paisaje natural y rural
e = Expansión del área turística construida
f = Presencia de especies endémicas
g = Disponibilidad de agua limpia para proyectos turísticos
h = Contaminación auditiva percibida por los turistas
i = Congestión vehicular
j = Calidad ambiental de proyectos
k = Deterioro de estructuras de interés
Indicadores económicos:
l = Ingreso generado por empleo generado por actividades turísticas
m = Grado de satisfacción en servicios turísticos
n =Volumen de turistas en periodo de alta demanda
o = Nivel de ocupación de instalaciones turísticas
p = Diversificación de productos turísticos
q = Empleo directo total generado por el turismo
r = Variación estacional del empleo
s = Licencias municipales
Indicadores socioculturales:
t = Relación visitantes/residentes
u = Percepción de la comunidad acerca del turismo
v = Incremento del conflicto o crimen en temporada alta
w = Accidentes de tráfico en temporada alta
x = Nivel educativo de trabajadores del sector turístico
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Para los indicadores “n” y “t” se tomaron las siguientes consideraciones, con el fin de que se
ajustaran al índice general:
cuando n <= 50, entonces n=n
si n > 50, entonces (n-100)(-1)
si t <= 100, entonces t=t
si t > 100, entonces ((1-t) * 100)(-1)
Resultados y discusión
El sistema de indicadores de sostenibilidad turística para el CTSC se compuso de 15
indicadores ambientales, ocho económicos y seis socioculturales. Los criterios decisivos fueron la
obtención de información y los valores de entrada, seguidos del criterio de temporalidad y
credibilidad. Finalmente, se obtuvieron seis indicadores complementarios. Al aplicar la ecuación
propuesta, se encontró que el CTSC se encuentra lejos del valor óptimo de sostenibilidad, con un
IST=362.65. Al analizar el CTSC por temporada, el resultado fue similar, con un IST para la
temporada alta de 448.24 y de 436.08 para la temporada baja (Cuadro 1).
Cuadro 1. Resultado de los indicadores evaluados por temporada y anualmente, así como
el valor óptimo por cada indicador
Dimensión
Indicador
Alta
Baja
Óptimo
Ambiental
Cobertura vegetal con deterioro.
58.78
0
Percepción de la calidad visual.
5.40
1.33
0
Contaminación visual.
0
0
0
Deterioro del paisaje natural y rural.
0.90
0
Expansión del espacio turístico
construido.
0
0
0
Presencia de especies endémicas
*
*
100
Disponibilidad de agua dulce para
nuevos proyectos turísticos.
0
100
Contaminación acústica de fuentes
móviles percibida por turistas.
0
0
0
Congestión vehicular.
1.12
0
Calidad ambiental de los proyectos.
*
*
100
Deterioro de estructuras de interés
turístico.
*
*
0
ECONÓMICOS
Ingresos generados por empleo
turístico.
50.84
100
Grado de satisfacción en servicios
turísticos.
26.62
11.78
100
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Volumen de turistas en período de
demanda alta.
77.05
50
Nivel de ocupación de alojamientos
turísticos.
*
*
100
Diversificación del producto
turístico.
66.66
100
Total de empleo directo generado
por el turismo.
5.86
4.46
100
Variación del empleo.
76.19
100
Licencias municipales.
*
*
100
SOCIOCULTURALES
Relación visitantes/Población
residente.
77.24
100
Percepción de la comunidad a cerca
de la actividad turística.
96.15
100
Incremento de la conflictividad y el
delito en temporada alta.
0
0
0
Accidentes de tráfico en temporada
alta.
0
0
0
Nivel de instrucción de los
trabajadores de la actividad turística.
29.5
100
* Sin datos
Este resultado está determinado por los indicadores con valores bajos con respecto al
óptimo, tales como el volumen de turistas en temporada alta, el empleo total generado por la
actividad turística, el nivel educativo de los empleados de la actividad turística y el deterioro de la
cobertura vegetal.
El resultado del volumen de turistas en temporada alta indica una alta estacionalidad (77%)
con respecto a su valor óptimo, que es aquel en el que la llegada de turistas no es marcadamente
estacional. En cuanto al empleo generado por la actividad turística, se encontque el CTSC genera
el 5.86% de empleos con respecto al 100% de empleos para la comunidad. El índice de nivel
instrucción obtuvo un resultado del 29.5%, indicando que únicamente ese porcentaje de
trabajadores con respecto al total cuenta con el nivel educativo básico. Por último, el valor del
58.78% en el índice de cobertura vegetal muestra que la superficie correspondiente a ese valor
porcentual sobrepasa el óptimo, lo que señala deterioro existente en el área del CTSC. Por otro
lado existen indicadores como, presencia de especies endémicas, deterioro de estructuras de interés
turístico y nivel de ocupación de alojamientos para los cuales no existieron valores medibles por la
ausencia de información disponible para el área de estudio. De manera que estos indicadores sin
valores porcentuales adicionales a los indicadores detallados en el párrafo anterior incidieron sobre
un valor bajo en el IST global.
