Revista humanidades

Vol. 10, No. 2, Julio-Diciembre, 2020

Entidades aplastadas: rechazo, compasión, trabajo e inexistencia en Trump Reopens an Old Wound for Haitians, We Must not Forget Detained Migrant Children y Without Inspection

Desde el arte, la literatura y la comunicación

Entidades aplastadas: rechazo, compasión, trabajo e inexistencia en Trump Reopens an Old Wound for Haitians, We Must not Forget Detained Migrant Children y Without Inspection

Crushed Entities: Rejection, Compassion, Work, and Inexistence in Trump Reopens an Old Wound for Haitians, We Must not Forget Detained Migrant Children and Without Inspection

http://orcid.org/0000-0001-5620-7797 Mag. Jaime Andrés Morales Quant
Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina

Entidades aplastadas: rechazo, compasión, trabajo e inexistencia en Trump Reopens an Old Wound for Haitians, We Must not Forget Detained Migrant Children y Without Inspection

Revista Humanidades, vol. 10, núm. 2, 2020

Universidad de Costa Rica

Recepción: 16 Abril 2020

Aprobación: 08 Mayo 2020

Financiamiento

Fuente: El presente ensayo es de carácter inédito y pertenece a mi tesis doctoral (en desarrollo), realizada en el marco de una beca otorgada por Conicet (1 de abril de 2015- 31 de julio de 2020).

Resumen: A partir de discursos de la filosofía, la crítica literaria y el estudio de las emociones, se exploran las imágenes de inmigrantes, principalmente haitianas(os), en Estados Unidos. Se parte de un corpus textual que está formado por dos artículos de opinión y un cuento escritos por Edwidge Danticat: Trump Reopens an Old Wound for Haitians (2017), We Must not Forget Detained Migrant Children (2018a) y Without Inspection (2018b). Mi propuesta implica la identificación, la esquematización y el análisis de cuatro caracterizaciones que Danticat plantea alrededor de las(os) inmigrantes: a) seres vapuleados y rechazados por presidentes, centros de inmigración estadounidenses, medios de comunicación, bancos, realizadores audiovisuales, productores musicales; b) agentes y receptoras(es) de la compasión; c) individuos pobres y explotados, movidos por la necesidad de sobrevivir y no por el imperativo del rendimiento sugerido por Han (2012) para el mundo laboral contemporáneo; d) entidades invisibles e inexistentes en vida, y difuminadas en el momento de su muerte.

Palabras clave: Haití, Estados Unidos, Inmigración.

Abstract: From discourses from philosophy, literary criticism, and the study of emotions, I explore images of immigrants, mainly Haitians, in the United States. I start from a textual corpus that is made up of two opinion articles and a story written by Edwidge Danticat: Trump Reopens an Old Wound for Haitians (2017), We Must not Forget Detained Migrant Children (2018a) y Without Inspection (2018b). My proposal involves the identification, schematization, and analysis of four characterizations that Danticat poses around immigrants: a) being beaten and rejected by presidents, US immigration centers, media, banks, filmmakers, music producers; b) agents and recipients of compassion; c) poor and exploited individuals, driven by the need to survive, and not by the imperative of performance, suggested by Han for the contemporary world of work (2012); d) invisible and non-existent entities in life, and blurred at the moment of their death.

Keywords: Haiti, United States, Immigration.

1. Introducción

En esta pesquisa, se exploran las imágenes de inmigrantes, principalmente haitianas(os), en Estados Unidos. Se parte de un corpus textual que está formado por dos artículos de opinión y un cuento escritos por Edwidge Danticat: Trump Reopens an Old Wound for Haitians (2017), We Must not Forget Detained Migrant Children (2018a) y Without Inspection (2018b). La propuesta implica la identificación, la esquematización y el análisis de cuatro caracterizaciones que Danticat plantea alrededor de las(os) inmigrantes. Ahora bien, esos rasgos se distribuyen en términos desiguales, es decir, pueden aparecer de forma solitaria, parcial o conjunta en cada uno de los textos.

a) En primer lugar, la escritora los presenta como seres vapuleados y rechazados por presidentes, centros de inmigración estadounidenses, medios de comunicación, bancos, realizadores audiovisuales, productores musicales.

En este sentido, Danticat realiza itinerarios y demarcaciones temáticas que no aparecen en algunas de sus obras precedentes. Si en el relato de viaje After the dance (2015) (Morales, 2020) había discurrido sobre las representaciones carnavalescas del sida y su estigma, esta vez examina agentes y contextos que le permiten entender nuevas dimensiones del fenómeno. De hecho, no solo profundiza en las humillaciones que sufrieron haitianas (os) en Estados Unidos, al ser asociadas(os) a la enfermedad; también, se detiene en esos otros discursos y sujetos agresivos. Y si en uno de los textos del corpus (We Must not Forget Detained Migrant Children) Danticat regresa a viejas escenas biográficas, familiares o culturales, no deja de indagar sobre nuevos ángulos u horizontes (Munro, 2010; Danticat, 2007; Morales, 2017). Justamente, se detiene en la experiencia de infantes y jóvenes recluidos en centros migratorios norteamericanos, y potencia la exploración de las violencias institucionales que afectan a comunidades haitianas, mexicanas, centroamericanas y asiáticas bajo el gobierno de Trump.

b) En segundo lugar, la escritora piensa la figura del inmigrante como agente y receptor de la compasión. Valor que se constituye en un eje clave de la escritura danticatiana (Reyes, 1991; Mèlich, 2010, Uribe, 2015; Morales, 2014-2019). Sin embargo, conviene decir que el tratamiento de este eje también presenta diferencias con respecto a otras composiciones de la autora: Danticat expresa y propone la compasión (Morales, 2017) a través de nuevos gestos gramaticales, de la lectura de documentos institucionales, de los saberes obtenidos tras la visita o aproximación a centros migratorios, de los cuestionamientos a la indiferencia, del diseño de otros personajes inmersos en situaciones desafiantes1.

c) En tercer lugar, la autora describe a las(os) inmigrantes como individuos pobres y explotados, movidos por la necesidad de sobrevivir y no por el “imperativo del rendimiento” sugerido por Han (2012, p. 29) para el mundo laboral contemporáneo. Aunque esa dupla temática (carencia y explotación) es usual en otras producciones de Danticat, el texto del corpus, en el que se perciben tales tópicos (Without Inspection) instala articulaciones innovadoras: por un lado, conecta a los ya conocidos temas de la pobreza y el abandono parental con la explotación infantil; por el otro, imbrica construcción inmobiliaria y exceso laboral.

d) Finalmente, Danticat se aproxima a las(os) inmigrantes como sujetos invisibles/inexistentes/difuminados. Esos estados de lo disuelto o desdibujado ocurren, porque los sujetos son encerrados en centros migratorios, son olvidados por los demás, habitan por fuera de la ley, incurren en prácticas de camuflaje como estrategia de supervivencia o porque su muerte es difícil de percibir cuando se la graba desde dispositivos audiovisuales. Así, la escritora revisita su inquietud por la vida anónima de la víctima (Morales, 2014-2020), pero lo hace desde panoramas disímiles, que están determinados por los espacios reales y ficticios en los que se desarrollan estas historias, y por la inserción temática de la muerte filmada a través de un celular; una escena que resulta novedosa en la escritura danticatiana si se toma como referencia gran parte de su obra novelística y cuentística.

2. Aclaraciones formales

Para analizar el corpus se recurre a una aproximación interdisciplinaria, que estará diseminada a lo largo del ensayo. Por lo demás, conviene precisar que, aunque estos diálogos teóricos son de algún modo heterodoxos, resultan válidos y justificados, porque permiten subrayar matices de la escritura de Danticat y comprender parte de su complejidad.

También, es importante remarcar que la presente investigación aporta conocimiento crítico sobre la escritura de Edwidge Danticat. Si bien se nutre y se conecta con valiosas fuentes bibliográficas (Stecher, 2011; Vidal, 2013; De Ferrari, 2007; Knepper, 2012; Nesbitt, 2010)2, plantea un recorrido diferencial en varios niveles:

-Los textos que se han elegido aquí no forman parte del corpus de las(os) autoras (es) mencionadas(os), ni han sido estudiadas de forma profunda por otros sectores de la crítica.

-En el marco del análisis, se contribuye con otro grado de concentración interpretativa. Si bien Nesbitt (2010) señala el papel político de los textos periodísticos de Danticat, lo hace de forma sucinta. En contraste, se profundiza en el estudio de dos textos de prensa y se conectan con un cuento poco conocido (Without Inspection). Se trata de un itinerario que no ha sido explorado hasta el momento.

-Del mismo modo, se ofrecen complementos de tipo teórico. A pesar de que existen importantes semejanzas entre lo planteado por Nesbitt (2010), Knepper (2012) y Reyes (1991; 2003), el último autor ofrece adiciones y matices analíticos sobre la “ética” y la “política”, la compasión individual y estatal, la dignidad interdependiente y la responsabilidad con los otros. Al tiempo, se apela a los planteamientos de Mèlich (2010; citado en Uribe, 2015), que permiten examinar el carácter imperfecto e insuficiente del vínculo compasivo. Sin lugar a duda, estas perspectivas pueden entrar en franco diálogo con las dos primeras fuentes citadas.

-Por otro lado, se exploran y describen los procesos de búsqueda informativa realizados por Danticat para representar el rechazo a las(os) haitianas(os) en tanto agentes del sida. Con ello, aporto saberes sobre las facetas de la autora como sujeto lector, que complementarían el estudio de la auto-representación, tal como se lleva a cabo en sus prólogos alógrafos (Morales, 2019).

-Se identifican recursos narrativos en Without Inspection, un cuento de Danticat que no ha sido estudiado de forma rigurosa por la academia.

-Además de las violencias estatales, marcadas lúcidamente en el trabajo de Knepper (2012), analizo problemáticas socioeconómicas (carencia, explotación) que afectan la vida de otros personajes diaspóricos.

