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Comentario del libro: Iván Molina Jiménez

Molina, Iván, (2016), Príncipes de las remotidades. Carlos Luis Fallas y los escritores proletarios costarricenses del siglo XX., Editorial Universidad Estatal a Distancia.

Larissa Castillo Rodríguez

Fecha de recepción: 16 de marzo de 2017 Fecha de aceptación: 12 de mayo de 2017

Larissa Castillo Rodríguez Filóloga Española. Máster en Historia de Centroamérica por la Universidad de Costa Rica. Profesora del Instituto Tecnológico de Costa Rica, Escuela de Ciencias del Lenguaje. Contacto: laricastillo@gmail.com

Cuando viene a mi mente el nombre de Carlos Luis Fallas Sibaja (conocido usualmente como Calufa), a pesar de mi formación en Filología, no solo pienso en su faceta como escritor, sino en el contexto político y social imposible de esquivar detrás de ese nombre.

Los estudios biográficos1 sobre Fallas Sibaja lo colocan como un hombre entregado a sus anhelos, quien combinó sus deberes laborales y personales con el ejercicio de la escritura y la investigación social. Por lo tanto, estudiarlo involucra un diálogo interdisciplinario, donde la Historia y la Literatura se encuentran y disponen de un espacio para moverse cómodamente.

Perteneciente a la llamada “Generación del 40”, según la crítica literaria2, Carlos Luis Fallas Sibaja advirtió sobre la existencia de otras voces no vallecentralistas en los textos de su autoría. Como ciudadano comprometido a nivel social, sus obras no solo muestran esa heterogeneidad escritural, propia de los textos de esta Generación, sino que los personajes se construyen a partir de sujetos subalternos, excluidos del “centro”, un centro marcado por la política liberal de las décadas anteriores. En otras palabras, esta Generación reivindica esas voces marginales eclipsadas por ciertos grupos con poder3.

En su libro Breve Historia de la Literatura Costarricense, Álvaro Quesada Soto explica cómo hacia 1940, la república liberal había entrado en crisis y las nuevas ideas políticas y sociales ganaron terreno. De ahí que los jóvenes más radicales, Fallas Sibaja entre ellos, optaron por adscribirse al comunismo4, evidenciando en sus producciones literarias o históricas “la transgresión de fronteras, el contacto con regiones periféricas y excluidas de la imagen oficial de la nación”5, una imagen que colocaba al Valle Central como representante de toda la realidad nacional.
Ante este panorama, comprender las iniciativas e inquietudes de estos jóvenes radicales conlleva un estudio del contexto histórico, político y social que enmarcó sus vidas y las de los personajes inscritos en los textos de su autoría.

En el caso de Fallas Sibaja, como se ha indicado, varios investigadores se habían acercado a su análisis histórico y literario. No obstante, faltaba un texto que pudiera leer imaginativamente cómo Fallas había recorrido el camino para ser escritor y para ser actor político de primera línea. El historiador Iván Molina Jiménez ha escrito este texto necesario, que la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia acaba de publicar: Príncipes de las remotidades: Carlos Luis Fallas y los escritores proletarios costarricenses del siglo XX.

Este texto concentra su atención en señalar a Fallas Sibaja como el máximo representante de la literatura proletaria costarricense. Además, se destacan los esfuerzos y experiencias que el Partido Comunista de Costa Rica (PCCR) empleó para promover un proyecto cultural enfocado en la formación de escritores proletarios y la difusión de esa literatura.”6

Esta iniciativa política se desarrolló gracias a una plataforma que permitió la difusión de esa producción narrativa. Es así como los periódicos, las revistas, los libros y las mismas editoriales7 fueron los espacios empleados para difundir el proyecto cultural.

Molina Jiménez inicia su valioso libro planteando que el PCCR “contribuyó a diversificar la literatura costarricense de los decenios de 1930-1940 al impulsar la producción narrativa.”8 Si bien el libro responde a contextualizar y señalar cómo el PCCR llevó a cabo su estrategia cultural, el estudio particular sobre la conversión a escritor de Fallas Sibaja, más las polémicas por su afamada novela Mamita Yunai, permitirán comprender aún más esta iniciativa de Partido.

