
Viviana Sánchez Avendaño, Julio César Sánchez Herrera, Carlos Sánchez Avendaño • La guerra en los grupos... 1111
Tales enfrentamientos siempre implican dos grupos que se maniestan hosti-
lidad por diversas razones. La naturaleza de las partes implicadas puede clasicarse
en tres tipos: a. seres sobrenaturales enemigos unos de otros que luchan por el poder
y el control de la creación o por la preservación de un status quo, o bien que persi-
guen vengarse de una afrenta; b. seres humanos que luchan con un ser sobrenatural
que constituye una amenaza; y c. seres humanos que compiten por los recursos y
el dominio del entorno, o bien que intentan subyugar a las personas de uno de los
grupos. Dentro de este tercer tipo, uno de los grupos rivales puede ser un advenedizo
en la región (por ejemplo, españoles o indígenas misquitos) y el otro es indígena
local, o bien ambos son originarios de la zona.
Si bien los colectivos enfrentados dieren entre sí, las armas y las prácticas
de guerra, sean cuales sean los grupos enemigos (seres sobrenaturales o humanos),
son las mismas para cada pueblo indígena e incluso una gran parte de las prácticas y
las armas es compartida por todos los grupos. Así, las armas consisten, básicamente,
en arcos, echas, lanzas y escudos, además de algún objeto mágico o especial en
algunos casos. Las prácticas incluyen emboscadas y trampas o estrategias de engaño
y confusión, luchas a una distancia relativamente corta con echas y lanzas, y mani-
pulación mágica de los eventos o intervención de algún personaje tradicional de alto
estatus político-religioso (el “chamán”).
Las batallas temporalmente más antiguas serían aquellas en las que pelean
entre sí seres sobrenaturales o primigenios en términos cosmogónicos, pues corres-
ponden al illo tempore mitológico (Eliade, 2000). En estas, el motivo del enfrenta-
miento suele ser el dominio de la creación, sea que esta esté consumada o que se
encuentre por realizarse. Así, por ejemplo, en la tradición bribri-cabécar, una de
las luchas más relevantes es la acaecida entre el dios y héroe cultural Sibö y el ser
denominado Sòrkula, quienes, luego de varios encuentros y engaños, se enzarzan en
un enfrentamiento con lanzas, del cual sale vencedor Sibö tras matar a su enemigo
(Bozzoli, 1977b; Bozzoli y Cubero, 1987; Stewart, 1995).
El tipo de lanza empleado se denomina kët en bribri y se describe como una
“lanza corta de doble punta” (Bozzoli, 1977b, p. 67), como “arma en forma alargada,
de astilla de pejibaye, con puntas en los dos extremos” (Bozzoli, 1977a, p. 184) y
como “arma de guerra de punta aguda, construida con madera de pejibaye y, a veces,
dotada de un metal loso” (Stewart, 1995, p.s.p.). Este tipo de lanza se cita en un
relato como la utilizada también por los bulu’pa ‘reyes’ en sus luchas contra otros
grupos para aniquilarlos y hacerse con sus riquezas (Bozzoli, 1977a, p. 184), así
como en una narración acerca de la guerra de los bribris contra los térrabas (Bozzoli,
1977b, p. 77), de la que se hablará más adelante.
En cuanto a las narraciones acerca de guerras entre grupos humanos, la
práctica de la decapitación aparece en un relato teribe incluido en IETSAY (2001)
acerca de los altercados de este grupo con los misquitos. En este caso, la causa que
desencadena la guerra es el rapto de las mujeres teribes por parte del grupo foráneo,
aprovechando que los hombres habían huido por el arribo de muchos guerreros