-El estudio se basa en planteamientos teóricos (Ahmed, 2015; Appadurai, 2017; Arfuch, 2018) que posibilitan nuevos ángulos de abordaje.

-Se recurre a información periodística e institucional que no ha sido utilizada en las fuentes aludidas. Esta información me permite realizar dos operaciones importantes: contextualizar varias de las decisiones del actual gobierno estadounidense en materia migratoria y sustentar ideas que provienen del marco teórico elegido.

3. Trump Reopens and Old Wound for Haitians

En un artículo que aparece en el diario The New Yorker en diciembre de 2017, titulado Trump Reopens and Old Wound for Haitians (2017)3, Danticat reflexiona sobre la relación entre discursos estatales/institucionales, sida y población haitiana. Así las cosas, la autora enfatiza en la primera caracterización, es decir, en la imagen de las(os) inmigrantes como seres vapuleados y rechazados. Aquí repara en las alocuciones de Donald Trump, en el planteamiento justificativo o explicativo de médicos estadounidenses, en las palabras incisivas de funcionarios gubernamentales y en los comentarios de haitianos diaspóricos que han sido objeto de distintas formas del prejuicio social.

Esta diversidad de perspectivas y contextos no solo se condensa en el título, sino que se disemina (o multiplica) a lo largo del texto. Ciertamente, los significantes “Trump” y “wound” [herida] se constituyen en dos derroteros, dos ejes que se separan y cruzan. La figura del presidente, por un lado, opera como pivote o punto de enlace entre pasado y presente. La figura de la herida, por el otro, adquiere una vehemencia transversal, pues el texto pone su acento en las vejaciones que la comunidad haitiana ha sufrido desde los ochenta, al ser asociada con el virus.

¿Cuál es el discurso que “reabre” la turbación, el dolor, la marea o el rumor de una indignación personal y colectiva?

La escritora subraya el siguiente fragmento: “According to the Times, Trump was angry that fifteen thousand Haitians were among them. They ‘all have aids,’ he allegedly said” (2017, párr. 2)4. Y aunque Danticat usa el adverbio allegedly [supuestamente] (2017, párr. 2), que es propio del periodismo para no incurrir en posibles calumnias, deja clara su desconfianza hacia el presidente. Esto puede comprobarse en el gesto de aglutinar el inventario de improperios con los que Trump ha mancillado el nombre de distintas nacionalidades. En concreto, Danticat resume y visibiliza los comentarios que el presidente lanzó sobre México: “We are used to Trump insulting people of color with callous or racist remarks. He has referred to Mexicans as criminals and rapists […]” (párr. 3).

A la vez, subraya la irrespetuosa caracterización que Trump hizo de Nigeria: “Trump reportedly also complained that forty thousand Nigerian visa recipients would never “go back to their huts” (The White House has denied that Trump denigrated immigrant groups during the meeting.)”5 (párr. 3). Finalmente, recuerda su reducción de Afganistán como un “terrorist haven”. A pesar de que Danticat se refiere a la postura de la Casa Blanca, su escritura no exonera, en términos generales, a la figura presidencial. De hecho, el párrafo finaliza con una confirmación de la gravedad del discurso de Trump sobre el sida de los haitianos. Con esta clase de operaciones, la autora construye un mapa de sentidos en el que la figura del presidente aparece asociada a conceptos como el de xenofobia, intolerancia, impasibilidad, soberbia. A partir de estos recortes textuales, también profundiza en la historia reciente de la discriminación en Estados Unidos, en el marco del debate por el otro marginal, pobre, inmigrante, excluido.

Interesada en develar la complejidad de la herida y, de paso, la peligrosidad del discurso del presidente Trump, Danticat subraya, como ya decía, las operaciones clasificatorias de los cuerpos, el rol que juegan las instituciones en la propagación de los estigmas y las causas que explicarían los reduccionismos, los señalamientos. Uno de los procesos sociales que le interesa examinar es la inscripción de la comunidad haitiana dentro de la categoría de “high risk”, compartida con otros grupos como “drug users, homosexuals, hemophiliacs […]” (párr. 1). Gracias al tono informativo y evaluativo del texto de Danticat, se sabe que la etiqueta provenía del “Centers for Disease Control” (“Centro de Control de la Enfermedad”) e incluía una curiosa salvedad: la única población “identified” en términos geográficos y nacionales era la haitiana (párr. 1)6. A su vez, esa diferencia es explicada por razones cuantitativas, es decir, por “twenty or so Haitian patients who’d shown up at Jackson Memorial Hospital, in Miami” (párr. 1). Pero, también, por razones políticas relacionadas con la manipulación mediática: “‘We forwarded these cases to the C.D.C., Dr. Arthur Fournier, who treated some of those first Haitian patients, told me recently. ‘The media then took off with the sensationalistic headlines’” (párr. 1)7.

Ambas explicaciones, la que apunta al registro en el hospital y la que señala el poder de los medios de comunicación, ponen de relieve la presencia de una voluntad investigativa, de una actitud estudiosa por parte de la autora (Morales, 2019). Efectivamente, la expresión “me dijo recientemente” presupone el contexto de una entrevista o conversación. Revela la capacidad para asumir un trabajo a medio caballo entre el periodismo y la crítica cultural, que permite recuperar viejas informaciones y hurgar en la memoria de sujetos abatidos, simbólica y físicamente (Morales, 2017; Reyes, 1991). Es esta voluntad analítica la que lleva a Danticat a explorar los discursos que se fueron construyendo alrededor de la sangre sucia o contaminada, en espacios como la escuela, las corporaciones financieras, los hospitales.

En un cruce de tiempos y memoria, entre las víctimas de la discriminación se ve ella misma, como niña haitiana y diaspórica. A través de una narración en primera persona, la autora relata que, mientras estudiaba “At the junior high school […] in Brooklyn, some of the non-Haitian students would regularly shove and hit me and the other Haitian kids, telling us that we had dirty blood” (Danticat, 2017, párr. 1)8. Claramente, a partir de la descripción de la experiencia escolar (Pimentel, 2001), Danticat pone de relieve un escenario de rechazo que está signado por ataques verbales y físicos. También, la concepción de la sangre como espacio de la muerte explica el maltrato que sufre de parte de agentes institucionales. Mediante esta selección referencial, la autora destaca cómo las instituciones reproducen/reafirman representaciones que generan un efecto de disminución del otro. Desafortunadamente, la escuela opera como dispositivo que urde y legitima esencialismos: “My English as a Second Language class was excluded from a school trip to the Statue of Liberty out of fear that our sharing a school bus with the other kids might prove dangerous to them” (párr. 1)9.

La cita permite pensar en al menos dos aristas socioculturales del rechazo:

En primer lugar, conduce a reflexionar sobre la ignorancia que subyace a tales violencias. La creencia de que existen niños enfermos a los que nunca se les ha probado tal condición es prueba fehaciente de ello.

En segundo lugar, ayuda a considerar que el rechazo aloja una conjugación entre ideas y emociones; tema sobre el cual hablaré más adelante, en clave de Sara Ahmed (2015).

Si hay algo que sobresale en este recorrido dramático es que Danticat introduce, además de su propio testimonio, la palabra de sujetos haitianos diaspóricos, cuyas intervenciones explicitan el semblante más rudo de la humillación10. Uno de estos casos es el del testimonio de “Marleine Bastien, the executive director of the nonprofit organization Haitian Women of Miami” (párr. 4), quien rememora los efectos de la etiqueta geográfica en el campo laboral11.

Tal como lo plantea Bastien, la pertenencia a la categoría de lo haitiano se traduce en desatención, desprecio, desconsideración: “I was working as a medical social worker at the time, and every week I saw patients who lost jobs as a result of this. Being called ‘Haitian’ was the worst possible curse” (párr. 4)12. Atenta a esos modos de la humillación, Danticat nos permite conocer fragmentos de otras vidas haitianas que habitan territorio estadounidense. En efecto, parafrasea un recuerdo de “Taina Bien-Aimé, the executive director of the New York-based Coalition Against Trafficking in Women […]”, quien “was born in New York City to Haitian parents who’d immigrated to the U.S. in the nineteen-fifties” (párr. 5)13. Esa mujer le cuenta a Danticat que, en determinado momento, una amiga haitiana que se encontraba en un banco por una gestión y necesitaba llenar un documento “used a manager’s pen”14. El funcionario, al enterarse de la nacionalidad de la clienta, “took the pen back with a tissue, then threw it in the garbage. ‘You never know,’ he said” (párr. 5)15.

En estrecha relación con los otros casos, este segmento no solo ratifica la amplitud socio-espacial del problema, sino el núcleo de ignorancia que sustenta los comportamientos excluyentes. Lamentablemente, las distancias físicas se convierten en un tópico recurrente en el resto de los testimonios. Ciertamente, Danticat cita unas palabras del lingüista Michel DeGraff, “the director of the M.I.T.-Haiti Initiative”,quien "came to New York, as a student, in the early eighties” (párr. 6). Como en los otros fragmentos, las víctimas explicitan el impacto de la violencia. A través del conector “Still” ["aún"], DeGraff exhibe la permanencia del evento doloroso16.

I still remember a particularly traumatic moment when I was being introduced to a female student that I had a crush on. She refused to shake my hands. Then I overheard her say to another fellow-student, ‘Better stay away from these Haitians so we don't catch AIDS (párr. 6)17.

Un ejemplo adicional recuerda que, en los mismos años ochenta, la población de Haití no podía realizar donaciones sanguíneas. La decisión fue tomada por “the Food And Drug Administration” (párr. 7)18. Así, los sujetos de la isla quedaban constreñidos por la estructura de una maquinaria burocrática alimentada por prejuicios. Episodios como este ratifican que la vida se hace dramática en más de un sentido. No solo porque el sujeto diaspórico es disminuido y concebido como amenaza, sino porque le cortan incluso la posibilidad de ayudar a su propia familia. El caso pone en primer plano que la visión negativa hacia la comunidad haitiana arriesga los cimientos de la vida física.

