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185Diálogos Revista Electrónica de Historia, 21(1): 185-189. Enero-junio, 2020. ISSN: 1409-469X · San José, Costa Rica
COMENTARIO DEL LIBRO:
LOWELL GUDMUNDSON
Gudmundson, L. (2018). Costa Rica
después del café. La era cooperativa en la
historia y la memoria. San José: EUNED.
David Díaz Arias
Lowell Gudmundson es un historiador nacido en los Estados Unidos, pero
con un profundo interés por Costa Rica y Centroamérica. Nacido en 1951, una
buena parte de sus años de vida los ha pasado investigando en los archivos costarri-
censes y produciendo trabajos cuyo impacto ha beneciado mucho la historiografía
nacional. En ese sentido, el trabajo clásico de Gudmundson fue su libro Costa Rica
antes del café, que fue primero su tesis de doctorado en la University of Minnesota
en 1982
1
, se convirtió en libro en inglés en 1986
2
, luego se publicó en español en
1993
3
por parte de la Editorial Costa Rica y fue reeditado en 2010 por la Editorial
de la Universidad Estatal a Distancia.
El n de ese libro de Gudmundson consistió en descorrer el velo de la imagen
mítica que había construido la historia ocial costarricense con respecto al desarrollo
político, económico y social del país. Por eso, Gudmundson apuntó la necesidad que
tuvo al tratar de reconstruir la manera en que la historiografía costarricense había
creado el mito de su país como la Suiza centroamericana:
… del mito ha surgido un modelo histórico del pasado precafetalero, más
ampliamente difundido en el caso costarricense, en el cual a menudo se
encierran tanto proponentes como críticos. Este modelo de la sociedad precap-
italista, según nuestro punto de vista, está seriamente errado, lo que conduce
a una incomprensión tanto de la naturaleza de la realidad precafetalera, como
de su transformación durante el siglo diecinueve. Por ello, deben revisarse los
principales elementos del modelo. Los orígenes históricos e historiográcos,
variaciones ideológicas y principales hipótesis del modelo rural democrático,
son complejos y merecen ser explorados a fondo. (1993, pp. 13-14)
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La contribución de Gudmundson entonces fue muy importante para replantear el
entendimiento de la Costa Rica anterior a 1850, pero también para alentar la discusión
sobre el cambio económico que vivía este país en los inicios de la década de 1980.
David Díaz Arias Costa Rica. Centro de Investigaciones Históricas de América Central,
Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. Contacto: david.diaz@ucr.ac.cr
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Ese enlace es justo el primero que se admira y resalta en este nuevo libro de Gudmundson,
que ha titulado en una relación directa con el primero: Costa Rica después del café.
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Este importante libro está dividido en cinco capítulos. A falta de una introduc-
ción al libro, el primer capítulo plantea un acercamiento a tres conceptos (populismo,
reformismo y anticomunismo), dos de los cuales han sido discusión constante en el
caso costarricense y uno, populismo, que casi no. Gudmundson presenta el contexto
en que escribe este libro como problemático: es el mundo de la posverdad, donde
los líderes echan mano de redes sociales para exponer problemas asociados con
crisis morales que tienen efectos materiales y que precisan de un salvador en sentido
político y teológico. Ese ese el mundo en que ascienden al poder Donald Trump en
los Estados Unidos y otros líderes derechistas en el primer mundo. Gudmundson
entonces advierte en eso un movimiento con sentido populista y lo trata de arra-
strar hacia Costa Rica para plantear dos grandes momentos en que el país vivió
movimientos así: el primero en la década de 1940 con el calderocomunismo y el
segundo en las décadas de 1960 y 1970 con el liberacionismo. El autor plantea
sutilmente que un tercer momento populista, del tipo derechista y teológico, pudo
haberse desarrollado en la campaña electoral del 2018 con el sorprendente ascenso
del Partido Restauración Nacional. A los primeros populismos, diferentes de este
último, Gudmundson los visualiza, siguiendo la tesis de Iván Molina Jiménez,
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como
movimientos reformistas que compartían un profundo anticomunismo y pretendían
frenar a la izquierda con reformas sociales. La diferencia principal que admira el
autor en esos dos movimientos tiene que ver con su base social: si los calderoco-
munistas apostaron por los trabajadores urbanos, los socialdemócratas se hicieron
con el apoyo de los campesinos. Ese apoyo, señala el autor, le dio sustento real al
discurso liberacionista sobre la democracia costarricense que él había explorado en
Costa Rica antes del café y con eso superó su naturaleza retórica. Es justamente el
estudio de esa base social, en Heredia y en Tarrazú, lo que Gudmundson explora
en la mayoría de este libro, intentando desentrañar las conexiones políticas, pero
también generacionales y de la tierra de varios cafetaleros que vivieron la época de
oro de las cooperativas impulsadas por los liberacionistas.