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Indicadores básicos
Cobertura vegetal.- Dentro de la valoración cualitativa total del territorio, se encuentra la
valoración ecológica. En ella es posible aplicar criterios de evaluación a través de Mapas de Uso
del Suelo y Cobertura Vegetal para clasificar un sitio desde muy alto hasta sin valor ecológico
(Chuvieco, 1998). Dado a la carente información de salida del sitio para la elaboración de mapas
de valor ecológico, se propone utilizar la medición de la cobertura vegetal. El resultado de la
medición del indicador de cobertura vegetal revela que 5.21 Ha de 8.8 Ha disponibles, muestran
una marcada evidencia de alteración en el CTSC. Es decir, no hay evidencia de que se de uso
óptimo a los recursos naturales para mantener los procesos ecológicos esenciales, conservar,
planificar y manejar adecuadamente la diversidad biológica (Vanegas-Montes, 2006).
Percepción de la calidad visual.- Un espacio territorial posee características básicas del paisaje que
posibilitan reconocer su valoración paisajística de acuerdo a parámetros como la unidad visual,
organización visual, calidad visual y calidad escénica. La calidad visual del paisaje representa la
condición primaria a partir de la cual es posible construir otros valores más complejos como la
fragilidad, capacidad de absorción visual e impacto visual (Solari & Cazorla, 2009). La medición
de este indicador fue cualitativa, a través de entrevistas a los visitantes con respecto a su percepción
de la diversidad biofísica, naturalidad, singularidad, complejidad topográfica, actividades humanas
y degradación del área en estudio. El valor de este indicador fue del 3.33%. Es decir, de acuerdo a
los visitantes, la percepción de la calidad visual del CTSC es cercana a la óptima. El mantenimiento
de este indicador en el mismo nivel puede asegurar el interés de los visitantes, elevando su
competitividad y nivel de indicadores ambientales.
Contaminación visual.- Se considera contaminación visual al desequilibrio del paisaje que afecta
las condiciones de vida y las funciones vitales de los seres vivientes. Esto se refiere a los efectos
perturbadores que afectan en tres niveles: esttico-paisajstico, degradación de la calidad del
entorno y psicoactivo, produciendo sobrecarga informática o fatiga (Méndez-Velandia, 2013). El
índice de contaminación visual en el CTSC muestra un valor anual óptimo del cero por ciento,
indicando que el total de visitantes anuales entrevistados señalaron no percibir contaminación
visual producida por exceso de señalamientos y/o residuos sólidos dentro del centro.
Deterioro del paisaje natural y rural.- En las etapas de desarrollo y operación de los proyectos
turísticos se presentan actividades que provocan alteraciones sobre los recursos naturales y
culturales, entre ellos la superficie construida (Rivas, 1998). Para el caso de estudio, este indicador
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muestra un porcentaje menor del 1% con respecto al óptimo de 0%. El resultado de este indicador
es positivo y parece evidenciar que el impacto al ambiente por superficie construida ha sido
mínimo. Es deseable mantener su valor cercano al óptimo para mantener las áreas naturales que
permitan mantener en el tiempo zonas factibles de permanencia de la biodiversidad (Rivas, 1998).
Expansión del espacio turístico construido.- Indica la superficie en metros cuadrados en que la
infraestructura se ha incrementado en el área de estudio con respecto a cierto periodo de tiempo.
Se estableció un periodo de dos años como el óptimo debido a que es el tiempo propicio para
generar proyectos de infraestructura. El resultado de este indicador es el óptimo dado que la
satisfacción de los turistas con respecto a la infraestructura en el centro fue alta. Desde una
perspectiva ambiental estricta permite asegurar el cumplimiento de los ejes rectores del ecoturismo
sostenible (Vanegas-Montes, 2006), por lo que se demuestra cuantitativamente que las condiciones
de infraestructura actuales en el centro son suficientes y no es necesario incrementarla. Sin
embargo, debe señalarse que en este periodo de tiempo no se ha llevado a cabo proyecto alguno
que considere el establecimiento de nuevos espacios que permitan la diversificación de actividades
recreativas y que a su vez cumplan con los criterios del ecoturismo. La planificación y ejecución
de estas demandas requiere de un análisis que permita conocer cuantitativamente la superficie
máxima permisible en el área y la capacidad de carga del ecosistema (Pavón, Muñoz, & Arcos,
2007), entendida esta última como la facultad del ambiente a resistir y adaptarse a los cambios
externos (Vera-Rebollo & Baidal, 2003).