Nicole Rosefort, a retired New York City public-school teacher, recalls her father being sick in the hospital and desperately needing a blood transfusion. “When my sister and I went to donate, we were turned away. We couldn't give blood for our own father” (párr. 7)19.

Y aunque el texto de Danticat (2007) menciona la protesta masiva “against the ban” (párr. 8) —protesta en la que participaron numerosas personas de Haití, incluida ella y su familia— examina también las resurrecciones del acoso, del rechazo en el ámbito audiovisual20. En otras palabras, la autora apunta a nuevos estratos de la humillación, vinculados a la cuestión de la sangre: “the stigma against Haitians lingered, and occasionally resurfaced in popular culture” (párr. 9)21.

Como un ejemplo de ese retorno del estigma, Danticat analiza la película How Stella Got Her Groove Back (1998). A partir de una estrategia de síntesis, menciona que “one of the main character’s sisters scolds her for having unprotected sex with a Jamaican man because ‘these people have a history of aids’” (párr. 9). El contraste que le interesa marcar aparece explícito en la respuesta de una hermana adicional. Para dimensionarlo, la escritora recurre a la cita: “Another sister corrects her: That’s Haiti […]” (párr. 9)22.

El diálogo entre las dos mujeres parece relevante para los efectos de este análisis, porque oscila entre el prejuicio desinformado (la confusión entre Jamaica y Haití) y la corrección final. En ambos casos, paradójicamente, se produce una esquematización de lo real. En vez de apelar a la heterogeneidad, los personajes de la película insisten en el peligroso gesto de homogeneizar. Para ejemplificar otro discurso estigmatizante, Danticat visibiliza la controvertida confesión de un hombre en un programa de radio: “In December of 2010 […] a popular New York radio d.j. declared on air that the reason he was H.I.V.-negative was that he refrained from having sex with Haitian women” (párr. 9)23. Tanto aquí como en el caso del film, los sujetos haitianos son reducidos en un nivel que podría resultar escandaloso, pero que parece naturalizado: una pesadilla biológica (Morales, 2020).

Cabría decir, a renglón seguido, que la propuesta de Danticat supone una invitación a deshacer los prejuicios, a indagar seriamente en las manifestaciones del sida, a evitar la condena sin fundamento. Todo sería cierto, pero incompleto. Lo interesante es que, así como se preocupa por la comunidad haitiana falsamente acusada, Danticat se inquieta por aquellos sujetos de Haití que sí fueron portadores del virus y que fueron maltratados en Estados Unidos por ello. Justamente, las palabras de Trump le recuerdan a Danticat esos aciagos momentos: “we are reminded of a time when all H.I.V.-positive immigrants were banned from entering the United States, and H.I.V.-positive Haitians were detained, in deplorable conditions, at Guantánamo Bay” (párr. 10)24. En tal sentido, la propuesta danticatiana implica un amplio espectro de respeto. En definitiva, su escritura plantea que es tan cuestionable el acto de señalar a toda la población haitiana como irrecusable portadora del virus (Morales, 2020), como el acto de rechazar a los sectores contagiados.

3.1 Rechazo, emociones y discursos

Las palabras y actos humillantes descritos por Danticat no solo ponen de relieve ideas individuales y colectivas. En ellos puede intuirse el estallido de una emoción, de un temor. Como señalaba arriba, la mayoría de estos casos pueden abordarse desde la perspectiva de Sara Ahmed (2015), quien estudia las circulaciones y “efectos” (p. 31) de distintas emociones en las sociedades. Ahmed (2015) analiza la forma en la que operan, disocian y unifican elementos. En otras palabras, examina cómo los sujetos entran en contacto con diversos objetos, cómo este encuentro suscita o está mediado por emociones, de qué maneras las emociones reconstruyen el objeto y cuáles son las relaciones entre aquellas y los discursos culturales del pasado (Velasco, 2016).

En esa línea conceptual, y a manera de cierre, es pertinente acudir a distintas afirmaciones que Ahmed (2015) articula sobre el miedo, porque, como ya adelantaba, permiten complementar/revisitar las representaciones de Danticat desde la compleja conexión entre emoción, discurso y conducta. De acuerdo con Ahmed (2015):

a) “el miedo abre historias pasadas de asociación” (p. 106), a partir de las cuales “ciertos signos” se adhieren “a ciertos cuerpos” (p. 41).

b) “Los discursos del miedo están, en términos de R.D. Laing, preocupados por la preservación más que por la gratificación del sujeto (1960: 44)” (Laing, citado en Ahmed, 2015, p. 108). En definitiva, “El miedo puede estar preocupado por la preservación no solo de ‘mí’, sino de ‘nosotros’ o de ‘lo que es’, o de ‘la vida como la conocemos’, o incluso de ‘la vida misma” (2015, p. 108).

c) Además de “la angustia”, “el miedo” genera “el efecto de las fronteras, y el efecto de aquello que no somos” (p. 126). En efecto, “a través de la generación de ‘la amenaza’, el miedo funciona para alinear los cuerpos con y contra otros” (p. 120).

d) El sentimiento referido remite al presente y al futuro. En palabras de Ahmed, “aunque la experiencia vivida de miedo puede ser desagradable en el presente, el displacer del miedo también se relaciona con el futuro. El miedo implica una anticipación de daño o herida […]” (p. 109).

Si se toma como base la palabra de ambas autoras (Danticat y Ahmed), conviene recapitular que el miedo experimentado por una parte de la población estadounidense se alimentó de relatos pasados de contagio u hospitalización; implicó la articulación de una imagen apocalíptica-mortuoria del porvenir; propició la distinción entre el grupo local (sano) y el grupo extranjero (presuntamente contaminado). En tal sentido, la cualidad más notable de Trump Reopens an Old Wound for Haitians es que invita a reflexionar sobre la forma en que se articulan y difunden las condenas sociales, y los estragos psicoafectivos y físicos que estas producen25.

En relación con lo anterior, el texto abordado también conduce al concepto de vulnerabilidad o precariedad, entendido como fenómeno que surge de las interacciones sociales (Butler, 2006; Morales, 2014; 2020). Este concepto, que permite pensar toda la obra de Danticat, adquiere ahora un tono singular, porque entra en relación con las características formales de los textos seleccionados y de los sujetos legales e ilegales concretos allí enunciados.

4. We Must not Forget Detained Migrant Children

En otro artículo titulado We Must not Forget Detained Migrant Children26, Danticat (2018a) retoma la relación entre Trump y la figura de los expatriados legales e ilegales en Estados Unidos. Esta vez cuestiona al mandatario referido por encerrar a niños y adolescentes –hijos de inmigrantes– en centros migratorios, y por clausurar programas que protegían a individuos extranjeros en Estados Unidos. Danticat repara en tres caracterizaciones: en la imagen de las(os) inmigrantes como seres vapuleados a nivel estatal, como agentes y receptoras(es) de compasión(Morales, 2017) y como entidades invisibles/inexistentes.

4.1. Gente violentada

Danticat (2018a) plantea la imagen de las(os) inmigrantes como seres vapuleados, apoyándose en lo que leyó sobre las víctimas y lo que vio y/o escuchó en los centros de inmigración:

Por un lado, accede a un reportaje institucional que le permite dimensionar los modos del horror.

Por el otro, ingresa o se aproxima a los restrictivos espacios institucionales, a partir del apoyo de distintos agentes: “immigration lawyers and advocate friends” (párr. 6), “a social-worker friend” (párr. 10); “a registered volunteer” (párr. 6)27.

La violencia contra inmigrantes puede reconocerse en las descripciones, es la criminalización de niños y jóvenes, quienes “had been detained for so long that they’d transitioned from childhood to adolescence behind those walls” (párr. 6)28. Sobra decir que la mención del paso del tiempo remite al rigor punitivo, a la indolencia institucional, a la dificultad que tienen los inmigrantes para defenderse en términos jurídicos.

Danticat permanece atenta a distintos modos de la frialdad y el confinamiento. Como muestra de ello, subraya el caso de las madres inmigrantes que son encarceladas junto a sus hijos pequeños: “Up to six women spent twenty-four hours a day in one room, often with crying babies and toddlers, while armed guards patrolled the halls” (párr. 6)29.

Como parte de sus estrategias de exposición temática, la escritora parafrasea un report que se basó en “thirty thousand pages of official documents, dated between 2009 and 2014 […]” (párr. 8)30. Ese documento, que describe diferentes modalidades de la violencia dentro de centros de detención de inmigrantes, se convierte en un interesante objeto de análisis. La autora recurre a una síntesis parafrásica del reporte, enfatizando en la fuerza rítmica de la enumeración y de los puntos seguidos. Con ello, produce un efecto de cataclismo creciente –ya presente en su obra ficcional (Morales, 2017) – que intensifica el contenido macabro de las referencias.

Danticat (2018a) menciona casos de infantes violados y maltratados en “head and rips”. Casos de adolescentes sometidos a situaciones de hambre y desatención “medical”, “threatened with rape and murder while confined to freezing and unsanitary rooms”, “handcuffed to chairs with bags over their heads and were left naked in cold concrete cells”, “force-fed or injected with psychotropic drugs” (párr. 8)31.

En este marco de atrocidades, la autora apunta al silencio de la “U.S. Customs and Border Protection”, en tanto “has either dismissed or denied these charges” (párr. 8)32. Lo interesante de este segmento es que, si bien el silencio institucional podría generar una pequeña incertidumbre en la comunidad lectora, el contexto verbal que lo rodea, es decir, la suma de descripciones, argumentos, evaluaciones morales de la propia escritora, reafirma todo el tiempo la existencia de un feroz atropello a poblaciones diversas.