El segundo capítulo traza la búsqueda histórica de los antecesores de esos
cooperativistas, sus sudores y su acceso a la tierra. Gudmundson, investigador de esas
experiencias desde hace más de 40 años, desentraña las características sociales de los
fundadores de las cooperativas, hasta reconocerlos fundamentalmente como de clase
media y propone que el éxito de esas empresas radicó inicialmente en poder comprar
benecios de café, de forma que con eso pudiera atraer pequeños productores con
mejores precios que los que ofrecían los grandes beneciadores históricos: las familias
Tournon, Rohrmoser y Montealegre. La rapidez con que esas cooperativas como La
Libertad y Santa Rosa superaron a aquellos grandes beneciadores muestra el tremendo
éxito que tuvieron. Ya en la década de 1960 esas cooperativas igualaron el número de
fanegas de las familias principales y en la década de 1980 las superaron. Por supuesto,
ese buen desempeño fue producto también de la introducción de la planta de café caturra
David Díaz Arias • Comentario del libro: Gudmundson, L. (2018). Costa Rica después del café. La era cooperativa...
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en la década de 1970 y de un empeño familiar y cooperativo que Gudmundson muestra
al reseñar la historia particular de cinco familias cafetaleras aliadas a las cooperativas.
No hay romanticismos aquí, pues Gudmundson precisa que el interés original por las
cooperativas era que pagaban mejor que las familias beneciadoras tradicionales.
El tercer capítulo es una contribución a los estudios de historia oral y de historia
de la memoria que se han desarrollado en América Latina desde hace algunos lustros.
En esta sección, Gudmundson apuesta no por revelar verdades históricas ni por cotejar
el testimonio oral de sus informantes con evidencias documentales, sino en desen-
trañar el sentido cultural, social y político que tienen los recuerdos construidos por la
experiencia cooperativista. El autor encuentra diferencias de clase en el recuerdo: si
por un lado los informantes de Tarrazú se presentan como igualiticos y sin clase social,
los de Heredia más bien insistieron en las diferencias de clase para poder conjuntar
a los socios de las cooperativas contra las familias beneciadoras tradicionales, hasta
lograr ganarles en lo que parece una carrera histórica por el dominio de la producción
y procesamiento de café. En este capítulo, como en otras partes, el autor se convierte
en otro actor dentro de la trama vivida por la cambiante Costa Rica del periodo 1960-
2010 y, en lugar de desechar esa experiencia personal, Gudmundson echa mano de
ella para entender mejor las transformaciones que le cuentan sus informantes. Así,
las memorias de un joven historiador de origen estadounidense que volvió a Costa
Rica, objeto de su fascinación académica, son muy útiles para percibir los cambios
producidos por el reformismo liberacionista, por el llamado estado benefactor y por la
vorágine neoliberal que se desató después de la crisis económica de 1980-1981. Como
otros investigadores de la memoria, Gudmundson enfrenta la tremenda desazón de los
viejos con quienes habla, para quienes la vida está en su otoño y tienen temor por lo
que le pasará a la tierra por la que tanto lucharon durante décadas. Las grandes opor-
tunidades de ayer se esfuman con esos viejos, quienes se reúnen para ver sus cabezas
llenas de canas y sus caras arrugadas, deseando, sin éxito, ver jóvenes entre ellos.
El cuarto capítulo constituye un bonito y útil ejercicio de análisis de imágenes
y representaciones culturales para vender café creadas en los Estados Unidos y
Europa, a partir del café colombiano. De esa forma, Gudmundson se enfrenta al
problema de la calidad del café y su construcción cultural desde aquellos mundos.
La articialidad de ese proceso es sorprendente sin duda, pero lo es más el éxito
que tuvieron esas representaciones en convencer acerca de dónde residía la calidad
del café. El autor introduce también esta problemática para el caso costarricense,
donde palabras asociadas con la denominación de origen del producto, como café
de Tarrazú o café de Dota, envuelven por mismas todo el contenido de calidad del
café, que además se vende no solo como producto sino como experiencia ecológica.
Gudmundson señala cómo esa idea de la calidad, vinculada con la producción en
microbenecios, ha hecho que el café costarricense tenga un espacio de privilegio
entre los cafés gourmet del mercado mundial, pero con la tremenda consecuencia
que ese café de calidad es tan caro, que el costarricense promedio debe tomar café
importado de más baja calidad.