Presencia de especies endémicas.- Para la zona de estudio no existen datos de este indicador.
Adicionalmente, se propone la simplificación de la medición de este indicador, eliminando la
medición de la frecuencia relativa propuesta por Rivas & Magadán (2007), lo que facilitaría su
medición. Se propone el siguiente ajuste:
donde:
IPE: Índice de persistencia de especies endémicas
e
2
: Número de especies endémicas actuales
e
1
: Número de especies endémicas en un periodo anterior
Esta propuesta cuantifica la persistencia de especies endémicas sin la inclusión de factores
de extinción de acuerdo a lo citado por los mismos autores. También se propone como medición
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óptima el valor de 100%, valor que indicaría la permanencia del total de especies endémicas a
través de un periodo de tiempo. Este indicador puede mantener valores altos cuando se mantienen
otros indicadores tales como el de cobertura vegetal o el de contaminación auditiva, aspectos con
una relación directa con la presencia de fauna silvestre.
Disponibilidad de agua dulce para nuevos proyectos turísticos.- El tema del agua en el sector
turístico es estratégico, considerando los retos de disponibilidad, gestión integral y tratamiento del
mismo (Gössling et al., 2012; World Tourism Organization, 2004). Por ello, la disponibilidad del
agua compromete la actividad turística y su medición debe ser prioritaria. Para el área de estudio,
no existe acceso directo al agua, por lo que el abastecimiento del recurso es a través de su transporte
desde un sitio diferente al CTSC. Por ello el resultado de su medición es cero. Una propuesta es
elevar el valor de este indicador mediante la implementación de proyectos basados en
ecotecnologas que permitan la captación y almacenamiento de agua lluvia. Los sistemas de
captación de agua pluvial (CAP) permiten abastecer de agua para la vida rural y urbana (Neibaur
& Anderson, 2016). Además permiten disminuir la presión sobre los acuíferos y proyectos de
construcción de nuevas presas para el abastecimiento (Gleason, 2005). En este sentido, se propone
considerar el almacenamiento como “recurso disponible inicial” para efectos de la medicin del
indicador. También se hace necesario incluir un factor de medición sobre la tasa de consumo del
recurso tanto en temporada alta como en la baja, o bien, que se construya un indicador
complementario específico para tal efecto.
Contaminación acústica por fuentes móviles percibida por los turistas.- La contaminación acústica
es otro de los retos en los destinos turísticos; esta perturba las actividades comunitarias, interfiere
en la comunicación hablada, puede causar perturbaciones del sueño y el descanso, impide la
concentración y el aprendizaje, y crea estados de cansancio y tensión en los visitantes de los
destinos turísticos (Mihalič, 2000; Stansfeld & Matheson, 2003). También puede ser causa de
perturbación a las poblaciones animales (Barber, Crooks, & Fristrup, 2010; Iglesias, Mata, & Malo,
2012) lo que podría derivar no solo en reducir la presencia de fauna silvestre, sino incluso ahuyentar
al atractivo más importante del sitio, la cotorra verde. Este indicador muestra un valor óptimo para
el CTSC. Se propone medir el indicador de contaminación acústica utilizando un decibelímetro, lo
que arrojaría datos concretos y fácilmente comparables.
Congestión vehicular.- El turismo puede relacionarse con fenómenos como la congestión
vehicular. Mendoza-Ontiveros, Monterrubio-Cordero, & Fernández-Aldecua (2011) señalan que
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el turismo aumenta el mero de habitantes, congestión vehicular, ruido y basura. Para el CTSC
este indicador presentó un valor de 1.12, indicando que la percepción de visitantes y residentes de
la comunidad es positiva, dado que este factor no les genera incomodidad y tampoco perciben
alteraciones en su intimidad como comunidad.
Calidad ambiental de los proyectos.- La calidad es un proceso decisivo para la competitividad de
los destinos turísticos. Hassan (2000:240) define competitividad turstica como “la capacidad de
un destino para crear e integrar productos con valor añadido que permitan sostener los recursos
locales y conservar su posicin de mercado respecto a sus competidores”. En la actualidad la
incorporación de proyectos de calidad ambiental en los destinos turísticos permite implementar
prácticas ambientales que contribuyen al desarrollo de un turismo responsable y sostenible (Ayuso
Siart, 2003). Dichas prácticas se dirigen en primer lugar a la dimensión ambiental del desarrollo
sostenible pero además incluyen cuestiones sociales y económicas (World Tourism Organization,
2004). Para esta investigación no se contó con información para el indicador, debido a la falta de
información disponible sobre proyectos realizados en el sitio. No obstante, es importante iniciar la
recopilación de datos, de modo que los gestores del destino cuantifiquen su avance y
posicionamiento en la competitividad ambiental y social con destinos similares.