Justamente, uno de los procedimientos críticos de la escritura danticatiana consiste en la mención de las diversas nacionalidades de las(os) inmigrantes rechazadas (os) por el gobierno de Trump: “It’s worth remembering that the Trump Administration has been finding ways to divide families from the very beginning” (párr. 13)33.

Aunque en su memoria familiar Danticat (2007) ya se había referido al drama que padecen los sujetos de otras latitudes, en este artículo de prensa amplía las referencias geográficas y culturales. Aquí examina víctimas presentes, pasadas y futuras. Repara, por ejemplo, en el drama de musulmanes: “The so-called Muslim ban kept U.S citizens and others from being reunited with their spouses and children from five Muslim-majority countries”34; en el caso de las(os) dreamers: “The dismantling of the Obama-era executive order Deferred Action for Childhood Arrivals, or DACA, has left eight hundred thousand Dreamers, some of them heads of households, in personal and financial limbo”35; en la desventura de sujetos caribeños y centroamericanos de “Haiti, Nicaragua, Honduras, and El Salvador”, quienes tienen que afrontar “The revocation of Temporary Protected Status” de sus países36. Un fenómeno que “could lead to the deportation of more than three hundred thousand men and women, including some who have U.S.-born children, whom they may have no choice but to leave behind” (párr. 13)37.

Los sustratos morales y políticos de esas decisiones gubernamentales pueden ser explicados a través de discursos periodísticos y políticos. Así, por ejemplo, el veto a ciudadanas(os) de países musulmanes (entre otros) tendría el propósito de “Protecting the Nation from Foreign Terrorist Entry into the United States” (Trump, 2017, párr. 3)38.

Por su parte, la suspensión de DACA se sustentó en la idea de proteger el trabajo y la economía norteamericana. Este argumento se advierte, por ejemplo, en el discurso de Jeff Session, el abogado que anunció la suspensión: “Mr. Sessions said the program had ‘denied jobs to hundreds of thousands of Americans by allowing those same illegal aliens to take those jobs’” (Sessions, citado en Shear y Hirschfeld Davis, 2017, párr. 4)39.

Y si las decisiones anteriores estuvieron sustentadas en prejuicios, “The revocation of Temporary Protected Status” a sujetos centroamericanos no fue la excepción (Danticat, 2018a, párr. 13). La medida recibió críticas por parte de inmigrantes, abogados y políticos. Uno de ellos, el juez Chen, intentó frenar legalmente el nocivo proyecto de Trump. Para ello “took into consideration immigrant attorneys’ arguments that multiple remarks Trump has made or alleged to have made exhibit 'animus against non-white, non-European aliens'” (Chen citado en Ferriss y Buiano, 2018, párr. 6) 40. En contraposición a la prejuiciosa postura del gobierno, el juez objetó la tesis de que “[…] allowing TPS holders to remain here under the status quothreatens ‘national security’ or the ‘national interest’” (Chen, citado en Ferriss y Buiano, 2018, párr. 28) 41.

Estas formas del veto oficial confirman la interesante perspectiva de Arjun Appadurai (2017), quien, en su libro El rechazo de las minorías, intenta aportar posibles soluciones al siguiente interrogante:

¿Por qué una década dominada por la aprobación global de los mercados abiertos y de la libre circulación del capital financiero, por ideas liberales respecto a las reglas constitucionales y al buen gobierno y por una activa expansión de los derechos humanos ha producido, por una parte, una plétora de casos de limpieza étnica y, por la otra, formas extremas de violencia política contra poblaciones civiles (una buena definición del terrorismo como táctica)? (p. 15).

Sin dejar de reconocer la diversidad de aristas analizadas por el intelectual de la India, interesa detenerse en tres ideas mediante las cuales se intenta explicar la violencia contra las minorías.

En primera medida, las minorías quebrantan “la idea de una «etnia nacional»” (p. 16) en la que incurren numerosas sociedades. De hecho, Appadurai (2017) llega a sostener que “Ninguna nación moderna, por más benigno que sea su sistema político, por más elocuentes que sean sus voces publicas respecto a las virtudes de la tolerancia, el multiculturalismo y la inclusión”, escapa de una suerte de esencialización. Ninguna “está libre de la idea de que su soberanía nacional se haya construida sobre una suerte de genio étnico” (p. 16).

En segundo lugar, el pensador señala que la violencia contra las minorías tiene que ver con el hecho de que estas agitan la “incertidumbre social” (p. 19).

Al final, estas variadas formas de incertidumbre crean una ansiedad intolerable respecto a la relación de muchos individuos con los bienes provistos por el Estado, desde vivienda y salud hasta seguridad y condiciones de salubridad, pues estos derechos con frecuencia están directamente ligados a quien eres «tú» y, por lo tanto, a quienes son «ellos» (p. 19).

En tercer lugar, Appadurai considera que la globalización podría incrementar “incertidumbres”, ansiedades, desesperos, y, en consecuencia, futuras agresiones, “a medida que más naciones pierden la ilusión de la soberanía económica nacional y del bienestar” (2017, p. 20).

Así pues, las reflexiones de Danticat, los periodistas y Appadurai ofrecen una base discursiva para sugerir que las experiencias de violencia pueden incrementarse. ¿Quiénes actualizarían, intensificarían o inaugurarían la furia? ¿Qué responsabilidad recaería sobre la ciudadanía que observa?

4.2. Apagar al otro o compadecerse

En la medida en que la autora se inquieta por el dolor ajeno (Morales, 2014; 2017; 2019), me interesa destacar, por un lado, la imagen de la propia Danticat como inmigrante con ciudadanía estadounidense (Danticat, 1995) que opera como agente compasivo. Por otro lado, intento subrayar la imagen las(os) inmigrantes ilegales en tanto receptoras(es) de la compasión. Desde luego, antes de iniciar el análisis, conviene preguntarse qué se entiende por el término compasión.

A la hora de pensar el vínculo humano, se partirá del trabajo interpretativo y propositivo que hace Manuel Reyes Mate (1991) sobre la teoría del sentimiento moral de Max Horkheimer (1999) (Morales, 2014; 2017; 2019). También, el análisis se apoyará en las reflexiones y diálogos teóricos complementarios que el filósofo ofrece a ese respecto.

Así pues, ¿cómo definir tal expresión? ¿Cuáles son sus aristas? Desde el marco referido, el sentimiento moral “es un talante lleno de respeto y amor pues se dirige al otro [...] para que desarrolle su potencial de felicidad” (p. 143). Se divide en dos dominios interrelacionados: “la compasión y la política” (p. 143)42.

La compasión se entiende como “conciencia sensible” (p. 144), “solidaridad” (p. 152) ante la “injusticia” y “la miseria” ajena (p. 154), (Reyes, 1991). Ahora bien, ese despliegue compasivo no solo tiene un carácter emocional, sino reflexivo. Desde la reflexión, el sujeto que se compadece entiende que a la víctima le fracturaron, redujeron o negaron la dignidad; que fue tratada como medio y no como fin (Reyes, 1991). Justamente, “Ese sentimiento hacia el otro como hacia un sujeto ultrajado, pero con exigencias de dignidad, es la compasión” (p. 152). Se trata, entonces de “una ética intersubjetiva, pero no simétrica” (p. 145).

A partir de ese horizonte racional, la persona que se compadece también comprende que la dignidad moral propia está indisolublemente ligada a la del otro. Según Reyes (1991), no podemos constituirnos en un “sujeto moral” mientras el otro siga siendo un objeto (p. 133); no podemos constituirnos en sujetos morales en tanto somos opresores, cómplices o indiferentes respecto a su drama; no podemos lograrlo sin quebrar la “relación de dominación” (p. 133).

Según el pensador, todos estamos conectados con las pesadumbres de los demás, aunque no hayamos cometido daño explícito. En realidad, ante la pregunta “¿Y por qué somos responsables de lo que no hemos hecho?”, él propone “dos respuestas”. La primera señala “las desigualdades” históricas, las riquezas y pobrezas heredadas: “el que ‘yo sea rico y el otro no’ no se puede explicar sin una complicidad”. La segunda destaca la existencia de “una solidaridad a la especie humana” (Reyes, entrevistado por Castañeda y Alba, 2014, p. 185). En definitiva, es preciso asumir la tarea de diluir la asimetría (Reyes, 1991).

Por último, desde los linderos teóricos planteados, el sentimiento moral tiene un componente político porque está relacionado con la búsqueda de la “felicidad” humana (Reyes, 1991, p. 143; Horkheimer, 1999, p. 139)43; con los “ideales ilustrados” –nunca estáticos– “de libertad, justicia y solidaridad” (Reyes, 1991, p. 147; Horkheimer, 1999); con la posibilidad de una esfera gubernamental-institucional que sea capaz de “priorizar los derechos de los más necesitados” y de “obtener el reconocimiento” o “legitimidad” de ellos (1991, p. 155)44.

Ahora bien, frente a la propuesta teórica citada, se pueden hacer varias aclaraciones.

La primera concierne a la temporalidad en la que se ubica a la gente violentada. El filósofo español le concede un lugar especial a la víctima del pasado, pero también se refiere a la opresión contemporánea (Reyes, entrevistado por Mora, 2003). En relación con las líneas temáticas y argumentativas de los textos de Danticat, abordaré ejemplos de opresiones pretéritas, presentes (Maestre, 1999) y futuras (Knepper, 2012).

La segunda aclaración tiene que ver con los contenidos de la palabra “política”. Al respecto, se puede decir que los textos del corpus delatan la ausencia de una política-estatal compasiva en Estados Unidos (Reyes, 1991), pero apuntan a la compasión como “ética” individual o civil. Esa “ética” tiene una dimensión “política” porque se preocupa por la realidad de los otros (1991, p. 91).