Príncipes de las remotidades se compone de dos partes: la primera se titula “Los comunistas y la producción de la literatura proletaria”; consta de cinco capítulos y tiene por objetivo:

[…] analizar tres experiencias asociadas con el PCCR […]: la más exitosa consistió en la conversión en novelista de Fallas (1906 -1966) … Los otros dos procesos […] fueron los intentos por construir una tradición de escritura proletaria en la década de 1930 y un concurso de cuentos organizado por los editores de Vanguardia en 1941. (2016, pp. XII-XIV).

Molina Jiménez organiza el análisis de esta primera parte de manera que presenta un panorama general sobre el PCCR, sus orígenes, características, integrantes y su plataforma para operar en el país, tanto en el ámbito cultural como en el político. En los siguientes dos capítulos (“De zapatero a escritor” y “Descalificación y reivindicación de Mamita Yunai”) se particulariza en el caso de Fallas Sibaja: su vínculo con el PCCR, la influencia de la escritora Carmen Lyra, el semanario Trabajo como primordial espacio de escritura y divulgación de sus textos y la polémica por la desestimación de Mamita Yunai del concurso de la editorial neoyorquina Farrar & Rinehart; polémica que sirvió para posicionar la novela y a su autor.

Por último, el capítulo 5 analiza el concurso de cuento organizado por la revista Vanguardia. Esta actividad tuvo como fin constituir la nueva generación de escritores proletarios: “se promovía un nuevo canon literario y se emplazaba a los escritores ya conocidos para que se adhirieran a él.”9

La segunda parte: “Tensiones, mercados y estudios” comprende otros cinco capítulos y –como bien lo indica Molina Jiménez– “explora áreas de tensión y conflicto entre Fallas y el PCCR vinculadas a la postergación de la publicación de algunos de sus textos narrativos.”10

El capítulo 6 “Periodos creativos e internacionalización” se concentra particularmente en las condiciones históricas que enmarcaron los periodos de producción literaria de Fallas Sibaja. De acuerdo con Molina,

[…] la interrupción de la carrera literaria de Fallas estuvo relacionada con la realización de otras labores como dirigente del PCCR, con la elaboración de textos analíticos y políticos más que narrativos, y con las nuevas responsabilidades asociadas con su condición de escritor internacional. (2016, pp. 92-93)

Este capítulo introduce los otros dos (“Marcos Ramírez, Mi Madrina y el Taller” y “Gentes y gentecillas”), los cuales particularizan en las condiciones de producción y publicación de esas novelas, en específico. Por otra parte, el capítulo 9 “Mercados” y el 10 “Los estudios académicos” se concentran en el fenómeno de internacionalización de los textos de Fallas Sibaja y, por ende, el proceso de canonización de su autor como un referente de la literatura proletaria.

Esta segunda parte permite entender la relación tan estrecha de Fallas Sibaja con el Partido, a tal punto que los proyectos políticos y sociales primaron sobre los estéticos o de producción literaria.

Por último, se incluye un epílogo titulado “La faceta desconocida” como un aporte crucial a este estudio exhaustivo realizado por Molina Jiménez, pues el Fallas Sibaja que se rescata, en este apartado, corresponde al escritor de textos no literarios y otros, cuya fuente de inspiración provenía de los testimonios y entrevistas que el mismo Fallas capturó de sus viajes y experiencias con el Partido y el pueblo; faceta de investigador social y político que puede explorarse aún más, pues no ha sido –hasta el momento- estudiada en profundidad.

A todo esto, se debe rescatar el gran esfuerzo del investigador Molina por revisar un considerable número de documentos. Este trabajo contiene, principalmente, material extraído del seminario Trabajo, y la revista Vanguardia, combinadas con el uso intensivo de otras fuentes primarias listadas en los anexos del libro. Por tanto, todo ese material citado, no solo revela la reconocida rigurosidad de Molina como investigador, sino que también ofrece al lector/investigador, interesado en estos temas, un variado archivo del cual se puedan originar nuevas propuestas de análisis sobre Fallas Sibaja y sobre las dimensiones culturales del PCCR.