Deterioro de estructuras de interés turístico.- Este indicador se relaciona con la percepción de
seguridad y limpieza de los destinos turísticos (Lemus & Pérez, 2011). Dado que Rivas & Magadán
(2007) no definen su concepto de deterioro, en este estudio se propone que este indicador se calcule
como el valor porcentual del número de personas que mencionan percibir deterioro de la estructura
en relación al número total de entrevistados.
Indicadores económicos
Ingresos generados por empleo turístico.- Una atributo fundamental que relaciona la actividad
turística y a los administradores de los mismos son los ingresos generados (Rivas García &
Magadán Díaz, 2007). En el sitio de estudio, las actividades turísticas no representan el 100% de
los ingresos de quienes lo administran. El indicador muestra que al menos el 50% de los ingresos
totales de cada uno de los gestores del CTSC corresponde a la actividad turística en relación al total
de actividades económicas que realizan. Un incremento sostenido en este valor implicaría un
aumento en la viabilidad económica del sitio. Adicionalmente, lo convertiría en un sector
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económicamente atractivo no solo para quienes ya laboran en el mismo, sino para otros habitantes
de la comunidad y sus alrededores.
Grado de satisfacción en servicios turísticos.- Uno de los objetivos del turismo es garantizar la
satisfacción de visitantes, pues al no hacerlo se puede generar la caída de los flujos turísticos
(Punzo, 2004). Este indicador resultó negativo en el sitio ya que únicamente el 19% del total de
visitantes encuestados repitieron su visita al centro en el periodo de un año. Además, este
porcentaje que visita al menos dos veces en el año el destino manifiesta no quedar satisfecho con
los servicios turísticos ofertados. Se hizo énfasis en que las actividades ofertadas están dirigidas a
un público joven con habilidades físicas. La ampliación de la oferta turística in situ podría derivarse
en una mayor afluencia de visitantes, incluyendo aquellos que repitan sus visitas al mismo. A su
vez, esto tendría que concretarse mediante la mejora de la infraestructura disponible y la búsqueda
de fuentes de ingreso adicionales. No obstante, es en estos rubros donde debe ponerse especial
cuidado, pues el incremento de la infraestructura y con ello del número de visitantes, debe
mantenerse a un punto tal que no afecte los indicadores ambientales (Vanegas-Montes, 2006).
Volumen de turistas en periodo de demanda alta.- Una de las características comunes en el turismo
es la estacionalidad, en la que ocurre un aprovechamiento intensivo de las zonas turísticas durante
pocos meses del año (Rivas, 1998). Este indicador muestra que en el CTSC los beneficios
económicos por el flujo de visitantes ocurren mayoritariamente durante la temporada alta, con una
marcada estacionalidad. Es posible que esto ocurra debido a la falta de difusión del destino así
como a la carencia de un turismo de inclusión social (Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Comercio y Desarrollo, 2013), ya que los visitantes consideran que el producto turístico ofertado
es considerado insuficiente para satisfacer a un público de edades avanzadas. La diversificación
del producto así como la habilitación del sitio para recibir visitantes de todas las clases de edad
podría modificar este valor así como el indicador correspondiente.
Nivel de ocupación de alojamientos turísticos.- La estacionalidad en los destinos turísticos tiene
como inconveniente producir épocas de temporadas bajas en donde el nivel de ocupación
disminuye sensiblemente y se produce la denominada “Capacidad Ociosa” (Galle, 2004). Es
posible que una mejor difusión del sitio aumente el valor de este indicador. De nueva cuenta, debe
considerarse que un incremento en la ocupación no afecte negativamente el resto de indicadores.
Considerando la estacionalidad como característica no redituable para los destinos y la
sostenibilidad, se estableció para este indicador un valor óptimo del 50 por ciento, lo que implica
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que la afluencia turística es similar entre las temporadas de mayor y menor afluencia. Para el sitio
de estudio la falta de un registro confiable imposibilit su medición, por lo que el seguimiento o
registro de información para su posterior medida es una recomendación prioritaria.