Atendiendo a ese último marco, y a lo planteado por Nesbitt (2010) y Knepper (2006), asumiré que la escritura periodística, la lectura y la ayuda a inmigrantes son prácticas individuales (ético-políticas) efectuadas por Danticat y/o sus personajes45. Y subrayaré que, aunque no restituyen legalmente la dignidad ni eliminan la opresión estatal o consiguen la felicidad global, sí materializan/alientan un proceso de des-objetificación, de denuncia agitadora, de negativa a la complicidad, de entrega de soluciones46.

Una vez precisado lo anterior, es oportuno preguntarse: ¿cómo se tramita ese sentimiento moral en el texto We Must not Forget Detained Migrant Children(Danticat, 2018a) y cómo se pone en relación con la violencia y la invisibilidad de las(os) inmigrantes?

En concreto, la “conciencia sensible” ante el sufrimiento ajeno (Reyes, 1991, p. 144) puede vislumbrarse en el uso del adjetivo horrifying (“clear and horrifying evidence”) (Danticat, 2018a, párr. 7)47, que permite evaluar lo que ocurre dentro de los centros migratorios. En efecto, el término en cuestión tiene significados como “very shocking” (Cambridge, s.f.), “causing feelings of horror in”, “awful”, “terrifying” (Collins, s.f.), y se conecta con palabras como “saddening”, “upsetting” (Cambridge, Tesaurus, s.f.), y “perturbing”. (Merriam-Webster, 2020, s.f)48.

Por su parte, el aspecto racional de la compasión del que habla Reyes (1991) -ese que implica un proceso de razonamiento sobre la dignidad pisoteada del otro-, se encuentra de forma tácita en el artículo de la escritora.

Las referencias y descripciones usadas por Danticat pueden ser pensadas como preocupaciones alrededor de la “dignidad” de las(os) inmigrantes. Aunque la autora no usa el término puntual, a través del detallado énfasis en las agresiones contra los inmigrantes, sí reconoce, piensa y condena las formas en las que el otro es disminuido y transformado en un “medio” u objeto sobre el que recaen odios, rencores, perversiones (Serrano, s.f, párr. 1).

Justo aquí conviene hablar de otra modalidad racional de la compasión que Danticat pone de relieve: la interdependencia entre los seres sociales (Reyes, 1991). Otra vez podría decirse que, aunque la escritora no realiza una formulación literal de la tesis de la dignidad interdependiente o la complicidad con el dolor ajeno, sí remite a tales temas porque:

-Señala una especie de falta, de pérdida, de fracaso moral, ciudadano, humano (Nesbitt, 2010) que ocurre cuando hay indolencia, egoísmo, esto es, cuando no hay compromiso con el sufriente49.

-Identifica que todas las personas son susceptibles de convertirse en cómplices de la injusticia ajena.

-Invita a rediseñar la relación con aquellas personas que sufren.

Desde ese abordaje crítico, Danticat (2018a) ofrece interesantes cruces entre compasión, vapuleo/rechazo estatal e invisibilidad. En una parte del texto, señala que la condición invisible se debe al hecho de que las (os) inmigrantes estén encerradas(os) en los centros: “When vulnerable populations are kept hidden, or are forced into hiding –which is the daily reality of so many of the undocumented in Trump’s America– they not only live in the shadows; they become slowly erased” (párr. 14)50.

En otra parte, considera que las víctimas se vuelven invisibles, a raíz de la volátil atención de los otros (2018a).

At the moment, everyone seems to be paying attention. But these families and children, and others who find themselves in the crosshairs of this Administration’s draconian immigration policies, will still need us to keep paying attention, even when the media coverage wanes and we are no longer seeing photographs of children in cages, or hearing recordings of their pleas and cries (párr. 14)51.

La preocupación por el olvido, que se encuentra extendida en su escritura ficcional (Morales, 2014-2020), entraña una idea fundamental. Lo que parece decirnos el fragmento de Danticat (2018a) es que no es suficiente con ver, oír o enterarse. Es preciso prolongar el interés, reconocer la gravedad de lo que está en juego. El problema es que, desgraciadamente, la disposición compasiva es un patrimonio colectivo ausente. Signada por ese déficit, la gente se convierte en cómplice:

Como si fuera poco, Danticat señala que la incredulidad y la falta de empatía de los demás provocan una disolución de las(os) oprimidas(os).

One of the most distressing aspects of immigration detention, for both adults and children, is how invisible the detained can become, even when they’re imprisoned in our proverbial back yards. Had the world not seen the images of children wrapped in Mylar blankets and sleeping inside cages, and heard babies and toddlers crying for their parents […] some might not have believed that these children had been yanked from their parents’ arms –one, reportedly, while being breast-fed. Even in the light of clear and horrifying evidence, many would rather hold fast to their willful denial, branding the cages sets, the detained children actors, and the detention facilities the equivalent of boarding schools and summer camps (párr. 7)52.

Sin duda, los dos últimos párrafos no solo se conectan con el problema de la indolencia pasada y presente, sino que destacan la necesidad de pensar en el tiempo futuro (Knepper, 2012). A mi juicio, con esa clase de movimientos, Danticat (2018a) identificaría que estamos conectados a los demás; que no estamos exentas(os) (ella incluida) de envilecernos o de convertirnos en cómplices del horror actual o posterior; que es preciso articular una solidaridad con la gente oprimida como si se tratara de una tarea imprescindible (“will still need us to keep paying attention”).

Frente a ello, Danticat evidencia el aspecto ético-político (personal) de la compasión, esto es, el desarrollo de actividades que permitan ayudar a quien sufre. Tal como señala Aída Gutiérrez (conversación personal, 2014, citada en Morales, 2017), Danticat usa la escritura para efectuar develaciones. En concordancia con esa idea, creo que la autora utiliza la palabra como un tipo de "acción” que expone la “injusticia” (van Dijk, 1999, p. 25; Reyes, 2003, p. 176), y que busca afectar (Morales, 2017; 2019) a posibles funcionarias(os), periodistas, ciudadanas(os), de tal manera que estas(os) contribuyan con otras soluciones posibles: demandas, protestas, nuevas escrituras53.

En síntesis, tal como puede decirse del resto de su obra, la palabra es manifestación de la compasión y, al mismo tiempo, una zona clave para propiciarla (Morales, 2017; 2019).

5. Without Inspection

El problema de la experiencia del inmigrante ilegal en Estados Unidos también aparece en el cuento Without Inspection (2018b)54. Esta obra relata la historia de Arnold, un haitiano que decide ingresar por vía marina a Miami, con el objeto de cambiar sus condiciones de pobreza. Como se verá, el texto apunta a las cuatro caracterizaciones señaladas al principio. Danticat alude brevemente al encierro en centros migratorios, y permite intuir la turbadora realidad de un vapuleo gubernamental. También, aborda los ejes de la compasión, la explotación y la invisibilidad.

5.1. La violencia y la amenaza del encierro

Para efectos de organización expositiva, me interesa comenzar con la escena del arribo a Estados Unidos: el protagonista llega en una balsa, acompañado por otros hombres inciertos, desesperados, sumidos en el vértigo de la premura. Mientras se acerca a la orilla de la playa, le pide ayuda a una mujer que lo mira desde lejos. Como respuesta a su ruego, ella lo toma del brazo para eliminar cualquier atisbo de sospecha. Gracias al gesto, el protagonista se salva de ser capturado por la policía. Más adelante, este segundo personaje llamado Darline decide llevarlo a una iglesia que funge como refugio. Se trata de una mujer haitiana que ya ha rescatado a otras personas.

El acto de visitar de forma recurrente la playa tiene su origen en una experiencia traumática de la propia Darline, quien, años atrás, viajó en balsa, de forma ilegal, desde Haití a Estados Unidos con su esposo e hijo. Según el relato del personaje, en este viaje murieron dos seres: uno de forma física (su pareja) y el otro de modo simbólico (la propia mujer) (Danticat, 2018b). Así, de manera similar a otras entidades ficcionales de la narrativa danticatiana (Morales, 2017), Darline se dirige a un espacio que le permite dialogar con los muertos.

Y si bien esta es una razón importante, me interesa destacar otra motivación que singulariza al personaje: la mujer se preocupa por el futuro de las(os) inmigrantes ilegales. En ese horizonte se incluye la dramática posibilidad de ser enviadas(os) a centros de detención. A través de un corto diálogo, la mujer afirma: “‘If you’d stayed, they would have taken you to Krome’ […] ‘It’s a prison for people like us’” (Danticat, 2018b, párr. 15- 17)55.

Ciertamente, el cuento irradia significaciones que emergen de su interior. Esos sentidos son provocados por el uso del término “prisión”, que está históricamente poblado de connotaciones negativas.

Al mismo tiempo, mediante la alusión a Krome, Without Inspection remite indirectamente a otros textos de Danticat en los que el centro de detención adquiere protagonismo (Brother I’m Dying y We Must not Forget Detained Migrant Children). Así, el relato se impregna de mayores eclosiones semánticas. En esos escritos, Krome es sinónimo de maltratos, discriminación, indolencia, abuso, sufrimiento, muerte, injusticia. Gracias a los recursos léxicos y a las interconexiones que provoca, el cuento apunta al violento y amenazante encierro institucional. Conviene agregar que, aunque en ese texto se ocupa mucho menos de la imagen del vapuleo estatal, ofrece pistas para pensar en más de un agente. Without Inspection no solo ayuda a discurrir sobre las acciones de funcionarios públicos, sino que permite examinar los aspectos éticos-políticos que subyacen a los actos de rescate.

5.2. Involucrarse

Los discursos y comportamientos de Darline entrañarían lo que Wendy Knepper (2012) llama una “ethics of care” (pp. 191- 201), esto es, un “kinship derived from a shared recognition that we are all potentially imperilled subjects of precarious life” (p. 201)56.