La comunidad académica estudiosa de los escritores comunistas, de la Generación del 40, de los partidos de izquierda en el país y, ¿por qué no?, de otros fenómenos y grupos sociales debe, obligatoriamente, leer este libro, pues constituye un referente ineludible para comprender cómo se tejió la construcción de Fallas Sibaja como escritor y el papel del PCCR, en ese proceso. Un modelo de análisis como el que nos presenta Molina Jiménez se vuelve ejemplar para cualquier estudio sobre escritores y militantes similares a Fallas Sibaja en América Latina, durante el siglo XX.

Finalmente, decir que Calufa y su material literario han servido de inspiración para la creación de artículos periodísticos y académicos, tesis de grado, trabajos finales de graduación, película, y obras de teatro. Cada uno de estos ejemplos corresponde a distintas estrategias para recordar y analizar a este escritor, político y luchador social. Abonar en ese terreno, no solo es una tarea difícil, sino que involucra también enfrentar, en gran medida, un mito. Molina Jiménez, a pesar de su admiración a Fallas Sibaja, o quizás por eso, no ha eludido plantear una serie de preguntas sobre Calufa ni ha eludido construir una interpretación sobre él que no pocos considerarán reveladora, sino también provocadora. Este libro conduce a ver a Calufa desde nuevas formas y esta particularidad no es más que uno de los mejores homenajes que se le pueden hacer a ese gran escritor del siglo XX.

NOTAS

1 Véase Revista Comunicación. (2009).Edición Especial. (18). Además del material citado por Molina Jiménez en este último trabajo, del cual es objeto esta reseña.

2 Léase apartado “Estado de la cuestión”. Larissa Castillo Rodríguez “Políticas de la memoria en los procesos de formación de canon literario: La construcción de Carlos Luis Fallas Sibaja (Calufa) como arquetipo de escritor nacional, desde el discurso hegemónico. (1966-2011). Tesis para optar por el grado de Maestría Académica en Historia. (Universidad de Costa Rica), 2017.

3 Léase el artículo: Rodríguez Cascante, F. (2007). Escribir con compromiso: La Generación del 40.Káñina, XXX (2), 227 – 236.

4 Quesada Soto, A. (2008). Breve historia de la literatura costarricense. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, p. 79.

5 Quesada Soto (2008, p. 78).

6 Molina Jiménez, I. (2016). Prólogo: Por todos los rincones del mundo. En I. Molina. Príncipes de las remotidades. Carlos Luis Fallas y los escritores proletarios costarricenses del siglo XX. (pp. IX -XVIII). San José, Costa Rica: EUNED.

7 Me refiero a que ese proyecto de diversificar el mercado cultural empleó los medios que el propio Partido tenía para sus intereses también políticos: el periódico Trabajo, la revista Vanguardia, Combate y Trinchera, figuran como los espacios de divulgación más importantes.
Ver
Príncipes de las remotidades, p. 10.

8 Príncipes de las remotidades. Prólogo, p. XIV.

9 Príncipes de las remotidades, p. 70.

10 Príncipes de las remotidades. Prólogo, p. XV.

Referencias

Castillo Rodríguez, L. (2017). “Estado de la cuestión”. Políticas de la memoria en los procesos de formación de canon literario: La construcción de Carlos Luis Fallas Sibaja (Calufa) como arquetipo de escritor nacional, desde el discurso hegemónico. (1966-2011). Tesis para optar por el grado de Maestría Académica en Historia. (Universidad de Costa Rica).

Molina Jiménez, I. (2016). Príncipes de las remotidades. Carlos Luis Fallas y los escritores proletarios costarricenses del siglo XX. San José, Costa Rica: EUNED.

Quesada Soto, A. (2008). Breve historia de la literatura costarricense. San José: Editorial de la
Universidad de Costa Rica.

Revista Comunicación. (2009).Edición Especial. (18).

Rodríguez Cascante, F. (2007). Escribir con compromiso: La Generación del 40. Káñina, XXX (2), 227 236.