Diversificación del producto turístico.- El producto turístico son aquellos atractivos (tangibles o
intangibles) que motivan a los visitantes a realizar un desplazamiento para realizar actividades
relacionadas con el ambiente y el tiempo libre, y el grado de madurez alcanzado por los destinos
turísticos incide sobre la diversificación, ya que permite introducir elementos complementarios a
partir de las potencialidades locales (Benur & Bramwell, 2015). Por todo ello, este indicador
considera las actividades actuales y potenciales del destino. Estas últimas fueron aquellas
registradas a partir de las entrevistas realizadas a los visitantes, en donde se menciona el tipo de
actividad que les habría gustado realizar en el destino y que actualmente no se encuentra disponible.
Se propone cruzar su resultado con el obtenido del “grado de satisfaccin en los destinos tursticos”
para la mejor toma de decisiones entre los administradores del centro.
Total de empleo directo generado por el turismo.- La actividad turística crea empleos y cadenas de
valor internas. Uno de los retos de este sector es articular los diferentes sectores productivos en un
mismo marco territorial para generar sinergias entre ellos. De esta manera se pueden integrar y
aprovechar oportunidades y estructuras para construir nuevas realidades sociales y productivas
(Ávila-Bercial & Barrado-Timón, 2005). De acuerdo a Bolwell & Weinz (2008) el turismo también
genera empleos debido a su carácter estacional, mismos que pueden ser deficientes y por tanto no
calificados. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se estima que por cada empleo
se crea aproximadamente 1.5 empleos adicionales en actividades económicas relacionadas con el
sector. Para el CTSC el indicador muestra que sólo el 5.86% del empleo es generado por la
actividad turística, es decir, no parece ser redituable para los administradores del destino, por lo
que adicionalmente deben realizar otras actividades que contribuyan a incrementar su ingreso
económico.
Variación del empleo.- La existencia de empleos estacionales propicia la incapacidad de los
destinos de construir ocupaciones permanentes con operadores especializados, se incrementan los
costos de búsqueda, contratación y capacitación de personal y por tanto disminuyen la calidad de
los servicios del sector (Carruitero, 2011). Para el CTSC este indicador muestra una variación del
empleo del 76.19%, indicando claramente una variación temporal del empleo. Una vez más el valor
de este indicador se relaciona con el “volumen de turistas en periodo de demanda alta”, ya que al
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haber estacionalidad en el destino la contratación de personal varía de igual forma. Tal y como en
el caso anterior, se propone la introducción de elementos que permitan la diversificación del
producto turístico y que este sea incluyente. Dicha diversificación puede incidir sobre indicadores
como variación del empleo, nivel de ocupación y grado de satisfacción en los servicios turísticos.
Licencias municipales.- El desarrollo turístico local requiere de licencias municipales. Por tanto el
municipio como regulador y administrador del territorio gestiona los permisos en varios ámbitos,
como la planificación del uso del suelo, servicios básicos y construcción de la obra pública,
regulación y control de desarrollo, recaudación de impuestos y, coordinación y promoción. La
proporción de licencias municipales otorgadas a la actividad turística con relación a la totalidad de
licencias para el comercio otorgadas por el municipio es un indicador de los propuestos por Rivas
& Magadán (2007) que puede indicar la importancia de la actividad turística a nivel local. Para este
estudio, la ausencia de información sobre la cantidad de permisos gestionados y otorgados por el
municipio en relación a la actividad turística en la zona de injerencia del CTSC imposibilit su
medición. Se propone un valor óptimo de 100%, asumiendo el supuesto de que un alto valor del
indicador implica que la actividad turística es intensa y cumple con las normas locales que la
regulan. Cabe mencionar que el valor del indicador variará de acuerdo a la demanda del mercado,
en cuyo caso se deberá establecer un valor óptimo nuevamente. Finalmente en zonas donde la
actividad turística es intensa y el otorgamiento de permisos ha sido satisfecho para el territorio se
propone eliminar este indicador.
Indicadores socioculturales
Relación Visitantes/Población Residente.- Conocer esta relación permite esbozar su tendencia a la
frecuentación turística del lugar, así como también a la urbanización y por tanto prever las
posibilidades de influencias culturales ajenas a la población residente (Campos-Cámara, 2011). El
valor óptimo para este indicador es de 100% ya que una desviación mayor tendría repercusiones
sobre otros índices como el de congestión vehicular, nivel de conflictividad, contaminación
acústica y percepción de la comunidad con respecto a la actividad turística. La medición del
indicador para el caso del CTSC es del 77.24%, indicando que la proporción de visitantes con
respecto de la población residente aún no es superada y por tanto mantiene otros indicadores dentro
del parámetro deseado o permisible.