Ahora bien, lo que más interesa destacar es que esos discursos y comportamientos pueden interpretarse desde la teoría de la compasión que aquí se defiende (Reyes, 1991). Aunque Darline no expresa adjetivos que denoten emoción, sí evidencia “una conciencia sensible”, un “sentimiento de solidaridad” ante el sufrimiento de las(os) inmigrantes (1991, pp. 144-152). Adicionalmente, el gesto de ir a la playa trasluce coordenadas racionales y políticas (1991).

El aspecto racional de la compasión de Darline no se manifiesta en un discurso filosófico, sino que se expresa de forma tácita, como en el caso del artículo de opinión We Must not Forget Detained Migrant Children. Desde mi perspectiva, ese carácter racional se cifra, justamente, en el acto de pensar en la gente recluida. El comentario que hace Darline sobre Krome presupone una reflexión que podría expresarse imaginariamente así: esos otros han sido convertidos en objetos tras un proceso de coerción institucional.

Y a pesar de que estas imágenes no contienen una referencia explícita a la idea de la dignidad social interrelacionada (Reyes, 1991), sí invocan de alguna manera estas cuestiones, porque revelan que la ayuda al otro es una dimensión crucial de la existencia: Danielle no deja de asistir a la playa, como si le resultara relevante, urgente; como si se completara en esa práctica. Por último, cabe decir que el rescate materializa la dimensión política de una ética individual (Reyes, 1991).

Ahora bien, estas lógicas de la compasión o del cuidado se problematizan en más de un sentido. En primer lugar, se tensan porque están teñidas de cierta selectividad y desatención. La ayuda que Darline proporciona a Arnold supone dejar de auxiliar a otros balseros desesperados y suplicantes en la orilla de la playa. Y, a la par, la redención del personaje masculino se construye desde el abandono a los tripulantes que le piden ayuda.

Este problema puede examinarse desde la perspectiva de Jean Chales Mèlich (2010; 2015), quien reflexiona sobre las decisiones difíciles, concretas, situadas, alejadas de cualquier universalismo, que escapan a lógicas del sentido común o a recetas sociales, y las define como manifestaciones de lo que él llama ética: "la ética es la transgresión de la moral, la ética es esa situación en la que la moral salta por los aires, en la que no tengo más remedio que responder a la demanda de un otro singular en una situación de radical impredecibilidad” (Mèlich, entrevistado por Uribe, 2015, p. 116). Según el mismo autor, esa ética también implicaría cierta sensación de insuficiencia respecto a la ayuda prestada al sufriente (2015).

Pues bien, el cuento de Danticat (2018b) despliega ambas cosas de forma interesante: muestra el comportamiento selectivo de Darline (elegir a una persona entre otras)57y remite al tema de la insuficiencia, ya no como culpa experimentada por los personajes, sino como una característica de la acción de rescate, si se le mira desde afuera: en realidad, los otros balseros no fueron ayudados.

En segundo lugar, estas lógicas de la compasión o el cuidado se tensan cuando son atravesadas por las lógicas del trabajo y la supervivencia. Si bien a lo largo del relato Arnold desarrolla un vínculo amoroso con Darline y su hijo Paris, ese vínculo se ve afectado –aunque no radicalmente– por la dinámica del cumplimiento de horarios, el exceso de tareas, las prolongaciones de la premura.

5.3. Explotación

Without Inspection señala los ejes de la carencia y la explotación dentro de naciones del tercer y primer mundo. Mediante el “sumario" narrativo (Genette, 1989, p. 153), la narradora omnisciente expone el caso de Arnold, quien fue criado por una mujer que lo obligó a trabajar de forma servil, en medio de insultos, humillaciones, sometimiento. De esta manera, como anticipaba en la primera parte, el texto visibiliza la relación entre explotación infantil, orfandad y pobreza.

He had been raised as a child servant in a household, given away by whoever had brought him into the world […] The woman who raised him had never mentioned them, except to say, whenever he messed up her food or didn’t clean her house properly, that he was worthless and didn’t deserve to have parents (Danticat, 2018b, párr. 66)58.

El cuento aborda además la problemática de la explotación laboral de los sujetos inmigrantes. Ya en la adultez, mientras habita en Estados Unidos, Arnold consigue trabajo como obrero en la construcción de un hotel. Y si por un lado obtiene sustento económico para sobrevivir, por el otro se queda sin tiempo para compartir con los seres queridos o para alimentarse de forma saludable. Algo similar le ocurre a Darline, quien trabaja para un exigente restaurante. La narradora explora esta forma del desencuentro:

Darline liked him to eat at home with her and Paris, but he was always in too much of a hurry to do it, except on the rare Saturdays and Sundays when neither of them had to work. During the week, he drove her to the Haitian restaurant where she was a cook, then he dropped Paris off at school. By the time he got to the construction site, he had only a few minutes to buy a guava pastry and a cup of coffee from the Lopez brothers’ food truck (párr. 4)59.

Aunque Darline y Arnold no habitan una condición de miseria, poseen trabajos sobre-demandantes. En este sentido, podría decirse que, contrario a lo planteado por Han (2012), Danticat no representa aquí a un ser humano que asume un “imperativo del rendimiento”, es decir, a un sujeto “que se explota a sí mismo […] voluntariamente, sin coacción externa” (Han, 2012, pp. 29-30). No se trata de empleados del primer mundo, ni de ejecutivos presionados por el sistema, impelidos por una manía auto-explotadora; sino de sujetos que tienen la necesidad de acatar, de adaptarse, de asumir las cargas y los riesgos para poder llegar a suplir insuficientemente algunas de sus necesidades vitales60.

5.4. Inexistencias/difuminaciones

La preocupación sobre la inexistencia/invisibilidad del inmigrante también aparece en este cuento, y se reviste de varias acepciones. Una de ellas tiene que ver con la condición ilegal de Arnold, tal como lo expone el abogado que trata de asesorarlo:

The same lawyer told Arnold that he had entered the country ‘without inspection’. That is, he had not gone before any immigration official the day he arrived in the United States, which meant that, technically, he wasn’t even here (Danticat, 2018b, párr. 70)61.

Como puede preverse, esta condición de inexistencia abre cabida a otras prácticas de disolución; por ejemplo, el acto de falsificar la identidad (negarse como sujeto haitiano), para poder hallar un trabajo sin el temor a ser descubierto como ilegal. En aras de hacerse inexistente, Arnold decide hablar el español que había aprendido junto a obreros dominicanos años atrás, y autodesignarse con un nombre cubano. A diferencia del creol, que es usado para comunicarse con Darline, el idioma español será empleado como lengua de los albañiles y como oportunidad para el simulacro. En el cuento, el español es el elemento que media la relación social en contextos de subordinación o dependencia laboral-económica.

The papers he’d used to get the job said that he was Ernesto Fernandez from Santiago de Cuba. No one on the site, not even the other Haitians, knew his real name. They didn’t believe he was “Cuban Cuban,” as they’d said, but since he spoke Spanish they thought he’d spent some time there and had taken the name (párr. 63)62.

Además de la falsificación del nombre o de la ciudadanía, el cuento devela otras manifestaciones de la inexistencia. Esta vez, el proceso ocurre en el inusitado espacio del aire. Lo cierto es que Arnold sufre una caída desde varios metros de altura, mientras trabaja en el edificio.

La escena –que, por lo demás, da comienzo narrativo de la obra– es articulada mediante varios procedimientos. Danticat describe el descenso en tiempo presente, inserta recuerdos en la conciencia del hombre que cae, apela a la “analepsis” (Genette, 1989, p. 115) para remitirnos al pasado rememorado, instala la fragmentación a la hora de presentar los contenidos mentales y construye una especie de ralentización del proceso de caída, de manera tal que, aunque solo se trate de “six and a half seconds” (Danticat, 2018b, párr. 1), la escritura suspende y prolonga inusitadamente la trayectoria del cuerpo en picada. En esta escena de descenso, la narradora introduce también un elemento temático que es tan crucial como innovador: la filmación masiva, vía celular, del cuerpo que cae.

Lo que impacta de esta alusión es que, a partir de la velocidad de la caída, las limitaciones del dispositivo tecnológico y la distancia con la que se hace la toma, el cuerpo del protagonista pasa a ser una cosa, un objeto, un elemento informe, difuminado, sin nitidez: un trozo en movimiento.

There were cell-phone videos of him falling, taken from different angles. Some people had filmed him from the ground. Others had recorded him from their terraces and balconies. He looked, in the quickly assembled collage of these recordings, not like a person but like a large object plummeting. He was moving too fast to be identifiable as a human being when the footage wasn’t in slow motion (párr. 97)63.

La escena no me parece fortuita, si se atiende a los sentidos difundidos a lo largo del cuento. Desde mi perspectiva, el desdibujamiento del cuerpo humano actúa como condensación simbólica de la vida no inspeccionada, anónima, camuflada, apartada, silenciosa de la comunidad inmigrante. En ese marco de mutismos y deformaciones, el cuento ayuda a pensar que el cadáver de Arnold en el asfalto es también el de un hombre cubano que no existe.

5.5. Voluntad Postmortem

El fragmento narrativo que sucede a la muerte de Arnold reúne –como si se tratara de una síntesis– algunas de las imágenes de las(os) inmigrantes ya exploradas arriba: como agentes/receptoras(es) de la compasión, personas pobresy atribuladas y, de alguna manera, futuras entidades invisibles.

En ese orden, la narradora del relato introduce la figura de Arnold como un ser compasivo en clave postmortem64 ¿De qué manera? ¿Con qué propósito? A partir de la elección del condicional (“would continue”), cuenta que Arnold tiene la intención de preservar el vínculo con su familia de Miami y los otros: “would continue to hum along with Darline’s song, and keep whispering in Paris’s ear. He would also try to guide Darline back to the beach, to look for others like him” (Danticat, 2018b, párr. 99)65.

