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Centro de Investigaciones Históricas de América Central. Universidad de Costa Rica
Enero-junio 2022
23.1
ISSN: 1409-469X
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
11Diálogos Revista Electrónica de Historia, 23(1): 1-5. Enero-junio, 2022. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica
DOI 10.15517/dre.v23i1.48327
COMENTARIO DEL LIBRO:
IVÁN MOLINA Y DAVID DÍAZ
Molina Jiménez, I. y Díaz Arias, D., eds. (2021).
El héroe de la discordia. Juan Rafael Mora
Porras y la cultura costarricense. Editorial
de la Universidad de Costa Rica/CIHAC.
Michel Gobat
Es un gusto para mí, en dos sentidos, comentar este libro del historiador
RandaEl héroe de la discordia: Juan Rafael Mora Porras y la cultura costarricense,
editado por Iván Molina y David Díaz, es un libro muy rico en contenido, así que hay
muchas maneras de analizarlo. Es cierto que el libro se centra en la gura de Juan
Rafael Mora Porras. Pero al situar Mora en su contexto histórico y explorar las polí-
ticas de memoria que rodean su gura desde el siglo XIX hasta el presente, el libro
ofrece una visión fascinante de la historia moderna de Costa Rica. Además el libro
destaca no sólo por su amplio recorte temporal, sino también por sus diversos enfoques
metodológicos, ya que tiene datos importantes sobre la historia política, la historia
social, la historia literaria, y los estudios de la memoria.
Pero habiendo dicho esto, el libro tiene un objetivo muy claro, pues como David
Díaz e Iván Molina explican en su prologo, el libro trata de mostrar cómo “Mora se
ha convertido en un héroe de la discordia no sólo como resultado de los debates histo-
riográcos acerca de su gestión, sino de los usos políticos de su gura, que ha sido
reivindicada tanto por sectores de derecha como de izquierda.” De hecho, a pesar de
que los seguidores de Mora lo consideran como el héroe de la principal guerra de
independencia de Centroamérica, el libro muestra que, a diferencia de otros héroes
fundacionales latinoamericanos, Mora nunca logró convertirse en una gura de unidad
nacional. Por el contrario, Díaz y Molina sostienen que Mora sólo pudo ser recordado
como un héroe de la discordia.
Este es un argumento fascinante y permítanme explicar muy brevemente cómo
yo veo que el libro lo desarrolla. En el primer capítulo, escrito por Eugenia Rodrí-
guez, vemos cómo Mora se convirtió en un agente de la discordia, ya que su
Fecha de recepción: 21 de 8 de 2021 Fecha de aceptación: 28 de 8 de 2021
Michel Gobat, Universidad de Pittsburgh, Pittsburgh, Estados Unidos, Profesor del
Departamento de Historia.
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2967-5178
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administracn supervisó un proceso de desarrollo económico que produjo grandes
tensiones sociales—tanto en la población en general como en los sectores de la élite.
En el siguiente capítulo, Carmen Fallas explica cómo el caudillismo autoritario de
Mora produjo la más intensa polarización política que el país había experimentado
entonces. Así que no fueron sólo las políticas socio-económicas de Mora, sino también
su autoritarismo lo que lo convirtió en creador de la discordia.
El ensayo de Iván Molina, a su vez, tiene un enfoque historiográco que revela
cómo Mora se convirtió en un héroe de la discordia de dos maneras diferentes: primero,
al demostrar cómo la profesionalización de la disciplina de historia a lo largo del siglo
XX reveló cada vez más las tensiones políticas y sociales que marcaron la gestión de
Mora; y segundo, al mostrar cómo la gura de Mora fue clave para la discordia que
marcó la lucha por la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 2006 y 2007.
Este último punto es desarrollado con mayor profundidad por David Díaz, ya
que su ensayo analiza cómo la lucha contra el TLC, que coincidió con el sesquicen-
tenario de la guerra anti-libustera, desencadenó un feroz debate historiográco que
reforzó el estatus de Mora como una gura histórica sumamente divisiva.
Pasando al campo de la literatura, Verónica Ríos muestra cómo la gura polarizadora
de Mora le impidió ocupar un lugar central en el imaginario nacionalista, lo que hizo que
su memorialización fuera muy diferente a la de los héroes independistas latinoamericanos.