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Percepción de la comunidad acerca de la actividad turística.- La medición de variables sociales
es todo un reto debido a la subjetividad que involucran. Medir las actitudes de una comunidad con
respecto a la actividad turstica no es una excepcin. Una actitud es una “predisposicin para
responder de una manera consistentemente favorable o desfavorables ante un objeto” (Hernández,
2013:110). El desarrollo sostenible de una comunidad local requiere de la identificación de los
impactos sociales del turismo sobre la población residente. Este proceso permite desarrollar
estrategias para minimizar el conflicto entre los visitantes y residentes y optimizar oportunidades
de desarrollo (Mendoza-Ontiveros et al., 2011). En este contexto, es una realidad que no todos los
residentes de una comunidad local reciben beneficios por la actividad turística y por tanto la
probabilidad de su participación en el desarrollo del sector puede ser baja (Brougham & Butler,
1981). La percepción de los residentes de la comunidad local acerca de la actividad arroja luz sobre
los intereses reales de la comunidad para su desarrollo, y permite implementar políticas y acciones
adecuadas para la planeación turística a nivel local (Mendoza-Ontiveros et al., 2011). Este
indicador mostr que el 96.15% de la poblacin tiene una percepcin “positiva” con respecto al
CTSC. Sin embargo, enfatizaron que la problemática de la comunidad es la organización social y
la carente consciencia del bien común. Si bien esta percepción no afecta la medición del indicador,
es importante destacar que los residentes manifiestan que de ser miembros comunitarios
colaborativos, responsables y solidarios podrían aprovechar el flujo de visitantes que genera el
destino y así mejorar sus ingresos económicos.
Incremento de la conflictividad y el delito en temporada alta.- El incremento de la conflictividad
y el delito es un índice que puede concebirse como la sinergia de dos casos. El primero de ellos
relacionado al desarrollo turístico como agresiones, hurtos, riñas y vandalismo; y los de mayor
envergadura relacionados con la población residente (Ramón-Cardona, 2012). Aunque este índice
varia de acuerdo al segmento turístico, lo cierto es que si aumenta considerablemente puede causar
un elevado daño en la imagen del lugar y provocar que los visitantes cambien de destino vacacional.
El mismo autor menciona también que el tipo de delincuencia que afecta a una población residente
y a un destino es la permisividad con los visitantes por dependencia económica y al temor de perder
turismo. Aunque es claro que la pequeña delincuencia aumenta con el desarrollo turístico, de
acuerdo a la percepción de la población residente no hay una relación estrecha entre la delincuencia
y el turismo, sino más bien se encuentra relacionada con el desarrollo económico de la población.
Este indicador se encuentra en el valor óptimo para el CTSC.
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Accidentes de tráfico en temporada alta.- De acuerdo a Ramón-Cardona (2012) los residentes de
una comunidad tienen mayor posibilidad de adoptar actitudes negativas si el turismo causa
congestión o masificación de recursos compartidos, y ello incluye el uso de carreteras. Cuando los
accidentes de tráfico tienden aumentar, la población residente es más susceptible a accidentes
vehiculares como atropellos y daño en vialidades. Además aumenta la probabilidad de accidentes
de tráfico durante la temporada alta. Este indicador obtuvo el valor óptimo, indicando la ausencia
de accidentes vehiculares durante la temporada alta.
Nivel de instrucción de los trabajadores de la actividad turística.- Ramón-Cardona (2012)
menciona la relación existente entre el nivel educativo de los ciudadanos de la comunidad y los
visitantes. En el CTSC las personas con nivel educativo básico mostraron poco interés respecto a
la actividad turística, lo que puede estar relacionado con que en la mayoría de los casos se dedican
o dedicaban a actividades practicadas tradicionalmente como agricultura, ganadería, extracción de
leña y en caso de las mujeres, al trabajo en casa. Aquellos en los que el nivel educativo es medio
superior mostraron actitudes proactivas y aprovechan las oportunidades que ofrece el turismo a
favor de su desarrollo socioeconómico. Para un nivel educativo superior, las personas se mostraron
aun más proactivas y emprendedoras, actitud que se materializa en la ejecución de acciones que
permitan mantener al destino en procesos de mejora continua. Un mayor nivel educativo implica
no solo mayores salarios sino una mayor participación en el empleo (Instituto Valenciano de
Investigaciones Económicas, 2008). Arrow (1997) menciona que la educación tiene un efecto
benéfico en las selecciones individuales respecto al mercado laboral y permite adoptar decisiones
más eficientes. En el CTSC este indicador se encuentra lejano al valor óptimo, con un valor de
29.5%, indicando que el nivel educativo de la mayoría de los gestores del centro se encuentra en
un nivel básico. Un valor bajo en este indicador puede afectar considerablemente los esfuerzos
encaminados hacia el alcance de la sostenibilidad por las razones que menciona Ramón-Cardona
(2012). La manera en que este indicador puede mejorar su valor es a través de los propios gestores,
involucrar a sus hijos y/o familiares con grado de estudios superiores y que les permitan incursionar
en conjunto en las actividades y toma de decisiones en el destino.