En la medida en que apunta a la vulnerabilidad futura de otras(os) inmigrantes, la escena puede ser abordada desde la ética del cuidado de Knepper (2012). En todo caso, de forma especial, también puede ser analizada a la luz del concepto de compasión que he destacado en el artículo (Reyes, 1991). Esto último se justifica, porque la voluntad de ayudar a inmigrantes ilegales se desprende –en cierta medida– de una solidaridad ante el dolor de los demás, de una reflexión sobre los infortunios de gente local y extranjera que el protagonista realizó cuando estaba vivo (Danticat, 2018b).

Y si bien aquí tampoco hay una teoría sobre la constitución moral interdependiente o sobre la complicidad respecto al sufrimiento ajeno (Reyes, 1991), sí es posible detectar reflexiones afines. El cuento de Danticat (2018b) muestra que el nexo empático es un fenómeno subjetivamente necesario, imprescindible e impostergable, que permite aportar en la felicidad del otro (Reyes, 1991). Definitivamente, tanto en el gesto postmortem de Arnold como en la habitual práctica de rescate de Darline se devela un compromiso con la víctima.

Conclusiones

Las producciones de Danticat permiten subrayar importantes reflexiones que Leonor Arfuch (2018) articula sobre el campo de estudios de los afectos, partiendo de los planteamientos de diversas(os) autoras(es), entre las(os) cuales figura Ahmed. Me refiero, puntualmente, al análisis de la ligazón entre lenguaje y afectividad, es decir, a la idea de que “no hay oposición entre discurso y afecto o emociones, en tanto el lenguaje es también el lugar del afecto aunque por cierto no excluyente” (p. 19), y al reconocimiento de la dimensión transformadora de los discursos y las emociones: “si consideramos que discurso y afecto no son excluyentes sino co-constitutivos, podríamos preguntarnos qué hacen las emociones ante este estado del mundo. Y qué hacemos nosotros con ellas” (p. 20)66.

Vale reiterar que la exploración de los casos de rechazo/vapuleo gubernamental y civil genera interrogantes sobre cómo se urde, se alimenta y se produce la circulación del miedo al otro (Amhed, 2015; Jiménez, 2010;Deavila, 2008; van Dijk, 2002). Al tiempo, el análisis del corpus permite vislumbrar las estrategias de indagación, escritura y ayuda por parte de Danticat y sus personajes.

En ese sentido, los textos analizados subrayan el aspecto ético-político de la relación con el otro (Morales, 2014-2020). El estudio de los discursos de Danticat posibilita un diálogo con la propuesta de Horkheimer (1990). Si el pensador alemán reconocía la fuerza ética del proletariado (Reyes, 1991), los escritos seleccionados exploran nuevos ángulos del vigor y la insuficiencia compasiva (Morales, 2016) de individuos locales y diaspóricos, quienes yacen envueltos en realidades diversas y contemporáneas.

Por su parte, como mencionaba arriba, el cuento “Whitout Inspection” conduce a cuestionar el límite interpretativo de la propuesta filosófica Han (2012) sobre los modos de trabajo en sociedades contemporáneas. Lo cierto es que cuando se analizan las condiciones laborales en contextos de inmigración ilegal latinoamericana, no es posible hablar de autoexplotación, como lo plantea el filósofo coreano, sino de de una incesante dinámica explotadora.

Finalmente, tanto el cuento citado como We Must not Forget Detained Migrant Children invitan a reflexionar sobre los lazos entre ilegalidad e inexistencia. A este respecto, Danticat instala una mirada amplia y profunda, que refuerza, acompaña, ensancha e innova consideraciones que propuso en otros discursos (Morales, 2014; 2020). En esta ocasión, nos recuerda que los gobiernos ocultan a las víctimas; que diversos inmigrantes ilegales realizan prácticas de disolución o camuflaje para sobrevivir; que las otras personas son capaces de pulverizar la presencia de las (os) oprimidas(os), mediante la ronca textura del desdén o la apatía.

Agradecimientos

A Elsa Noya, directora de la tesis doctoral, por sus valiosas correcciones de estilo en materia de cuerpo textual y traducciones, y por sus imprescindibles orientaciones en el análisis crítico-literario; a Nora Domínguez, codirectora, por sus pertinentes consejos de escritura y por su recomendación de la teoría sobre emociones o afectos; a Juan Sebastián García, por sus reflexiones sobre la instrumentalización en clave de Emmanuel Kant y por su referencia a la necesaria relación entre libertad individual y colectiva según Theodor Adorno; a Leonardo Meléndez, por darme a conocer el libro de Arjun Appadurai; a Cintia Bérmudez, por sus comentarios sobre el tópico de la culpa como objeto sociológico y filosófico; a Diana Gómez, por recordarme el vínculo entre discurso y acción; a Cielo Puello, por introducirme a la reflexión sobre micro-resistencias; a Gloris Quant, por ayudarme a reencontrar la cita de Han; al profesor Roberto Hozven, por invitarme a discurrir sobre las fracturas de la compasión en mi corpus de estudio; a Mónica Quant, por sus importantes matices alrededor de la inmigración y la ciudadanía.