En el capítulo nal, Vicente Gómez se centra en la Academia Morista Costa-
rricense para mostrar cómo el nacionalismo que valoriza la gura de Mora adquirió
una dimensión institucional a raíz de la fallida campaña contra el TLC. En muchos
sentidos, su capítulo vuelve a la primera parte del libro, ya que argumenta que, al
utilizar los recursos estatales, la Academia Morista reforzó el estatus de Mora como
héroe oligárquico de forma muy similar a lo que el propio Mora intentó hacer tras el
nal de la guerra anti-libustera.
Como sugiere mi breve resumen, este libro ofrece mucho material para comentar.
Pero dada la limitación de tiempo, me gustaría tocar sólo dos temas. El primero tiene
que ver con la polémica del sesquicentenario en el contexto de la lucha por el TLC.
Dado que la guerra anti-libustera es considerada por muchos costarricenses como su
verdadera guerra de independencia, no es casualidad que la lucha por el TLC provo-
cara un debate sobre la identidad nacional en un mundo globalizante. Por tanto, esta
polémica tocó un tema de gran interés para la gente de todo el mundo, es decir, cómo
contar la historia de los orígenes de su nación—o lo que los historiadores estadouni-
denses llaman “historias de origen.”
Los debates sobre estas historias suelen ser intensos. Por ejemplo, en los Estados
Unidos estamos viviendo ahora una gran polémica sobre el llamado Proyecto 1619,
que es el año de la primera llegada de esclavos africanos a suelo estadounidense. Por
tanto, este proyecto pretende situar las consecuencias de la esclavitud y las contri-
buciones de los afro-americanos en el centro de los orígenes del país. Y al igual que
en Costa Rica, esta polémica implica no sólo a los historiadores profesionales, sino
Michel Gobat • Comentario del libro: El héroe de la discordia. Juan Rafael Mora Porras y la cultura costarricense.
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también a los medios de comunicación, los movimientos sociales, los políticos y los
funcionarios escolares.
Así que no es sorprendente que la coincidencia del sesquicentenario y la lucha
contra el TLC provocara una polémica tan feroz. Dicho esto, debo admitir que, a pesar
de haber investigado la guerra anti-libustera, yo no era plenamente consciente de las
verdaderas dimensiones de esta polémica.
En parte, mi ignorancia reeja el hecho de que soy un especialista en la historia
de Nicaragua. Pero también tiene que ver con el hecho de que la historia de origen
centrada en Mora es un fenómeno muy reciente. Esto se ve claramente en el capí-
tulo de Verónica Ríos, que hace un excelente trabajo al situar el caso costarricense en
su contexto latinoamericano. Como ella demuestra, el surgimiento de una historia de
origen centrada en un héroe oligárquico a principios del siglo XXI no era muy común.
Al igual que no era común que una gura de la clase trabajadora como Juan Santamaría
se convirtiera en un héroe nacional a nales del siglo XIX. En muchos sentidos, el
surgimiento de ambas historias de origen en momentos históricos tan distintos parece
dar un nuevo signicado a la idea del excepcionalisimo costarricense.
Ahora bien, es cierto que no era raro que los latinoamericanos opuestos a los
proyectos de Tratado de Libre Comercio, que surgieron tras el n de la Guerra Fría,
invocaran a los héroes oligárquicos de la independencia. El principal ejemplo es el
movimiento bolivariano liderado por Hugo Chávez, que invocó a Simón Bolívar para
denunciar tales proyectos.
Pero los héroes oligárquicos del pasado no eran los únicos disponibles entonces.
Basta ver cómo Emiliano Zapata, el líder campesino de la Revolución Mexicana, fue
invocado por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se levantó en
1994 contra el TLC de América del Norte.
Y eso es lo que hace que el caso de Costa Rica sea tan interesante, ya que los
grupos que se oponían al TLC disponían de una gura similar a la de Zapata—en la
persona de Juan Santamaría. Así que me pareció fascinante ver cómo el libro explica
por qué Mora, y no Santamaría, fue invocado durante las movilizaciones contra el
TLC. Pero fue también desconcertante ver cómo uno de los gremios de historiadores
más distinguidos de América Latina fue atacado de una manera muy virulenta durante
esta polémica. Y como sostienen David Díaz e Iván Molina, este ataque contribuyó a
la “desprofesionalización de los estudios históricos en Costa Rica.”