Indicadores complementarios
Entre los indicadores complementarios, se generaron aquellos que de acuerdo a los propios
administradores del centro deben incluirse y medirse periódicamente. En la mayoría de los casos,
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no se cuenta con información suficiente, no obstante, se propone que en cualquier ejercicio similar
se incluyan en el entendido de que son estos los indicadores que generan información particular o
local para cada destino turístico.
Residuos sólidos generados.- La calidad del ambiente es un elemento indispensable para la gestión
del destino, ya que afecta las actitudes de residentes y turistas. Por ello las prácticas deben estar
encaminadas hacia la reducción de impactos negativos al ambiente y a la creación de espacios
protegidos, tomando en consideración a los residentes (Ramón-Cardona, 2012). Uno de los
indicadores clave es la cantidad de residuos sólidos generados, como un indicador resultado del
buen manejo de los insumos propios de la actividad turística, así como el efecto positivo de las
“buenas prácticas” y “turismo responsable” que ya se solicita a los visitantes al estar en el CTSC.
Se propone crear este indicador y estimarlo midiendo la cantidad en kilogramos de basura
recolectada en un periodo de tiempo determinado con respecto al periodo anterior. Este indicador
en particular, puede ser de fácil aplicación para destinos con características similares al del sitio de
estudio.
Condiciones de infraestructura y mobiliario.- Un desarrollo turístico conlleva la creación de
infraestructura, oferta comercial y equipamiento, los cuales deben mantenerse en condiciones de
calidad para el servicio. Dichos elementos son indispensables en la competitividad y satisfacción
de las necesidades y preferencias de los visitantes (Ramón-Cardona, 2012). Este indicador mide
las condiciones físicas del mobiliario e infraestructura en el destino. Se obtiene mediante la
verificación del inventario total de infraestructura o mobiliario que presenta daños en sus
condiciones físicas, con respecto al total disponible en un periodo de tiempo. Se propone realizar
brigadas mensuales de monitoreo de sus condiciones en el destino, para mantener información
actualizada respecto a este indicador.
Pavimentación de caminos.- La vialidad es un elemento básico para los destinos turísticos, y
pueden ser primarias (que atraviesan toda la ciudad), secundarias (relaciona zonas de una ciudad)
y terciarias (calles pequeñas). Las vialidades rurales son accesos que unen a comunidades con el
mercado regional y son caminos que generalmente carecen de pavimento o tienen una capa delgada
de asfalto, son más angostas y con cuestas de mayor inclinación. A la vez, deben presentar buenas
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condiciones y permitir el acceso adecuado a los visitantes y residentes del lugar (Dávila-López,
2015). Para el caso del CTSC los gestores del destino propusieron la pavimentación de la única vía
de acceso en respuesta a la demanda de los visitantes. Este indicador mide el porcentaje de camino
pavimentado con respecto a su totalidad de la vialidad. El indicador puede ser utilizado en destinos
similares al CTSC.
Consumo eléctrico.- La eficiencia energética es el conjunto de acciones que permiten reducir el
consumo de energía en los productos y servicios ofertados sin afectar la producción o los niveles
de confort de los usuarios o clientes (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, 2008).
Los administradores del CTSC identifican al consumo eléctrico como una problemática de índole
económica. Se propone establecer un indicador de consumo eléctrico, que de manera simple mida
la cantidad de energía consumida actual en el destino con respecto al periodo anterior. La atención
a este indicador implica además el realizar acciones de mejora en el sistema eléctrico y
equipamiento, buscando opciones energéticamente más eficientes. De la misma forma, deben
realizarse verificaciones mensuales de monitoreo del sistema eléctrico.
Señalización interna.- De acuerdo a la norma mexicana NMX-AA-133-SCFI-2006 sobre requisitos
y especificaciones de sustentabilidad del ecoturismo, el mantenimiento de la señalización interna
del lugar se debe dar en cumplimento con lo establecido en el Manual de Identidad y Comunicación
de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas [CONANP] (Secretaría de Economía,
2006). En el CTSC existe señalética para cada uno de los espacios del sitio, no obstante, no existe
un programa de verificación o mantenimiento de la misma. Se propone un indicador de
señalización, mismo que mida las condiciones de los letreros en el destino, mediante la verificación
del inventario total de señalamientos que se encuentran en mal estado con respecto al total
disponible.