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Notas

1 La inquietud personal por el vínculo compasivo también ha sido estimulada o reforzada por las reflexiones del escritor Nicolás Suescún (Morales, 2009) y la lectura de Santos (2009), Cróquer (2000), Avelar (1999) y Horkheimer (1999).
2 En lo que respecta a De Ferrari, me he basado en su “Introduction: The Myth of the Vulnerable Body”.
3 “Trump reabre una vieja herida para los haitianos” (traducción propia).
4 “De acuerdo con el Times, Trump estaba molesto por el hecho de que había quince mil haitianos entre ellos. ‘Todos tienen sida’, supuestamente dijo” (traducción propia).
5 “Estamos acostumbrados a que Trump insulte a personas de color con comentarios despiadados o racistas. Se ha referido a mexicanos como criminales y violadores […]”; “Supuestamente, Trump también se quejó de que cuarenta mil nigerianos que recibieron visa nunca ‘regresarían a sus chozas’ (La Casa Blanca ha negado que, durante el encuentro, Trump denigrara a grupos de inmigrantes”)”; “paraíso terrorista” (traducción propia).
6 “‘alto riesgo’”; “consumidores de drogas, homosexuales, hemofílicos”; “identificada” (traducción propia).
7 “Alrededor de veinte pacientes que habían aparecido en el Jackson Memorial Hospital, en Miami”; “‘Enviamos estos casos al C.D.C.,’ me dijo recientemente el Dr. Arthur Fournier, quien trató algunos de esos primeros pacientes haitianos. ‘Los medios presentaron el tema con encabezados sensacionalistas’” (traducción propia).
8 “En la escuela básica de secundaria [...] en Brooklin, algunos de los estudiantes no haitianos me golpeaban y me empujaban a mí y a otros niños haitianos, y nos decían que teníamos la sangre sucia” (traducción propia).
9 “Todo mi curso de ‘Inglés como Segunda Lengua’ fue excluido de una visita escolar a la Estatua de la Libertad, por miedo a que, al compartir el bus con otros chicos, pudiéramos generar algún peligro” (traducción propia).
10 El texto no brinda detalles sobre las fuentes de esas últimas interlocuciones. Podrían haber resultado de entrevistas directas.
11 “Marleine Bastien, la directora ejecutiva de la organización sin ánimo de lucro Haitian Women of Miami” (traducción propia).
12 “Estuve laborando como trabajadora social-médica en ese tiempo, y cada semana vi a pacientes que perdían trabajos como consecuencia de eso. Ser llamado ‘haitiano’ era la peor maldición posible” (traducción propia).
13 “Taina Bien-Aimé, la directora ejecutiva de la “Coalición Contra el Tráfico de Mujeres con sede en Nueva York”, quien nació en esa ciudad “de padres haitianos que habían emigrado a Estados Unidos en la década de 1950” (traducción propia).
14 “utilizó la lapicera del gerente” (traducción propia).
15 “tomó el lápiz con un pañuelo de papel y lo arrojó a la basura. ‘Uno nunca sabe’, dijo” (traducción propia).
16 “el actual director de la iniciativa Haití-M.I-T” (Instituto Tecnológico de Massachusetts); “vino a Nueva York como estudiante a principios de los ochenta” (traducción propia).
17 “‘Aún recuerdo un momento particularmente traumático cuando fui presentado a una estudiante de la que estaba enamorado. Ella se resistió a estrechar mis manos. Luego, la escuché decir a otra alumna: ‘Mejor alejarse de esos haitianos, para no adquirir sida’” (traducción propia).
18 “la Administración de Drogas y Alimentos” (traducción propia).
19 “Nicole Rosefort, una profesora retirada de la escuela pública de la ciudad de Nueva York, recuerda a su padre enfermo en el hospital, con la necesidad de una transfusión de sangre. ‘Cuando mi hermana y yo fuimos a donar, nos rechazaron. No pudimos darle sangre a nuestro propio padre’” (traducción propia).
20 “contra el veto” (traducción propia).
21 “El estigma contra los haitianos persistió y ocasionalmente resurgió en la cultura masiva” (traducción propia).
22 “una de las hermanas del personajeprincipal la previene de tener sexo sin protección con un hombre jamaiquino, porque ‘esa gente tiene una historia de Sida’”; “Otra hermana la corrige: ‘es Haití’ […]” (traducción propia).
23 “En diciembre de 2010 […] un famoso d.j radial de Nueva York declaró al aire que la razón por la cual era V.I.H negativo residía en que se había abstenido de tener sexo con mujeres haitianas” (traducción propia).
24 “nos recuerda la época en la que a todos los (as) inmigrantes VIH –positivos se les prohibió entrar a los Estados Unidos, y en la que los VIH positivos de Haití fueron detenidos en deplorables condiciones en la Bahía de Guantánamo” (traducción propia).
25 En este punto, es indispensable aludir a lúcidas propuestas que me han ayudado a pensar las relaciones entre miedo, contexto histórico, instituciones, discursos y sujetos: Jiménez (2010), Deavila (2008) y van Dijk (2002). Tales fuentes podrían establecer un diálogo analítico e irreductible con los abordajes de Ahmed (2015) y Danticat (2017; 2018a).
26 “No debemos olvidar a los niños detenidos” (traducción propia).
27 “abogados de inmigración y amigos abogados”; “una trabajadora social amiga”; “un voluntario registrado” (traducción propia).
28 “habían sido detenidos por tanto tiempo, que habían pasado de la infancia a la adolescencia detrás de esos muros” (traducción propia).
29 “Hasta seis mujeres estuvieron veinticuatro-horas en una habitación, frecuentemente acompañadas por bebés que lloraban y niños pequeños, mientras guardias armados patrullaban las salas” (traducción propia).
30 “un reporte”; “treinta mil páginas de documentos oficiales, fechados entre 2009 y 2014 […]” (traducción propia).
31 “la cabeza y en las costillas”, “médica”, “amenazados con violación y asesinato mientras fueron confinados en habitaciones heladas y sin condiciones sanitarias”, “esposados a sillas con bolsas sobre las cabezas […] desnudados en frías celdas de concreto”, “alimentadas(os) a la fuerza o inyectados con drogas psicotrópicas” (traducción propia).
32 “Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos”; “no ha ni rechazado ni negado los cargos” (traducción propia).
33 “Vale la pena recordar que la Administración de Trump ha encontrado formas de separar a las familias desde el comienzo” (traducción propia).
34 “El llamado veto musulmán impidió que ciudadanos estadounidenses y otros pudieran reunirse con sus cónyuges e hijos(as), provenientes de cinco países mayoritariamente musulmanes” (traducción propia).
35 “El desmantelamiento de la orden ejecutiva tomada en la era de Obama, Acción Diferida para la Llegada de los Niños, o DACA, ha dejado a ochocientos mil Soñadores, algunos de ellos cabezas de familia, en un limbo personal y financiero” (traducción propia).
36 “Haití, Nicaragua, Honduras y el Salvador”; “La revocatoria del Estatuto de Protección Temporal” (traducción propia).
37 “podría conducir a la deportación de más de trescientos mil hombres y mujeres, incluyendo a las(os) que tienen hijas(os) nacidas(os) en Estados Unidos, y a quienes probablemente tendrían que dejar atrás” (traducción propia).
38 “Proteger a la Nación de la Entrada de Terroristas Extranjeros a Estados Unidos” (traducción propia).
39 “El Señor Sessions dijo que el programa les ‘había negado trabajos a cientos de miles de americanos, al permitir que esos extranjeros ilegales se quedaran con los empleos’” (traducción propia).
40 “consideró los argumentos de abogados de inmigrantes que apuntan a que los múltiples comentarios que Trump ha hecho o que se supone que ha hecho exhiben ‘animadversión contra extranjeros no blancos, no europeos’” (traducción propia).
41 “permitir que los beneficiarios de la TPS se queden aquí amenaza la ‘seguridad nacional’ o ´el interés nacional’” (traducción propia).
42 La cursiva es del original. Aquí Reyes Mate remite al texto de Horkheimer (1999).
43 Horkheimer dice “la felicidad de la totalidad de los hombres” (p. 139).
44 El pensador alemán se refiere a “libertad, igualdad y justicia” (p.140). Coincidentemente, mientras analiza Brother I’m Dying, Knepper (2012) menciona la reformulación de estos ideales desde la “ethics of care” danticatiana (p. 201).
45 Incluso, en otro lugar, Reyes habla del lector que “imparte justicia al mantener viva y vigente la injusticia que se hizo a las víctimas” (entrevistado por Mora, 2003, párr. 7). Aunque se refiere puntualmente a quien lee la obra de Primo Levi, alusiva a los campos de concentración nazis, considero que su caracterización puede extenderse a otras personas lectoras, como la propia Danticat.
46 En todo caso, este límite es parte de la dimensión ética. Desde la visión de Reyes (1991), a la esfera política le correspondería un mayor compromiso con el sufrimiento de los sectores oprimidos.
47 “clara y horrible evidencia” (traducción propia).
48 “muy estremecedor”, “que causa sensaciones de horror”, “atroz”, “aterrador”, “entristecedor”, “preocupante”, “perturbador” (traducción propia).
49 Nesbitt se refiere a “our own stunted potential for humane existence” (“nuestra atrofiado potencial para la existencia humana”) (p. 78). Para una reflexión sobre el tema del compromiso, ver Morales (2016).
50 “Cuando las poblaciones vulnerables son escondidas o forzadas a esconderse –que es la realidad diaria de muchos de los indocumentados en la América de Trump– no solo viven en las sombras; lentamente se borran” (traducción propia).
51 Ahora, todos parecen prestar atención. Pero esas familias y niños y otros que se encuentran en el punto de mira de las políticas de inmigración draconianas de la Administración, aún necesitarán que prestemos atención, incluso cuando la cobertura de los medios de desvanezca y nosotros no veamos más fotografías de niños en jaulas, o no escuchemos más grabaciones de sus ruegos y llantos (traducción propia).
52 Uno de los aspectos más estresantes de la detención de inmigrantes, tanto para adultos como para infantes, es cuán invisibles se vuelven los detenidos, incluso cuando han sido aprisionados en nuestros proverbiales patios. Si el mundo no hubiera visto las imágenes de niños envueltos en mantas térmicas tipo Mylar y durmiendo dentro de jaulas, y escuchado bebés e infantes llorando por sus padres […] algunos podrían no haber creído que esas(s) niños(as) habían sido arrancados de las manos de sus padres –uno de ellos, presuntamente, mientras era amamantado. Incluso, a la luz de la horrorosa evidencia, algunos preferirían mantener su negación deliberada, calificando al conjunto de las jaulas, de las(os) niñas(os) actoras(es) detenidas(os) y de los centros de detención como el equivalente de internados y campamentos de verano (traducción propia).
53 De alguna manera, sigo a van Dijk (1999, p. 25) cuando afirma: “el discurso es una forma de acción social”.
54 “Sin Inspección” (traducción propia).
55 “‘Si te hubieras quedado, ellos te habrían llevado a Krome’ […] ‘Es una prisión para gente como nosotros’” (traducción propia).
56 “ética del cuidado”; “vínculo derivado del reconocimiento compartido de que somos potenciales sujetos de la vida precaria”. El concepto de vida precaria está basado en la propuesta de Judith Butler (traducción propia).
57 Ver el análisis de Mèlich (2010) sobre la película La decisión de Sophie.
58 Él había sido criado como un niño sirviente en una casa, abandonado allí por quienes lo habían traído al mundo […] La mujer que lo crió nunca había mencionado a sus padres, excepto para decir, cada vez que él estropeaba su comida o no limpiaba la casa correctamente, que era un inútil y que no merecía tener progenitores (traducción propia).
59 A Darline le gustaba que comiera en casa junto a ella y Paris, pero él siempre estaba corriendo, excepto los raros sábados y domingos en los que ninguno de los dos tenía que trabajar. Durante la semana, él la llevaba en auto al restaurante haitiano donde trabajaba como cocinera y luego dejaba a Paris en la escuela. Cuando llegaba a la obra, solo tenía pocos minutos para comprar un pastel de guayaba y un café en el carro de comida de los hermanos Lopez. (traducción propia). El apellido “López” aparece sin tilde en el original.
60 Aunque en una intervención reciente Han se ha referido a empleadas(os) "pobres de origen inmigrante en las zonas periféricas de las grandes ciudades" (entrevistado por Sigüenza y Rebollo, 2020, párr. 7), lo ha hecho para señalar la relación entre trabajo, pandemia y caducidad (2020). Sin embargo, esto no anula mi crítica: el autor parece desconocer que numerosos sujetos de este siglo permanecen afuera o lejos del rendimiento auto-coercitivo, y que tal fenómeno pone en jaque la propuesta generalizadora de su libro La sociedad del cansancio (Han, 2012). Por otro lado, es importante agregar que si bien el filósofo habla de "sociedad de supervivencia", “supervivencia” y "sobrevivir" (Han, entrevistado por Sigüenza y Rebollo, 2020, párr. 15-17), se concentra en una realidad distinta a la que yo apunto. Mientras él enfatiza en el "miedo a la muerte" que se agudizaría en el contexto pandémico (2020, párr. 15), yo resalto la cotidiana, histórica y dramática búsqueda de sustento por parte de trabajadoras(es) latinoamericanas(os).
61 El mismo abogado le dijo a Arnold que había entrado al país ‘sin inspección’. Esto es, él no había estado ante ningún oficial de inmigración el día que llegó a Estados Unidos, lo cual significada que, técnicamente, no estaba ni siquiera aquí (traducción propia).
62 Los papeles que había usado para conseguir el trabajo decían que era Ernesto Fernández de Santiago de Cuba. Nadie en el sitio, ni siquiera los otros haitianos, sabían su nombre real. Ellos no creían que fuera ‘cubano, cubano’, como habían dicho, pero, dado que él hablaba en español, pensaban que había estado un tiempo allá y había tomado ese nombre (traducción propia).
63 Había vídeos de él cayendo, tomados desde diferentes ángulos a través de celulares. Alguna gente lo había filmado desde el suelo. Otros lo habían grabado desde sus terrazas y balcones. Él lucía, en el rápido ensamblado de estas grabaciones, no como una persona sino como un objeto largo que va desplomándose. Se movía demasiado rápido para ser identificado como ser humano cuando las secuencias no estaban en cámara lenta (traducción propia).
64 Knepper (2012) analiza otro ejemplo de vínculo postmortem en Brother I´m dying.
65 “continuaría cantando la canción junto a Darline y susurrando en los oídos de Paris. Trataría de guiar a Darline para que fuera a la playa, a cuidar a otros como él” (traducción propia).
66 La cursiva es del original.
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