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Justo por lo anterior, el quinto capítulo profundiza en lo que Gudmundson
llama la Costa Rica después del café: una sociedad desigual que no se debate entre lo
antiguo y lo moderno, sino entre la posmodernidad y la posibilidad de seguir siendo
una nación. Este último capítulo constituye un valioso ensayo sociológico y antro-
pológico con mirada histórica sobre los grandes cambios demográcos, sociales y
culturales experimentados por el país del café a nales del siglo XX y durante las
primeras dos décadas del siglo XXI. A pesar de que lo evita constantemente, no
deja de notarse un tono melancólico en la escritura de Gudmundson al advertir esos
cambios. Por un lado, se le ve alegre con las mayores posibilidades y oportunidades
de las mujeres en esta Costa Rica posmoderna y lo anima la posibilidad de que los
nietos de los cafetaleros tengan acceso a la educación universitaria. Por otro lado,
se le observa una escritura llena de dudas frente a la Costa Rica que ha sido: con la
tremenda problemática del narcotráco campeando en los barrios de trabajadores de
todo el país y los homicidios en ascenso, con una taza de desempleo estática pero
con un porcentaje de empleo informal que llega casi al 50%, con las clases medias y
acomodadas refugiadas en condominios cerrados custodiados por policías privados
y con jóvenes de una nueva era que están muy lejos del espíritu de colaboración que
motivó las cooperativas ayer y más cerca, cerquísima, de la cultura de la compe-
tencia donde gana el más “fuerte” y donde hay una tremenda carga de clase en su
denición de “ninis” y “sisis”. La nostalgia se admira también en los informantes del
autor que suspiran al pensar qué será de sus tierras y si todas ellas seguirán el camino
de pasar de ser cafetaleras a espacios de cemento para condominios de clase media,
de clase alta, o para colegios y universidades privadas.
El texto de Gudmundson queda abierto en su interpretación de esa Costa
Rica después del café, como abierto está todavía el futuro del país. El libro no tiene
conclusiones, sino un epílogo que trata de recuperar algunas de las principales
ideas del libro y de sus principales preguntas. Ciertamente, hubiera sido deseable
que, en esa sección, el autor hubiera vuelto a su propia experiencia personal y
la hubiera explotado para hablar de sus acercamientos y lejanías con esta nueva
Costa Rica. Otras ausencias que se ven en el texto son las visiones sobre José
Figueres que sus informantes pudieron haber construido y de cómo vivieron la
transformación del Partido Liberación Nacional de ser su esperanza presente a
una añorada organización política que se mudó de acera. El sentido político de
esos viejos podría haber sido más explotado en ese presente tan complicado,
para advertir si en ellos ha habido cambios importantes de identidad. ¿Aspiran
esos viejos por otro Figueres? ¿Creen en la democracia costarricense? ¿Qué pasó
con aquel ideal explorado por Víctor Hugo Acuña
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que advertía en los pequeños
beneciadores y campesinos las bases de la democracia costarricense? Asimismo,
habría sido deseable explorar el mundo religioso de esos viejos y la forma en que
les impactó sus visiones del país ayer y hoy, para contrarrestarlos con los discursos
mesiánicos del populismo presente.
David Díaz Arias • Comentario del libro: Gudmundson, L. (2018). Costa Rica después del café. La era cooperativa...
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El libro de Gudmundson constituye un texto importante que está escrito para
una audiencia amplia. Es en parte otro homenaje académico y crítico a Costa Rica de
este historiador al que le palpita una parte de su corazón en forma de marimba y lo
conmueven las carretas viejas derruidas y dejadas a su suerte en los linderos de las
ncas cafetaleras, esas mismas ncas por las que hoy deambulan turistas estadoun-
idenses y europeos deseosos de saber cómo se cogía café.
NOTAS
1 Gudmundson, L. (1982). Costa Rica before coffee: Society and economy on the eve of agro-ex-
port based expansion (Tesis de Doctorado). University of Minnesota.
2 Gudmundson, L. (1986), Costa Rica before coffee: Society and economy on the eve of the ex-
port boom. Baton Rouge: Louisiana State University Press.
3 Gudmundson, L. (1993). Costa Rica antes del café: sociedad y economía en vísperas del boom
exportador. San José: Editorial Costa Rica.
4 Gudmundson, L. (1993). Costa Rica antes del café: sociedad y economía en vísperas del boom
exportador. San José: Editorial Costa Rica.
5 Gudmundson, L. (2018). Costa Rica después del café. La era cooperativa en la historia y la
memoria. San José: EUNED.
6 Molina Jiménez, I. (2007). Anticomunismo reformista. Competencia electoral y cuestión social
en Costa Rica (1931-1948). San José: ECR.
7 Acuña Ortega, V. (1985). Clases sociales y conicto social en la economía cafetalera costarricense:
productores contra beneciadores (1932-1936). Revista de Historia, Número Especial, 181-212.