Conclusiones
La selección de indicadores, derivada de la identificación de atributos y temas clave, debe
ser un proceso a nivel local. De la misma forma, la inclusión de los administradores o gestores del
destino, es fundamental para este proceso. La definición de los indicadores desde una perspectiva
local, en acuerdo con propuestas de la propia Organización Mundial de Turismo, es indispensable
para identificar problemáticas específicas a cada destino turístico. Incluso, puede permitir depurar
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un sistema de indicadores, manteniendo aquellos más relevantes para un sitio específico. Esta
identificación y depuración de indicadores, no puede realizarse de manera correcta si no se
considera el papel de los gestores del sitio, pues son ellos quienes poseen información precisa sobre
las fortalezas y debilidades propias de un destino específico, además de identificar cuáles
indicadores muestran de manera más clara los avances en el mantenimiento de dichas fortalezas y
el resarcimiento de las debilidades.
Por otro lado, consideramos que en todo momento deben tomarse en consideración las
necesidades y las aspiraciones de la población local hacia la conservación del patrimonio natural y
cultural de su lugar de origen, lo que puede generar un compromiso no únicamente con la medición
de los indicadores sino con la aplicación de estrategias que eleven la sostenibilidad en la gestión
del destino turístico. Una vez identificados los atributos, temas clave, e indicadores, estos pueden
ser medidos periódicamente y, en caso de ser necesario, adaptados para ajustarse a nuevos
escenarios o realidades.
Para el caso particular del manejo y operación de CTSC, se determinó que no es sostenible
en su situación actual. Registramos cinco indicadores con valores en el extremo contrario de los
valores óptimos, además de valores diferentes del óptimo en otros indicadores. De manera
relevante, el proceso de aplicación de los indicadores, también identificó temas prioritarios que
deben ser atendidos para dirigir el manejo y operación del destino a un valor más alto de
sostenibilidad de acuerdo a este índice.
Se debe señalar que la ausencia de información para ciertos indicadores, no justifica su
ajuste o eliminación para calcular el valor final del índice propuesto; la falta de información es
relevante para el resultado final, y en caso de que el manejo del destino incluya la mejora de dichos
puntos críticos, un nuevo cálculo del IST debe reflejarlo. La adaptación y uso de esta propuesta
puede generar un sistema permanente de diagnóstico que ayude a los administradores del sitio a
priorizar temas, de modo que en un caso ideal, no solo sirva para mantener la integridad ambiental
del complejo turístico sino también mejore la calidad de vida de las familias que dependen
localmente de la actividad turística.
Debe señalarse que el valor ideal de sostenibilidad para esta propuesta, será distinto para
otro destino, en función de los indicadores seleccionados y el agregado de indicadores
complementarios. No obstante, la estructura general de la propuesta puede replicarse en otros sitios.
Es particularmente interesante que la construcción de la propuesta es potencialmente replicable en
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destinos de una misma región o zona, aunque es importante hacer un análisis previo para determinar
si la identificación de indicadores será similar, aun tratándose de destinos geográficamente
cercanos.
Introducirse al análisis de mercados de sostenibilidad turística requiere de la apertura de
paradigmas que van s allá de la aplicación de programas de promoción, satisfacción de los
visitantes e inversión en infraestructura (Ibáñez-Pérez, 2012). Requiere de esfuerzos por invertir
en la preparación de recursos profesionales en el diagnóstico, planeación, diseño, evaluación y
monitoreo de los destinos turísticos para evaluar su avance en el paradigma de la sostenibilidad y
competitividad en el tiempo, así como su impacto benéfico en la calidad de vida comunitaria.
También debe constituir modificaciones en los paradigmas de planeación turística y abordar en
medida de lo posible la intervención holística de actores sociales.
Evaluar un desarrollo turístico a través de un sistema de indicadores de sostenibilidad
permite el diálogo entre gestores de la actividad, la comunidad local, diseñadores de políticas ante
las necesidades, prioridades y demandas ambientales, económicas, sociales y culturales en el
destino (Ibáñez-Pérez, 2012). Si se toman en cuenta estos puntos es posible realizar comparaciones
y trabajar en el establecimiento de políticas públicas, estándares de calidad, procesos de desarrollo
y planeación de los destinos ecoturísticos in situ y ex situ.
La evaluación de la sostenibilidad del CTSC a través de indicadores apunta que se requiere
de esfuerzos compartidos en los procesos de planeación, en las capacidades organizativas de los
gestores, acomo en la generación de bancos de información básica a nivel local, mismos que
permitan conocer las tendencias en el tiempo de la actividad turística y de la inclusión de la
comunidad local.
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