Sin embargo, el libro también muestra que la historia de origen centrada en Mora
siempre ha carecido de un arraigo popular. De hecho, el capítulo de Vicente Gómez
sobre la Academia Morista demuestra cómo la memorialización de Mora dependía
del apoyo estatal. Así que al terminar el libro, me quedé con la sensación de que esta
polémica reveló más bien la vitalidad de la historiografía de Costa Rica. Teniendo
en cuenta que otros países han experimentado polémicas similares, sería interesante
explorar el caso costarricense desde una perspectiva comparativa.
Pero si es importante que los historiadores se tomen en serio las historias de
origen, este libro subraya que también debemos separar esas historias de lo que podría
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llamarse historia real. O parafraseando una cita que se encuentra en el capítulo de
David Díaz, es importante diferenciar entre “hacer patria” y “hacer ciencia.”
Y la idea de “hacer ciencia” está relacionada con mi segundo punto, que tiene
que ver con cómo este libro mejora nuestra comprensión de la guerra anti-libustera.
Hay muchas cosas que podría decir sobre este tema, pero voy a centrarme en cómo el
libro sugiere una nueva interpretación de las consecuencias políticas de la guerra para
Costa Rica.
En mi libro sobre Walker, argumenté que en Nicaragua la derrota libustera
dio paso a una larga restauración oligárquica que aplastó el liberalismo democrático
encarnado por los radicales locales que habían apoyado inicialmente a los libusteros.
Suponía que un proceso similar ocurrió en los otros países centroamericanos, inclu-
yendo Costa Rica. Es cierto que Mora fue derrocado en 1859, pero como el golpe fue
orquestado por élites disidentes, asumí que no produjo un cambio político sustancial.
Sin embargo, este libro revela que la guerra anti-libustera tuvo un resultado
más paradójico en Costa Rica. Y la paradoja consiste en que, por un lado, la guerra,
como muestra el trabajo de Eugenia Rodríguez, aumentó la desigualdad social al
ayudar a las élites a ampliar su poder a costa de los pequeños y medianos productores.
Pero por otro lado, su ensayo y el de Carmen Fallas sugieren que, políticamente,
la guerra fortaleció a los sectores populares. Y esto fue en parte porque la guerra inten-
sicó los conictos entre los grupos de élite que condujeron a la caída de Mora. Pero
quizás más importante, fue también por las formas en que los milicianos fueron clave
en esos conictos entre las élites. Esto es algo que Carmen Fallas muestra nítidamente
en su análisis de cómo tanto los moristas como sus enemigos buscaron reclutar mili-
cianos para librar sus batallas políticas.
Así que esta nueva información debe ayudarnos a entender mejor cómo la presión
popular empujó al gobierno antimorista de Montealegre a universalizar el sufragio
masculino, revirtiendo así la restricción de la ciudadanía prevista en la Constitución de
1848 y que alentó el descontento popular contra el gobierno de Mora. Por tanto, fue
con razón que los partidarios de Montealegre armaban que defendían “el principio
de libertad sostenido por la voz omnipotente de los pueblos.” Este es el mismo tipo
de discurso que las milicias populares de otros lugares de América Latina utilizaban
entonces para librar su lucha por la ciudadanía.
Así que el capítulo de Carmen Fallas me hizo pensar en dos cuestiones: primero,
si la participación de los milicianos costarricenses en la guerra anti-libustera aumentó
su inuencia política en su país. Y segundo, si estos milicianos fueron a la guerra en
Nicaragua para defender no sólo la soberanía de Centroamérica sino también sus dere-
chos de ciudadanía. Esta idea puede conectarse con el argumento de Verónica Ríos
de que Mora, a diferencia de otros héroes independentistas latinoamericanos, no se
convirtió en un símbolo de la nación precisamente por “la temprana democratización
de la política costarricense.”
Para terminar, quiero subrayar que este libro destaca no sólo por mejorar nuestra
comprensión de importantes procesos históricos, sino también por sugerir nuevas
Michel Gobat • Comentario del libro: El héroe de la discordia. Juan Rafael Mora Porras y la cultura costarricense.
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formas de analizarlos. Pero quizás lo más importante de este libro es que muestra que,
cuando se trata de las historias de origen, “hacer ciencia” y “hacer patria” siempre
van a estar en juego, pero que en última instancia, como enfatizan David Díaz e Iván
Molina en su epílogo, la historia tiene que seguir siendo “la musa insubordinada y
cientíca ajena a toda condescendencia.”